16. Alice

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Capítulo 16

TJ Deetweiler

—¿Está bien?— susurró el pelirrojo frente a mí, esperando alguna respuesta de mi parte.

Asentí con la cabeza susurrando: —Está bien.

Alex suspiró, despeinándose un poco su rojo cabello, —¡Muy bien, todos ustedes largo!— ordenó con autoridad, haciendo entender a todos que no había nada que ver ahora, refiriéndose a Spinelli en ése estado.

—¿Qué no escucharon? ¡Fuera!

Ok, Alex, estás exagerando un poco.

—Hey, si se trata de Spinelli, no hay límites— sonrió guiñándome un ojo con lujuria. —Me retiro, ustedes tienen mucho de que hablar.

Y se largó, dejándonos a ella y a mí solos.

Spinelli decidió separarse de mí, —Joder— la ví alejarse por completo, limpiándose las lágrimas de su rostro.

—Se supone que ése es mi trabajo, boba— sonreí, llevando mis manos hacia sus mejillas, limpiando por completo con mis pulgares las lágrimas que caían de éstas.

Un leve sonrojo se mostraron en sus mejillas, joder se veía tan hermosa.

Entonces es cuando me entra la duda, ¿por qué comenzó a llorar? No creo que haya sido por el golpe.

Ella nunca lloraba por algo así..

Tal vez, solo tal vez..

—Te odio.

Me sorprendí por lo inesperda que fue, —¿Qué?

Ella suspiró, —Te odio por hacerme sentir así.

—¿Sentirte así?— ladeé la cabeza, ¿a qué se refería?

—¡Sí!— exclamó ella, con un pequeño tono de enojo en su voz, —Tú.. tú me haces sentir extraña-a... — continuó, desviando su mirada al suelo. — Ahora se me hace incómodo mirarte con.. otra chica, me da ganas de  golpearla.. sacarle un par de dientes, pero sé que será inutil porque al fin y al cabo tu podrás enojarte, y no me hablarías en un tiempo..

Arqueé una ceja recordando la escena de la fiesta, —¿Así como tu lo hiciste conmigo?

Ella lució sorprendida decidió abrir la boca para hablar pero yo le interrumpí: —No digas nada, sólo respondeme una cosa— fruncí el ceño, —¿Te gusta Alex?

Ella se sonrojó, pareció algo incómoda ante mi pregunta,—¿Alex? ¿El pelirrojo? ¿El que me trató como escoria el primer día de clases? ¡Pfff, porfavor!

—Dije sí o no.

Spinelli rodó los ojos, —No, claro que no.

Una corriente de alivio pasó por mi pecho, —Joder.. pensé que ése bastardo te gus—

—¡TJ!— la voz de la pelirroja se escuchó.

No, porfavor.

Alice apareció detrás mío, y en ése momento el rostro sonrojado de Spinelli desapareció, siendo reemplazado por uno de ira.

La pelirroja se apoyó en mi hombro, abrazándome por un lado, —Spinelli, escuché que te diste un putazo en la clase de gimnasia, ¿es verdad?— preguntó sonriendo, entre unas cuantas risas.

Miré a Spinelli de reojo, estaba demasiado enojada, lo sabía porque mantenía un rostro asesino, sus ojos fijos en ella. Comenzaba a ponerme nervioso, y la verdad algo molesto también porque se suponía que Alice me dejaría en paz de una vez.

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