Capítulo 26.

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1, 2, 3

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1, 2, 3....34 llamadas perdidas. 1, 2... 10 mensajes de texto, veinte llamadas perdidas de Yoongi, 10 de Irene, y cuatro de Jimin aunque estoy segura de que no es Jimin. Y todos los mensajes son de Yoongi.

Tenemos que hablar.

Por favor, Olivia, contesta me el teléfono.

Perdón.

No me entiendes, y eso quiero cambiar, por favor habla conmigo, es la única solución.

Y mensajes de ese tipo eran todos, cerré los ojos y respire entrecortada mente. ¿Desde cuándo había estado así? Desde que los Pillé a los dos, ¿desde cuándo fue eso? Hace cuatro días atrás, suspire profundamente. ¿Alguna vez he estado así por un hombre? No, nunca.

¿Cómo se había podido meter en mi piel en tan poco tiempo? Porque yo lo dejé. Yo dejé que me hiciera el amor, yo dejé que me hiciera suya, ¿y cómo término esto? Yo rota y una más de la lista.

¿Por qué tendría que haberme enamorado de él? Justamente el chico que me haría daño. Lo sabía, y muy en el fondo de mi corazón tenia una ilusión de que podría cambiarlo, de que yo podría ser la razón de que el cambie, ¡que ilusa soy! Como si eso fuera posible.

Mujeriego es, y mujeriego sera siempre.

Acosté mi cabeza en la almohada y me obligué a dormir, hace días que no lo hacia correctamente, siempre me quedaba dormida a las tres de la madrugada y luego me despertaba a las tres de la mañana. Era la inquietud y las ganas de llorar que no me dejaban dormir.

Aún siento ese hueco en mi corazón, ese vacío que no puedes reemplazar, ese dolor tan grande que no te deja respirar. Me sentía como nunca antes de me había sentido en mi vida, creí que podría controlarlo, que aún no había pasado tanto el tiempo, que aún no había pasado tantos días para quedar enamorada. Pero me equivoqué, ¿es así como se siente? ¿Estar enamorada y no ser correspondida? Pues que jodido es esto.

Me moví para otro lado.

Cerré los ojos, suspire y una silenciosa lágrima bajo por mi mejilla. Y bueno, después de eso no tardaron en aparecer los sollozos.

∆∆∆

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∆∆∆.

– Tienes que salir.

Susurró ella por el otro lado de la linea, miré hacia mi armario y arrugue el ceño.

– No quiero, lo siento.

La escuché bufar mientras caminaba a mi cama.

– Por favor, necesito a mi mejor amiga.

Dijo ella y casi la imaginé haciendo un puchero. Sonreí sintiéndome un poco con más ánimos.

– Pues, me falta un poco de ganas, ¿sabes?

Crucé mis piernas mientras miraba hacia la nada.

– Iré a tu casa o iremos al mall, te guste o no.

– No te resultara esta vez.

– Tienes que escucharlo.

Ahora ella susurró, abrí mis ojos como platos.

– ¿Qué? ¿Por qué me estás diciendo eso tú?

Dije enojada, realmente me había molestado.

– Olivia escuchame, lo vi, esta horrible. Me reconcilié con Jimin.

Vaya noticias.

– No quiero escucharte.

– Dale otra oportunidad.

– La oportunidad ya se la di cuando le dije que sí.

Le dije y colgué. El celular no tardo en sonar, solté un gruñido y lo apagué.

No quiero escuchar como estaba él, seguro estaba actuando, ¿lo había hecho todo este tiempo, no? Seguro es un experto en eso.

¿En qué? En hacerte sentir especial diciendo que eres la única chica en tu vida mientras esta teniendo sexo duro con otra. No quiero perdonarlo, no quiero ser siempre la simple chica que perdona todo. No quiero escucharlo. Se lo merece.

Pero al parecer yo siempre me dejo guiar por la primera mirada y no por lo que hay detrás de ella.

– Hija.

Mi mamá entro a mi habitación sonriendo. Le Sonreí tratando de ocultar lo mal que estaba.

– ¿Qué pasa mamá?

– Hay alguien que quiere verte.

Sonrió divertida. Y atrás de mi mamá apareció alguien a quien menos pensé que viniera a mi casa después del numerito que me mandé con ella unos días atrás.

Sí, Eunji estaba en mi casa.

Sí, Eunji estaba en mi casa

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𝗼𝗺𝗲𝗴𝗹𝗲. ❞  𝙢𝙮𝙜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora