BUEN BAÑO

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Al fin era viernes estaba por salir de la veterinaria, aquel bello hombre llamado Darién aún se sentaba todos los días en esa misma banca, pero no había corrido con la suerte de encontrarlo en el edificio donde vivo.

—Hola buenas tardes—un chico muy más o menos de mi edad de cabello azulado y de unos lindos ojos azules.

— ¿En qué te puedo ayudar?

—Hola estoy buscando una mascota para un regalo de cumpleaños— su mirada se centra en el corral donde esta doro— ¿ese de ahí cuantos años tiene?— se refería a mi loco perrito.

—Lo siento él no está en adopción es mi perro—

—¡Valla que suerte, es un hermoso perro!—

—Sí que lo es—

—Pero como puedes ver tenemos más cachorros muy lindos en su mayoría son rescatados y están en adopción—

—En realidad yo...—

—Y allí está nuevamente tu hombre misterioso Serena— era Mina que se acercó hasta mi señalando hacia afuera y mi mirada se fijó en él.

— ¡Que idiota!—hablo aquel chico.

— ¿Tu lo conoces?—pregunte curiosa.

—Es mi hermano— habla con enojo y yo solo me quedo con cara de ¿qué? yo no creía en eso de, "el mundo es pequeño".

— ¿En serio?—

—Sí, ¿porque la pregunta?—

—Es que... Bueno yo soy su vecina—

El me enseña una gran sonrisa—Espera... ¿tú eres la vecina y el tu perro?—yo asentí y él sonrió aún más mostrándome unos hoyuelos en sus mejillas.

— ¿Qué es lo gracioso?— lo mire extrañada

—Nada, nada—decía agitando sus manos—mi nombre es Zafiro Chiba—

—Yo soy Serena, Serena Tzukino—

—Bien Serena ha sido un gusto conocerte pero por ahora debo dejarte ya que debo ir por ese idiota— salió del local dirigiéndose hacia Darién se saludaron y entonces Darién levanto la mirada no sé porque razón me puse nerviosa y me encerré en el consultorio.

—Ya se fueron... ¿me vas a contar de que conoces a ese bon bom misterioso?—pregunto con las manos en la cintura a lo que yo solo atine a contarle todo lo que había pasado y después de un rato ya volvía a casa.

Estaba en casa recordé que debía devolver a Darién la ropa que dejo aquella noche—¿se la vamos a devolver?—hable con doro y el me ladro— pues tomare eso como un si—tome la ropa y salí de mi departamento toque su timbre una, dos, veces y nada— al parecer no está—estaba a punto de retirarme cuando doro empezó a ladrar como loco—rayos doro ¿ahora que te sucede puedes callarte— dije mientras lo tomaba de su collar en ese momento escuche abrirse la puerta.

— ¿Serena?

—ha...he...— ¿porque tenía que salir sin camisa? porrrr dios es que acaso quiere que me lance encima de él y lo viole...ya tranquila—hola creí que no estabas—

—Si lo siento es que no escuche el timbre y a decir verdad solo escuche a doro—

—Lo siento es que a veces le da su cuarto de hora, yo solo venía a entregarte la ropa que dejaste en mi casa aquel día—

—Bien...gracias— al coger la ropa de mis manos note su mano.

— ¿Ya te sacaste la venda?—

Déjame Amarte(EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora