Capítulo tres.

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Estaba corriendo lo mas rápido que me era posible, mi corazón latía mas que nunca, mis piernas estaban dando el cien porciento, y mis sentido estaban dando lo mejor de si mismos.

No podía creerlo, lo sospeche desde un principio. Era raro que una persona como el, tuviera tanta información de un tan prácticamente desconocido, y poco importante para la mayoría de personas que solo les importa su vida.

Tenia que salir de ese lugar los mas rápido posible. Ese chico que pensé que me podría ayudar, me ha tendido una trampa, es uno de ellos. Mientras corría llegue a la conclusión que su misión era eliminarme, debido a que tengo mucha información de ellos, y podría atentar contra ellos poniendo en su contra toda la sociedad.

El celular estaba vibrando, abrí los ojos, la noche anterior me había ido a dormir demasiado tarde, y solo había dormido pocas horas. Prendí el celular para ver que pasaba, y porque vibraba tanto. Eran mensajes del chico que tenia información, la noche anterior habíamos planeado todo el viaje y la investigación que íbamos a hacer hoy para tener muchísima mas información, clara y veraz. 

Teníamos planeado salir a las cinco de la tarde, cuando el sol ya se estuviera poniendo, porque según lo que el me había dicho, a esa hora se reunían ellos.

Eran las once de la mañana y apenas había despertado, iba a ser un día muy interesante, me levante de la cama con muy buenos ánimos. Inmediatamente me dirigí a el baño y me duche, era bastante tarde ya, así que ni siquiera desayune, directamente almorcé. Me senté en el mueble. Encendí el televisor y me puse a ver mi serie antes de salir.

Le envié un mensaje avisándole que iba en camino, el me confirmo y me dijo que ya estaba allá, así que comencé a caminar mas rápido.

Cuando llegue, era una pequeña casa, aunque de unos tres pisos de alto. En el jardín había una delimitación de pequeños arboles tupidos de al menos un metro, de los cuales no dejaban ver hacia adentro. Por el otro lado estaba la carretera principal, y se escuchaban muchos carros pasar. Hacia el frente había una entrada, un pequeño agujero que había entre los arboles.

Entremos juntos, ya eran al menos las seis de la tarde, y estaba totalmente oscuro. La casa, parecía construida en el siglo XX, ya que estaba construida muy rústicamente. 

Las ventanas eran casi negras, y estaban en muy mal estado, igual que la puerta que no tenia perilla. El empujo la puerta y se abrió, estaba todo totalmente oscuro, sacamos nuestro celulares y usamos las linternas. Se veían candelabros, se veían mesas de madera de roble acabadas y derruidas, habían paredes enteras caídas y hechas polvo. Las puertas estaban rasgadas, como si un animal al menos de tres metros tuviera un ataque de rabia. Se veían toda clase de instrumentos musicales empolvados, y algunos con partes faltantes.

Subimos a el segundo piso con cuidado de que aquella escalera de madera negra no se viniera abajo, y fuera imposible el acceso a la segunda planta. El subió primero, se deslizaba lentamente por las escaleras, aquellas hacían ruido e intentaban desquebrajarse. Yo intente hacerlo lo mas parecido, pero la baranda de apoyo de la escalera se fue a abajo.

Al subir, se podía ver un pequeño pasillos, con cuatro cuartos, un balcón y un baño. En el medio, el techo se había caído y no era tan fácil la accesibilidad. Atrás de nosotros, se encontraban las escaleras a el tercer piso, estas eran mas angostas y mas verticales, las cuales no decidimos subir porque prácticamente era un ático.

Lo mire, el señalo el segundo cuarto de la derecha. Era un habitación de un niño de al menos seis años, y aun quedaba intacta la cama, un tocador, un par de sabanas, y tres o cuatro alfombras que parecían del medio oriente.  Nos escondimos detrás de la cama, con la seguridad de que si entraban en el cuarto no nos pudieran ver.

-He escuchado, que ellos quieren eliminar a personas como nosotros- Puso cara de angustia.

-Creo que tenemos demasiada información, y a ellos no les sirven personas como nosotros- Hice una mueca con las cejas.

-Lo mejor es que escuchemos lo que podamos, y salgamos lo mas rápido posible- Después de decir eso se quedo pensando.

-¿Por donde podríamos salir si todo sale mal?- Menee mi cabeza para todas las direcciones buscando algún agujero, o salida.

-!Mira¡ ¿Que tal si salimos por esa ventana?- Miro a la ventana con los ojos iluminados.

-Debe haber una mejor opción. Estamos en un segundo piso, ¿No lo recuerdas?- Seguí buscando algo por donde salir.

Exclame rápidamente -!Mira¡- Señale un hueco que había en la pared que daba a una parte del techo. -De ahí si podríamos escapar con vida- Dije con total convicción.

El miro, y confirmo con la cabeza.

-¿Pero sabes?, puede ser peli...- Lo interrumpe un sonido que se escucho abajo, en el primer piso.

El me hizo una seña de que no me moviera, ni pronunciara una sola palabra. Hice caso y me quede inmóvil viendo hacia a el corredor. Se escuchaba como unos pequeños pies se deslizaban por la escalera. Luego eran tres, cuatro y hasta cinco seres subiendo por esa escalera. La escalera crujía como si se fue a derrumbar en cualquier momento, pero no lo hizo.

Vimos por encima de la cama, y podía ver unos seis seres pequeños, con gorros negros puntiagudos, sus caras no se podían identificar, y uno de ellos llevaba un libro entre su brazo y su tronco.

Uno de ellos desapareció los escombros que habían en el medio del corredor, y se descubrió un pequeño altar, dibujado con algo parecido a lapislázuli, con unas piedras oscuras en las esquinas y en el centro una marrón. 

Se comenzaban a oír susurro irreconocibles para mi oído. Me di la vuelta y pareció que mi compañero entendiera cada palabra que decían aquellos seres. Hice una mueca para que el tradujera lo que decían. El siguió atento a lo que ellos decían.

Parecía que los pequeños seres flotaran, todo el pasillo se oscureció. Era un oscuro que inundaba todas las habitaciones, y toda la casa, parecía que hasta ahora no nos habían descubierto. Hasta ahora...



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