¿UN FINAL FELIZ?

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*Serena*

Conducía mi camioneta desde hace hora y media, cuando Zafiro me dijo dónde estaba Darien me dieron ganas de ahorcarlo, pero de eso se encargó Gea en cuanto llego ya que ahora Zafiro carga una bolsa de hielo en su oreja—¡bien hecho!—murmure, el muy tonto casi me hace morir al decirme que Darien se había marchado y peor aún pensando que yo mantenía una relación con Diamante—¡Dios, si lo único que quiero es verte y dejarte tan claro como pueda que te amo!

Observo por el espejo retrovisor y veo a mis tres pequeños dormidos, sonrío al ver el gato naranja en los brazos de Ale, y a doro con medio cuerpo sobre Mamo y medio cuerpo sobre Rini—No sé en qué momento mi familia creció tanto—sonrío más que feliz—Lo siento Darien pero debes aceptarnos a todos quieras o no— no sé qué palabras utilizar cuando vea a Darien, no sé cómo hablar con él, es más, el hecho de verlo nuevamente después de una semana hace que mi corazón se acelere y gracias a eso no he dejado de reír como idiota, un sollozo llama mi atención y observo a Gea que viaja en el asiento del copiloto—¿Gea estás bien, necesitas que haga una parada?

—Hay no linda—absorbe por su nariz y seca sus lágrimas con su pañuelo—Es...es que estoy tan feliz—sonrío pero mis ojos se llenan de lágrimas.

—Tranquila—aprieto su mano.

—Al fin ustedes dos tendrán la felicidad que se merecen—asiento incapaz de hilar palabras—Ustedes dos se merecen tanto, creo que ya ha sido suficiente de tanto ir y venir—fija su mirada en sus nietos—Darien, tú y mis nietos formarán una familia maravillosa.

—Claro que si—una familia, una familia para mis pequeños, después de unos momentos más de camino, llegamos a la hacienda de la familia de Darien, mi corazón late desbocado dentro de mi pecho, bajo de la camioneta y minutos después llega Zafiro con Mina y los niños.

—Sere tu ve tranquila—Mina baja de auto y me abraza—ustedes ya han esperado demasiado.

—Nosotros nos encargamos de los niños—clavo mis ojos en mis pequeños que aun duermen—deja de pensar debe estar adentro, es hora de ir por tu felicidad, camino decidida unos pasos hasta la casa, pero conforme avanzo me voy deteniendo.

—La cabaña—susurro—Gea, ¿la cabaña aún existe?—una enorme sonrisa se hace en su rostro y asiente feliz, rodeo la casa, los zapatos de taco que traigo no me ayudan mucho, así que me los quito y sigo el sendero que alguna vez me guio al inicio de una historia que empezó hace seis años atrás.

Avanzo escuchando cada latido acelerado de mi corazón todos mis sentidos son una revolución, esto es lo que hace el amor con nosotros los seres humanos nos vuelve tan susceptibles y tan indefensos que la caricia más dulce nos hace volar y la palabra más dura nos destruye, yo pase ya por la destrucción y ahora solo espero volar de amor y sentir este amor que inunda cada parte de mi ser, solo por el amor de mi vida solo por él y para él, diviso la cabaña llego hasta ella y reviso el lugar sin éxito.

—No está—murmuro sintiendo un nudo en mi garganta—No esta—un par de lágrimas ruedan por mis mejillas, sujeto mi pecho en el lugar justo donde guardo mi corazón, sostengo mi frente en la puerta respirando con dificultad—¿Dónde estás?—sollozo, respiro profundamente— no puede ser que todo haya empezado aquí y termine aquí—un haz de luz ilumina mi mente—¡no empezó aquí!... ¡el muelle!—recorro el sendero escondido que conduce hasta ese pequeño paraíso—sé que estás allí, lo sé— llego hasta un pequeño claro y lo veo.

Mi corazón se detiene en fracción de segundos y dejo de respirar está en la punta del pequeño muelle de frente al lago con sus manos en los bolsillos, el sol hace una larga sombra de su cuerpo que llega hasta mis pies—Darien—es todo lo que necesite decir para que esa azul mirada que tanto amo se fije en mí, su rostro está bañado en lágrimas como el mío—Quiero...quiero darle otro final a ese libro— las lágrimas no paran de salir, pero esta vez son lágrimas de felicidad—Darien...—nuestras miradas se mezclan ese azul intenso de sus ojos y el celeste de los míos se funden y solo puedo decir dos palabras—Te amo— corro a sus brazos siendo recibida por sus fuertes brazos, en un momento pierde el equilibrio y caemos al agua pero no me suelta, somos recibidos por calidez del agua que envuelve nuestros cuerpos completamente, se aferra a mí y yo a él como si no hubiese mañana.

Déjame Amarte(EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora