14. El Café

434 31 9
                                    

Capítulo 14

Había olvidado lo idiota que era TJ.

Con tan solo un par de palabras podía arruinar todo:

Voy a ir a casa de Alice.

Arruinado.

Fruncí el ceño, tratando de procesar lo que había dicho, —¿Qué? ¿Por qué?

—Tengo que hablar algunas cosas con ella.

—¿Qué cosas?

—Cosas.

Apreté mi mandíbula conteniendo las ganas de golpearlo, —¿Y es necesario que te largues a su casa?

Él suspiró irritado, —Era de no haberte dicho nada.

—Perfecto.

A - RRUI - NA - DO

—¿Pastelito?

La voz de Alex me recordó en dónde estaba, y además odiaba tanto que me llamara así —Deja de decirme pastelito.

El pelirrojo soltó una risa, —Spinelli, aunque me lo digas un millón de veces éso, no voy a dejar de decirte pastelito.

—Pero lo odio, es tan empalagoso.

Se encogió de hombros, —¿Y, qué? ¿No va con tu personalidad de chica ruda?

—Cierra el maldito hocico.

Alex soltó una carcajada, —Tu siempre tan delicada.

Rodé los ojos irritada, —Como sea, ¿a dónde iremos?

—Ya lo verás. Te va a encantar.

Eso no sonaba nada bien, él siempre tenía gustos raros.

Después del ensayo de Peter Pan, Alex y yo habíamos acordado para salir a un café. No tenía la menor idea para qué pero necesitaba un jodido descanso, pasar tanto tiempo en esos arneces para elevarnos no era nada cómodo.

Ahora que lo pienso, ¿por qué me habría invitado a tomar un café? Él ya lo tenía planeado.., ¿acaso era algo serio? No no.. no era nada raro..sólo una salida, entre amigos, no era una cita...

¿Verdad?

—Llegamos, de nada— sonrió señalando un café frente a él.

¡Tienes que estar bromeando...!

Me quedé boquiabierta al ver la edificación frente a nosotros, no podía ser, ¿por qué ahí?

Alex notó mi sorpresa, —¿Umh, estás bien?

Negué con la cabeza, —No.

—¿Por qué?

—Porque es el café en dónde trabaja TJ.

●●●

—No entiendo porqué estámos sentados aquí.

Alex arqueó su ceja, —Porque vinimos a tomar un café, duh. —habló con todo sarcásmo.

—Hablo de por qué escogiste éste café, idiota.

—Es el más cercano— sonrió con toda seguridad mientras se encogía de hombros, de lo más fresco posible. —Sigo sin entender porqué te preocupas por ése bastardo.

—Bienvenidos, ¿puedo tomar su orden?— una chica morena con cabellos negros nos interrumpió, nunca la había visto, ¿sería nueva?

Es Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora