15. Recuerdo

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Capítulo 15

—¡Joder, joder, joder, JODER!— grité en mi mente mientras corría los pasillos de la escuela tratando de encontrar mi salón.

Había llegado tarde. Al parecer quedarse jugando videojuegos hasta las 5 am no era nada saludable durante la semana de clase.

Estaba muy cansada, adolorida y tenía unas ojeras enormes —bueno de éso no me sorprendía— además, hoy teníamos Gimnasia.

Grandioso.

Corrí al salón y me detuve en seco cuando llegué a la puerta, —B-Buenos...—respiré agitada, tomando un poco de aire.—Buenos días...

El Señor McCarten arqueó una ceja, con su típica cara larga, —Señorita Spinelli, llega tarde.

No.. no me había dado cuenta.

¿Puedo pasar?

McCarten cerró su libro en seco, —Sí, pero prácticamente ya llegó para la tercera hora.

—¡Sí!— susurré para mi misma, sin percatarme que todo el salón me escuchaba.

—¿Perdón?— arqueó una ceja el viejo frente a mí.

Tragué seco, —Nada.

—Muy bien, antes de irme— se levantó con autoridad. —Me van a realizar un trabajo en equipo de cuatro integrantes. Tratarán de cualquier tema y tendrán que redactarlo en un informe de seis hojas. —sonrió con victoria, —Y cuando hablo de seis hojas, son seis hojas completas, cada plana, a mano.

Hijo de puta.

Vince alzó la mano, —¿Y por qué tanto?

McCarten tomó su maletín y caminó en dirección a la salida, —Agradezcanle a la señorita Spinelli.

Ups...

Sonreí nerviosa ante mis compañeros, alzando una mano para saludarlos.

—Bien hecho, Ashley— habló Alice, poniendo énfasis en la última palabra.

Le saqué el dedo del medio, —Jódete.

Los demás se rieron, incluyendo Alex. Caminé hacia mi asiento, dejándome caer sobre éste.

—¿Jugando videojuegos hasta tarde otra vez?— preguntó el castaño frente a mí.

—Cállate, TJ.

Él alzó sus manos, —Ok, ok, me callo.

Suspiré cansada y dejé caer mi rostro sobre el pupitre, cayendo en un profundo sueño.

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—¡Bien!, ¿quién quiere pelear conmigo?— grito frunciendo el ceño, apretando mis puños a mis lados y desafiando a todos lo pequeños mocosos.

—¿Te crees muy ruda, Spinelli?

Miro a Robin, —¡Cállate, Robin!, ¿vas a pelear conmigo, o tienes miedo?

Robin sonríe mostrando sus dientes desparejos, —¡Házte a un lado, Ashley! Te voy a enseñar lo que es una verdadera pelea.

Extiendo mis puños en posición de defensa, —¡Entonces a darle!

Sin pensarlo dos veces, Robin corre hacia mí, pensando en taclearme, yo esquivo y me lanzo sobre él, aprovechando que está de espaldas.

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