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Selena

Voy caminando por la mansión sin rumbo alguno. Y como no mi lado aventurero salió de mí. Seguí caminando por la mansión y poder encontrar algo que hacer. Me apoyé en la pared cansada de dar vueltas, y sin esperármelo me caí para atrás.

— ¿Pero que? — me levanté del suelo, todo estaba a oscuras.

Hombre, no creo que este todo iluminado por una luz magistral.

Ignoro a mi conciencia y busco algún interruptor, pero nada. Pienso, y saco de mi bolsillo el móvil. Si mi madre me llegará a ver con el móvil me lo quita en menos de un segundo, sí, no podemos usar el móvil, como dice ella. Seria desconectarse de la vida. Mejor paro de hablar, creo que no os interesa mucho mi vida.

Enciendo la linterna y me encuentro con utensilios de limpieza y una puerta, bueno, parece la puerta de los enanitos, es minúscula, pero como yo me aburro, y tengo ganas de dar un vistazo por lo rincones más escondidos. Abro la puertecita, y no tengo ni idea de como lo he echo. Enfoco y veo una llave.

— Vaya, una llave — la cojo con sumo cuidado, soplo y la veo con mucha más atención.

— ¡Donde está Selena! - me asusto, apago la linterna.

Me guardo la llave y el móvil, entreabro la puerta, saco la cabeza y no veo a nadie. Abro la puerta del todo y me voy corriendo a mi habitación. Entro, saco la llave y la escondo.

— ¿Selena estas aquí? - una de las sirvientas entra.

— Dios que susto. ¿Que pasa? — pregunto intentando actuar normal.

— La reina le espera en la entrada, vas a ensayar la entrada — ¿que?

— ¿Que entrada?, si ya hicimos la presentación de que era princesa.

— Te lo voy a decir. La reina te a buscado un pretendiente - ¡¿que?! — Tienes que ir — me coje de la mano y me lleva donde está mi madre.

— Hola Selena cariño, creo que ya te han contado, vas a conocer a alguien, que será tu futura pareja — suspiro y miro a mi madre con cara de no creérmelo.

— No voy a decir nada, estoy cansada de todo, haz lo que quieras — me doy la vuelta y me voy.

Daniel

— Hola mamá. ¿Has visto a Selena?

— Sí, pero puede que ahora este algo molesta.

— ¿Molesta?

— Le hemos buscado una pareja sin decirle nada, y ya te puedes imaginar como se a puesto.

— Ire a hablar con ella — me voy en busca de Selena.

(...)

Entro en la habitación de Selena, y la veo en la cama.

— Selena soy Daniel, ya me he enterado — me siento y le acaricio la espalda.

— Aquí las noticias vuelan, que suerte que a ti no te tengan que emparejar con alguien — suelta un suspiro y saca algo de su bolsillo.

— ¿Que es eso?

— Una llave, me la encontré — la vuelve a guardar intentando olvidar lo que a pasado en menos de un segundo.

— ¿Me puedes dar esa llave un momento?

— Claro, toma — la vuelve a sacar de su bolsillo, la cojo y la miro con mucha atención.

— ¿Donde has encontrado la llave? — pregunto. Selena baja la mira.

— Me la encontré en el jardín.

— Pues que raro que te encuentres una llave en el jardín, normalmente te la puedes encontrar en alguna habitación.

Selena

— Vale, me la he encontrado en la habitación de utensilios de limpieza. Entré en la habitación y había una mini puerta, y pies mi lado curioso quiso saber que había ahí, la abrí y había una llave que es esta. Oí a gente hablar y cuando ya no escuché nada salí de ahí. Las sirvientas me estaban buscando ya que la reina quería hablar conmigo. Nada más — se crea un silencio algo incómodo.

— Mejor que me valla llendo la reina digo mi madre me estará buscando. Adiós — salgo de la habitación lo más rápido posible.

Narrador tercera persona

Selena salió de esa habitación y antes de que Daniel saliera, ella se fue a su habitación.

Y en un lugar no muy lejano de Londres, estaba el padre de Selena, ideando un plan para escapar de ahí e ir a por Selena.

— ¿Que, ideando tu "súper plan"? Nunca podrás salir de aquí, y más si eres narcotraficante — su compañero de celda se burló de él sin tener ningún miedo.

— Estoy pensando. Y cierra esa boca si quieras salir de aquí vivo, aunque lo dudo — Tom, el padre de Selena, se levantó de su cama.

— Te ayudaré a salir de aquí, a cambio que ti me des mercancía, y de la buena — su campanero se levanto, le tendió la mano, Tom, sin pensarlo le estrechó la mano.

— De acuerdo, y lo de la mercancía ya lo hablaremos — los dos se apollaron en los barrotes de esa cárcel.

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Hellooooo

Sorryy por no subir el sábado, pero la inspiración no vino a mí.

+6 Votos +6 Comentarios.

Y me una última cosa. Me gustaría que votaraís todos.

Ahora sí.

Chaooo.

Princesa Por Error {GMLRS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora