Sentí como el muro me atravesó y al abrir los ojos mis nervios dieron señales de vida. Toda esa ilusión ilumino mis ojos. Delante de ellos estaba el Hogwarts Express. Tal y como me lo imaginé, con un aire retro y decorado de dorado y rojo Rubí. Brillaba no por su aspecto sino por su historia y la historia de cada uno de sus pasajeros, pero ante todo, brillaba por su destino. Hogwarts, la escuela de magia y hechicería.
Pero mi sueño se rompió como un cristal al verme en el suelo y ver como por la caída mi baúl se impulsó alejándose de mi. Intente levantarme pero la presión de la gavia de la estúpida lechuza de Albus me lo impedía. Como podía pesar tanto ese bicho.
- Albus Severus Potteeer!!!- Chille desesperada.- Aleja tu pájaro pulgoso de mi.
Mi primo se encontraba a mi lado también extendido en el suelo, pero con una posición un poco extraña. Con los pies dentro del carro y su baúl completamente abierto.
Alguien me libero de la jaula del animal y al levantarme vi a James con el objeto en la mano y burlándose de su hermano menor.
Detrás aparecieron nuestros padres y yo de inmediato empecé a perseguir mi carro. Mientras mi tío Harry calmaba a la tía Ginny que retaba a sus hijos.
Al recuperar mi carro miré atrás y vi a toda mi familia, un montón de manchas rojas. Suspire con una sonrisa melancólica, porque como siempre, acaparaban las miradas y atenciones de todo el andén.
Los Weasley siempre eramos expertos en hacernos notar. Y no solo por nuestro espectacular y peculiar color de pelo.
- Pero tu en que pensabas? Meter a tu hermano encima del carro y empujarlo contra el muro?- decía Genny a su hijo mayor expulsando humo por las orejas y no precisamente a causa de una gominola con sonidos de tren.
- Mama, hablas como si hubiera aplastado a tu hijo contra el muro...- rodó los ojos James.
Mi madre hizo un hechizo para que todo lo que estaba extendido en el suelo volviera a su sitio dentro del baúl.
- Gracias tía Hermione...- dijo Albus avergonzado.
- No se si puedo fiarme de ti para cuidar de tu hermano y tu prima.- miraba Ginny preocupada a James.
- Entonces no lo envíes a Hogwarts, si tan poco confías en mi.- dijo este. Y a su madre se le iluminaron los ojos y miro a su marido esperanzada.
- Mamaaa!!! No lo estarás pensando en serio??!- grito Albus. Y James se encogió de hombros ante la mirada asesina de mi primo.
- Estaría fuera de peligro...- murmuro mi tía intentando que su marido accediera.
- Ginny, es hora de que vuele del nido, al igual que tu.- dijo su marido acariciándola como a un pajarito herido y asustadizo.
- Pero ya deje volar a uno... Y mira en lo que se a convertido.- decía quejándose señalando a James.
- Estoy aquí.- decía el implicado.
Albus tubo que acercarse a tranquilizarla.
Mi padre se acerco y me dio un abrazo, yo me puse rígida.
- Aquí no papa...- susurré avergonzada.
- Odio que sea igualita a ti.- refunfuño Papa. Y mama negaba riendo del comentario de su marido con su sonrisa serena.
- Rose, me gustaría que tuvieras algo... Es un tesoro para mi y un símbolo.- ella me rodeó el cuello con un collar extraño.
Cuando me fijé abrí los ojos espantada.
- Es un giratiempos?- ella asintió.- pensé que el Ministerio los había destruido todos.
- Lo guardé como reliquia familiar, pero le quité la magia.- al oír eso me sentí decepcionada, pero seguía siendo increíble tener uno real en las manos.
- Gracias mama- la abracé y papa se cruzó de brazos indignado. Obligándome a abrazarlo a él por igual, mala idea.
Porque en cuanto me tubo en sus brazos no me soltó hasta que mama le obligo.
- Recuerda, mi leona, con los Weasley no se mete nadie, siempre tendrás a la familia de tu lado. Si?- yo asentía a todo lo que mi padre decía. Siempre, durante toda mi vida había oído historias maravillosas de Hogwats. Mi sueño era entrar en Gryffindor, algo que todos sabíamos que tenía en la sangre. Yo estaba creada para ser una Gryffindor, mi color de pelo lo decía a gritos y mis genes no eran menos.
-No sigas el ejemplo de tus padres y no te metas en líos.- suspire, porque los problemas eran lo mío. Sonreí a mi madre. Ella nunca se saltaba las normas, casi nunca. Pero yo no era mi madre.
Como a ella amaba la los libros muggle, creo que son mágicos, amo la magia y aprender cada día un poco mas de ella, estudiar era solo el camino que mi curiosidad usaba para crecer. Pero también amo romper las reglas, tengo el don Weasley para las bromas y quiero entrar en el equipo de quidditch. Me vería sexy con el uniforme rojo y dorado.
Albus y yo teníamos 15 años, por lo que no éramos precisamente de primer año. En realidad siempre soñamos con entrar en esta escuela y dejar nuestra marca en la historia familiar. Pero Victoria, mi prima, estudiaba en Beauxbaton y yo quise ir con ella. Ahora todo había cambiado...
Albus en cambio, había ido a clases en el mundo muggle y ahora que había terminado la eso le pidió a su padre de entrar en Hogwarts.El timbre del tren sonó y yo me despedí rápidamente de mis padres, mi hermano me estiraba del brazo, entusiasmado por enseñarme como era el tren mágico por dentro.
Miré a mi alrededor buscando a Albus.
- Puedes elegir a que casa ir, yo lo hice.- le dijo Harry a Albus.
- Albus, el tren esta por irse- grité para que se diera prisa.
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Espero que os guste, quizás es una historia algo extraña pero sin duda mágica.
Comentad si queréis que haga este capítulo desde el punto de vista de Scorpius. Gracias por leer
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Miradas en la estación; Rose Y Scorpius
Fiksi PenggemarRose y Scorpius Y si... Rose no fuera una leona... y no entrara en Gryffindor ¡La primera Weasley de Slytherin! 🐍🐍❤🐍❤🐍🐍 Una historia única, una historia real... Una historia que nunca habéis leído. ❤❤🐍❤🐍❤❤ la historia de una serpiente y un le...