Mundos Paralelos

Capítulo cuatro.

  Corre y escóndete. Pero nunca te sientas seguro.

Era lunes, mi pie izquierdo dolía como si me lo hubiera partido. Mi muñeca estaba vendada y con un hielo por encima para desinflamar la torcedura. Uno de mis dedos de la mano derecha había desaparecido, y aunque no sangrara, estaba vendado por si le pasaba algo.

Mis padres estaban preocupados, y esa noche del domingo, me interrogaron; aunque no llegaron a una conclusión coherente.

Abro los ojos adolorido, y muevo mi pesado cuerpo por la cama lentamente para sentarme. La fastidiosa alarma no dejaba de sonar, y no tenia las suficientes fuerzas para mover mi mano, buscar con los dedos el botón de el celular, y hacer que dejara de sonar. Llame a mi madre, y le pregunte si hoy podía faltar a clases, ya que no estaba en condiciones de ir a la universidad así, y menos cuando me esperaba una nota del examine perdido justo cuando llegara.

Ella confirmo con la cabeza y por fin apago la fastidiosa alarma con tono de gotas cayendo en agua. (Creo que debo cambiar esa alarma, suena muy a 2014).

No quería levantarme de mi cama, pero era necesario para ir a la cocina, recoger mi desayuno, luego volver a mi habitación, prender la laptop, desayunar y luego volver a dormir.

Todo iba perfecto, ya había recogido mi desayuno, e iba de camino a mi habitación. Pase por el comedor y... mala suerte, ahí estaría mi hermano para burlarse de mi.

-¿Quien golpeo a el bebé?- Haciendo pucheros, y poniendo tono de burla a su voz.

-¿Podrías callarte algún día, y dejar de decir tantas babosadas?- Camine mas rápido.

-El bebé se enojó. !Todos miren, el bebé se enojó¡- Intentando divulgar mi ira.

Camine mas rápido para llegar a la habitación, y dejar de escuchar cada estupidez que se le ocurría a mi hermano.

Abrí la puerta de la habitación y al fondo se escuchaba aun mi hermano riendo, yo revolee los ojos a sus espaldas. Entre, deje reposar el desayuno caliente sobre un mesa de noche, mientras abría y encendía mi laptop.

Puse un vídeo y comencé a desayunar. Era un típico vídeo de exploración urbana, y aun mas típico en un hospital psiquiátrico abandonado, no podía ser mas típico un vídeo. Pero lo que se me hacia raro era que el vídeo tenia al menos cinco mil millones de reproducciones, y vídeo típicos como esos no normalmente no alcanzan los diez millones de visualizaciones.

Eran unos cuatro chicos, (Contando a el camarógrafo) que estaban a las afueras de un hospital abandonado, y contaban la historia del hospital: El Hospital Psiquiátrico de ''Volterra' es ahora una cáscara que se resquebraja de un hospital psiquiátrico que fue cerrado debido al cruel trato que dispensaban a sus pacientes. Uno de esos pacientes, ''Oreste Fernando Ferri Nannetti'', dejó un misterioso código grabado con la hebilla de su cinturón en el yeso de la fachada. 

Gran parte del hospital era al aire libre. Afuera habían mesas, caminos de arboles, bancos, etc. Entrar a el era sumamente fácil, todos se deslizaron por un agujero que había en la entrada sur del hospital. Ellos contaron que estaban interesados en ver la habitación del paciente Oreste Fernando Ferri Nannetti, para ver si conseguían información de que pasaba con su código, y con sus murales imposibles de descifrar.

La entrada era un largo pasillo horizontal, y directamente al frente de esa entrada estaba la habitación de barios pacientes, en este nivel se encontraban los paciente mas estables y con menos problemas, estos eran dejados en libertad todas las tardes.