¿Negociamos?

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(Aprire)

Antes, aquella zona había sido utilizada como vil decoración del palacio que ella misma se creó, ahora, era el lugar perfecto para practicar su magia. Tiene una pequeña laguna en el centro del lugar, y en el techo, un pequeño agujero circular por donde se puede ver la luna a media noche, paredes cubiertas de espejos que ayudaban a vigilar a los habitantes de la dimensión, plantas creciendo por todas partes, con sus largas hojas dándole vida al lugar.

Aprire colocó sus pies dentro del agua y respiró profundo. Su hechizo debía funcionar, debía funcionar, esta vez, su orgullo no soportaría una derrota más.

Caminó, dirigiéndose al centro de la laguna, y sintió cómo sus pies tocaban la superficie del agua, sin hundirse en ningún momento. Sonrió.

Llegó a su destino y miró el cielo. Media noche.

La luna brillaba sobre ella.

Cerró los ojos y pidió a los cielos que le permitieran elevarse. Debía ser capaz de volar sin sus alas, era un hechizo tan simpe como eso, levitar por más de unos pocos segundos.

Extendió sus brazos a ambos lados y poco a poco sintió cómo sus pies dejaron de tocar la fría agua, y su cuerpo pesaba más de lo normal, pero ahí estaba ella, elevándose cada vez más. Su meta era poder asomarse por aquella ventana sobre su cabeza.

Con los ojos cerrados, puede sentir la luz lunar sobre su cara, sintiéndose tan cerca de su meta.

Estaba tan concentrada en su hechizo, que no escuchó cuando Lio entró a la habitación, y la observó atentamente, orgulloso de que ella siguiera esforzándose al máximo, tal parecía que tanto trabajo había rendido frutos.

Observa las ropas blancas de Aprire tambalearse con el viento, y la mira a ella, tan tranquila mientras intenta llegar a su meta.

Algo falla, Aprire abre repentinamente los ojos y se ve cayendo, lejos de su destino.

Lio se apresura a sostenerla en el aire antes de que Aprire cayera en el agua.

-¿Estás bien, Aprire?- pregunta él, mirando la cara de frustración de la chica.

-Bájame- ordena ella sin más.

Lio llega al suelo y la deja de inmediato, no quiere hacerla enojar en esos momentos.

-Aprire...- murmura él.

Ella oculta sus lágrimas, pero es demasiado tarde, él ya las ha notado, y se siente tan inútil que no logra decir ni una palabra en su defensa.

-Lo lograrás en algún momento- dice él.

-¡En qué momento?- grita ella -¿Cuánto crees que falte para que los demás se den cuenta? La inseguridad causa caos, y eso es algo que no nos podemos permitir

-Eso lo entiendo

-¡Entonces qué haces aquí? Vete... necesito... seguir intentando

-Pide tu presencia...- responde Lio –...Axe ha sido muy específico, te quiere ver hoy mismo

Aprire ya se imaginaba que querrían hablar con ella, y detestaba tener que aceptar, sobre todo cuando sus dones seguían tan débiles. Sin embargo, ella también tenía mucho que decir, y aunque no quería dar explicaciones, sabía que lo correcto sería asistir a esa reunión.

No tenía idea de lo que Axe podría decirle, seguramente haría muchas preguntas, las cuales no contestaría, pero ella tenía muchas peticiones que hacer, ninguna exigencia, solo peticiones, y no les culparía si se negaran, pero ella no aceptaría un no tan fácilmente.

Creadores del pasado [Las crónicas de Abril #6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora