Princesa Por Error {GMLRS}

18

Selena

- Hola Selena, ¿qué tal estás? - levanto la cabeza, veo a la Reina delante de mí, nos separan los barrotes.

- Usted sabe muy bien como estoy - le respondo de mala gana.

- Selena, creo que ya sabes lo que te va a pasar ¿no? - asiento - Muy bien, pues que disfrutes tus últimos momentos de vida, y siento mucho hacer esto, pero lo que hiciste estuvó mal, muy mal. Hasta luego Selena - se va. Vuelvo a bajar la cabeza.

Mis mejillas comienzan a arder y una gota salada sale de mi ojo, estoy llorando, creo que me merezco esto, no he echo más que estorbar, a más de darles una mala reputación.

- Tss, Selena, tss - levanto la cabeza, miro por todos lados - Estoy aquí - me giro hacía la ventana. Veo a la Princesa.

- ¿Qué haces aquí? No puedes estar aquí.

- Vengo a ayudarte, pero no vengo sola.

- Hola - Jesús asoma la cabeza por la ventana de barrotes.

- Primero voy a decirte mi nombre, que seguro que no tendrán ni idea - asiento - Me llamo Liah, nombre raro, lo se - me río - Ahora nos iremos, pero cuando sea el momento en el que te van a "matar", actuaremos, tranquila, saldrás viva, no vamos a dejar que te maten, y más por algo así - asiento.

- Muchas gracias Liah.

- De nada Selena.

Jesús

Nos vamos de ahí. No paro de mirar a Liah, se que estos momentos son muy típicos, pero estoy empezando a sentir algo por ella, pero aunque no la conozca del todo me gusta.

Selena

- Venga, ya es la hora - abre la celda, me pone cadenas en las manos y lo pies. Hoy se podría decir que es mi último día de vida. Mi vida ha sido bastante intensa, pero me quedo con lo bueno, aunque sean pocos recuerdos.

Vamos caminando por los pasillos de Palacio, hasta llegar a la puerta, abren la puerta, esta casi todo Londres aquí.

- Hola a todos, hoy como sabreis vamos a echar a alguien de este mundo, Selena Watson - todos los presentes gritan de felicidad, mientras yo solo hago una cosa, agachar la cabeza - Bien Selena, quieres decir tus últimas palabras - levanto la mirada mirando a todos, viendo como están esperando mis palabras, y esperando verme bajo tierra.

- Lo siento - eso es lo único que me sale de mi boca.

- Un perdón no vale nada, y menos para esto. ¡Guardias! Desatarla y llevarla al centro - me desatan, me cojen de los brazos y me llevando al centro, donde se va a ver como pierdo la vida. Miro a Daniel, que esta con su familia, me mira, me sonríe, le devuelvo la sonrísa.

Liah

- Vamos Jesús, están apunto.

- Voy, voy, esto se nos está complicando Liah.

- Me da igual, ella no merece morir, y más de esa manera - voy a salir ahí fuera y decir toda la verdad, ellos no saben que yo estoy aquí.

- Ya estamos llegando - Jesús me coje de la mano, me sonríe, le devuelvo la sonrísa. Llegamos a la puerta, pongo la mano en el pomo y la abro.

- ¡Deteneos! ¡Yo soy Leah, la Princesa! - todos los presentes centran la mirada en mí.

- Pero, ¿qué? ¿Tú eres la Princesa? - pregunta un guardia sin creérselo.

- Sí - al momento de hablar yo, la Reina toma la palabra - Ella es Liah, mi sobrina.

- Magestad, perdone, pero entonces ¿Está chica quien es? - pregunta el mismo guardia.

- Ella es Selena, ella no es Princesa, la confundi con Liah - la Reina se levanta de su trono, viene corriendo hacía donde está Selena - Selena, lo siento mucho, ¡guardias, soltarla! - de inmediato la sueltan - Siento tanto todo lo que te dije, ahora mismo te vendras conmigo, yo misma areglaré todo esto - se lleva a Selena, mientras todos los presentes siguen sin articular palabra.

Selena

La Reina me lleva hasta una habitación.

- Selena, lo primero de todo, siento mucho la confusion, pero os pareceis tanto, que... No se, nos confundimos. Siento tanto todo lo que te hemos echo. Respetaré la decisión que tomes, si marcharte de aquí o seguir, pero si decides marcharte, te dare una casa, y dinero, no quiero que sigas vieviendo en la calle.

- Gracias por todo, pero no me merezco nada.

- No Selena, no digas todo lo que te han dicho, por favor, si te vas, acepta mi propuesta, te dejo pensar - iba a contesta, pero alguien que desde luego no me esperaba.

- Papá.

- Hola hija mía, cuanto tiempo sin verte - se va acercando poco a poco.

- No te acerques - me voy alejando. Me pongo enfrente de la Reina.

- Selena, por favor, arreglemos las cosas, soy tu padre, y creo que merezco un perdón.

- No mereces ningún perdón. Cuando murió mi madre tú no estubistes a mi lado, estubistes cada noche fuera. Eres un bastardo, una persona horrible - le suelto todo quedandome totalmente libre.

- Ahora te vas a enterar Selena, espero que te hallas despedido de todos - y sin esperarmel, saca una pistola del bolsillo, la alza, me apunta, apreta el gallito y la bala sale en mi direcció, al final me acaba dando.

Caigo al suelo, mientras poco a poco voy notando que el aire me falta.

- ¡Guardias! - grita la Reina.

Llegan los guardias, le quitan la pistola a mi padre, lo esposan y salen.

- Díos mío Selena, por favor, sigue conmigo, ahora vendra un equipo medico.

- Magestad, no voy a sobrevivír, la bala a profundizado mucho - tomo del poco aire que me queda.

- No Selena, no vas a morir, vas a vivir, además, tienes una relación de por medío.

- Magestad, está cumpliendo su palabra, dentro de muy poco morire, almejor no quería muriera de esta manera, pero ahora por lo menos ya no tendrá que preocuparse por mí, ya no volveré a molestar.

- No Selena, por favor, aguanta, se que puedes aguntar - y esas cuatro palabras ya las empiezo a escuchar menos, empiezo a ver más borroso.

Giro la cabeza, un equipo médico llega, apartan a la Reina, me ponen la mascarilla de oxigeno. Vuelvo a girar la cabeza en la dirección de la Reina, le sonrío, levanto la mano y le digo adiós.

- ¡La perdemos! Selena, no cierres los ojos, mirame, vamos se que puedes, hablame - y sin poder aguntar más cierro los ojos.

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