ZAFIRO

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—Ya son varias semanas enviando rosas, tarjetas y globos, las mismas semanas que el muy condenado las destrozaba y las tiraba en la basura pero no señor que no crea que se va a librar tan fácil de mí, es por eso que ahora estoy frente al buzón, he escrito una carta para él—¿Crees que la lea?—pregunto a mi cachorro y el ladra—sí, yo también espero que la lea antes de tirarla— pongo la carta en el buzón y me dirijo a hacer las compras en el súper.

—Llevaba ya un rato en el súper cuando veo a Zafiro cerca de los estantes de los cereales, y me acerco a saludarlo— ¡Hola Zaf! ¿Qué tal?—y mi corazón empieza a latir como loco al notar quien está a su lado.

— ¡Hola Serena! que gusto verte—dice mientras sonríe y me saluda con un beso en la mejilla.

—Buenos días Darién —él no contesta pero nos mira a mí y a su hermano.

— ¿Ustedes se conocen?—preguntó Darién.

—Sí, la conocí en la veterinaria donde ella trabaja, ¿creo habértelo dicho?—el solo asiente.

—mmm... ¿Y tu perro?—preguntó Darien mirando a mi alrededor y sonreí.

—Tuve que dejarlo afuera ya que las mascotas no entran aquí—y él sonríe de lado.

—Pues eso me parece bien, ya que seguramente si le permitieran entrar convertiría este lugar en zona de desastre.

—No exageres Darien.

—No exagero ese cachorro junto a ti son un desastre—y pues yo debía desquitarme.

— ¿Ese cereal?—señale el cereal que llevaba en su carrito de compras, de chocolate con colores y juegos de laberintos— ¡No estas ya bastante grandecito como para comprar ese cereal para bebés!— el rostro de burla que tenía lo cambio por uno enojado.

—Ese no es tu problema—respondió—Zafiro te espero afuera—fue lo que dijo antes de marcharse.

—Lo siento... es que no está en uno de sus mejores días, —yo suspire— será mejor que vaya con él antes de que termine peleando con alguien más.

—Sí, ya que para Darien, por lo visto no hay día bueno—sonreí triste.

— ¡Sere!... ¿puedo pasar esta noche a tu departamento es que necesito platicar contigo?

—Seguro, te estaré esperando.

—Bien entonces nos vemos luego—y nos despedimos,... no sé porque me gusta tanto ese idiota de Darien...—Que fastidio las mujeres y nuestro complejo de salvadoras de idiotas—digo para mí misma mientras una mujer se aleja de mí— lo que me faltaba que crean que estoy loca— después de llenar mi carrito y pagar en caja salí del súper y vi a mi adorable cachorro tendido en el piso, tomo su correa— venga ya lindo, doro vamos—en ese momento Darien pasa en su auto y me guiña un ojo y luego acelera, yo solo me quede idiotizada—¿y eso que fue?. Venga doro levanta—y él no se movió—El estúpido de Chiba—dije enojada—pero qué es lo que tiene contra mí—llamé un taxi, subí las compras mientras el taxista me ayudo con mi doro, tuve que decirle que un auto lo había golpeado para que me ayudara el gran problema para mí fue cuando llegamos al edificio y doro bajo a toda carrera...Llegue a mi departamento deje mis compras y salí nuevamente a tocar la puerta de mi adorado vecino.

—Aliss, ¿te puedo ayudar en algo?— pregunto Zafiro.

—Sí, es que tengo algo para tu hermano.

— ¿Para Darien?—dijo extrañado— está bien pasa—ingrese al lugar y se veía tal como su dueño, frío y triste, había una gran ventana con las cortinas entreabiertas y dos estantes llenos de libros, con muebles de cuero negro.

Déjame Amarte(EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora