Princesa Por Error {GMLRS}

15

Selena

— Princesa, la Reina quiere hablar con usted.

— Vale — me levanto de mi asiento, sigo a la ama de llaves.

— Magestad, aquí le traigo a la Princesa Selena, si me disculpa me tengo que ir — hace una reverencia y se va.

— Hola, ¿ocurre algo? — me siento al lado de la Reina.

— Oh, claro que no ocurre nada, solo que he pensado que podríamos salir a dar una vuelta por fuera de Palacio — me sorprendo. Al segundo acepto.

— Claro, pero déjame que me arregle, ahora mismo bajo — me levanto del sillón y voy corriendo a mi habitación.

Entro y busco lo más sencillo que tenga por el armario. Lo encuentro y me lo pongo. Bajo las escaleras a toda prisa, llego donde esta la Reina.

— Ya estoy aquí.

— Tiempo record, las Princesas siempre tardán mucho en "arreglarse" — me río.

— Bueno, vamos — la ama de llaves nos abre la puerta, nos desea un feliz día.

Daniel

Bajo las escaleras, miro por todos lados buscando a Selena.

— Buenos días Daniel, ¿desea algo? — pregunta la ama de llaves.

— No, pero estaba buscando a Selena, ¿sabes donde podría estar?

— Sí, se ha ido con la Reina a dar un paseo fuera de Palacio.

— Vale, solo era eso — me giro con intenciones de irme.

— Daniel, una cosa más, el primer ministro quiere hablar con usted, ha convocado una reunión aquí en Palacio.

— Vale, ¿a que hora es la reunión?

— A las doce del mediodía — asiento. Me voy de ahí.

•••••

— Bueno, ahora que ya estamos todos,  vamos hablar de la futura boda de Selena y Daniel. ¿Cuéntanos Daniel, como conocistes a Selena?

— Lo primero de todo, voy a decir que Selena Watson no es eredera real — todos los presentes se abren los ojos como platos.

— ¿Ella no es eredera real? — pregunta el primer ministro en estado de shok.

— No, pero yo la quiero.

— Daniel, entiende que tienes que casarte con una Princesa, no con una plebella.

— Sí, lo entiendo, pero Selena es una persona normal, vale que no sea Princesa de nacimiento, pero yo estoy enamorado de ella.

— Entendemos que estés enamorado de ella, pero Daniel, no es el tipo de persona que queremos para ti.

— ¿Y que? Ella me hace feliz, ella me respeta, ella es estupenda tal y como es.

— Hablaremos de esto en otro momento. Ya te puedes retirar — me levanto de mi asiento, me abren la puerta y salgo de ahí.

Selena

— Ha sido un día maravilloso — los guardias nos abren la puerta de Palacio.

— Sí. Deberíamos salir más de Palacio — dejo todas las bolsas en la mesa.

— Hola Princesa. ¿Como a ido su día? — la ama de llaves viene, me quita la la chaqueta y me sonríe.

— Muy bien. Las bolsas ya las llevo yo a mi habitación — respondo llendo a la mesa, cojo las bolsas y subo las escaleras.

Abro la puerta de mi habitación con algo de dificultad, entro, cierro la puerta tras de mí con el pie, dejo las bolsas en mi cama, me siento en ella y voy sacando ropa de las bolsas. Cuando creo que ya no queda nada más, un papel doblado cae al suelo, lp cojo y lo desdoblo.

Hola Selena. ¿Que tal tu día? Espero que bien. Ahora mismo estarás preguntándote de como a llegado esta nota a tu bolsa, fácil. He metido la nota cuando tú no estabas mirando. ¿Te acuerdas de la llave que encontraste? Seguro que sí, pues vuelve a cojerla, ve al desbán, te encontrarás una sorpresa.

Att:

Anónimo.

Me levanto de la cama, cojo la llave de debajo de el colchón. Abro la puerta de la habitación despacio, me aseguro que no hay nadie. Vale, esta despejado. Abro la puerta del todo, salgo y la cierro. Voy a paso ligero mirando por todos lados. Llego a la puerta del desván, cojo la llave, la meto en la cerradura y giro la llave abriendo la puerta, entro, cierro la puerta tras de mí.

— ¿Hola? — sigo caminando, toco las paredes en busca de algún interruptor.

— Hola Selena, que sorpresa, pensaba que no ibas a leer la nota — de entre la oscuridad sale Javier, el que iba a ser mi "esposo".

— ¿Que haces aquí?

— Vaya, pensaba que te ibas ha alegrar de mi visita — camina poco a poco en mi dirección.

— ¿Que es lo que quieres? — pregunto caminando hacía atrás.

— ¿Yo? Pues nada, pero tú seguro que sí. Ya me enteré que te encontraste esta llave — señala la llave que tengo en la mano — Pues yo se que significa esa llave, pero a cambio si lo quieres saber tendrás que ayudarme.

— Dime que es lo que tengo que hacer — resoplo.

— Que desesperada — le doy un puñetazo en el brazo — Bruta.

— No tengo todo el día — bufó.

— Tienes que desmentir de que eres Princesa.

— ¿Como sabes que yo no soy Princesa?

— Porque yo tengo a la verdadera Princesa aquí mismo — abrió una puerta, y ahí estaba la verdadera Princesa, que como la sabía, porque salió en multitudes de revistas.

Javier entró, le quito la venda que le cubría la cara.

— Y como sabía yo, idénticas. Selena, dile hola a tu hermana gemela — la verdadera Princesa me miró, en sus ojos veía el miedo.

— Vale, lo dire, pero lo dire el día que me proclomaran heredera del trono.

— Perfecto, así todo el mundo te oidara — río. Entró a la habitación, salió y cerró la puerta, me miró y se río — Voy a disfrutar mucho de ese momento.

Y se fué.

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