Capitulo 5

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FLASHBACK NOCHE PREVIA

Me estaba preguntando si quizás era momento de parar, no debía de beber a este ritmo cerca de David. Pero en realidad el vodka me hacía sentir tan feliz, tan tranquila, tan valiente y sobretodo tan contenta ... Además  me hacía olvidar de toda esa rabia que un día llegué a sentir hacia David; que al tenerlo en frente prefería seguirme sintiendo así. Estábamos sentados sobre la alfombra recostados en el sofá. El me contaba alguna cosa que yo no estaba escuchando, no estaba para tonterías y no quería caer de nuevo en sus redes, ilusa de mi . Habíamos evitado los temas espinosos, así que no hablamos en ningún momento del pasado.

Entonces giré la vista y él también lo hizo. Nos miramos durante varios segundos y yo solté una risita.

-¿Qué?.-Me dijo riendo también. Yo me encogí de hombros y recosté la cabeza.

-Esto es gracioso.

-¿El que?.

-Tú y yo...en medio del salón, tomando vodka...-Dije riendo.-Va, cuéntame el sueño anda...-Él miró de nuevo al frente.

-Me parece que no.

-Ay no me digas que es un sueño guarro o algo así.-David carcajeó tan fuerte que me hizo reír a mi también. Hacía tiempo que no escuchaba el sonido de su risa, las últimas veces que escuche su voz no fueron en situaciones de risa precisamente

-Claro que no.-Me dijo aún riendo.-¿Tú has tenido sueños guarros conmigo?.-Yo lo miré divertida sin querer mostrar que acababa de dar en el clavo, una vez más para mi desgracia, me conocía demasiado bien cuando le interesaba.

-¿Y piensas que te lo voy a contar?.-Él sonrió.

-No fue un sueño guarro, aunque hubiese preferido que lo fuera...-Yo lo miré seria.

-¿Qué soñaste?.-Insistí dejando el vaso ya casi vacio sobre la mesita que teníamos en frente.

Él suspiró y vi como sus dedos apretaban el vaso que aún tenía en la mano.

-Soñé que estábamos en una playa de Almería...-Yo lo miré atenta casi pudiendo saber a cúal se refería-Tú te acercabas con una niña de la mano, una niña preciosa con ricitos...-Entonces comencé a entender aquello, sus palabras comenzaron a hacerse dolorosas mientras las pronunciaba, el tema hijos lo tenía vetado, solo lo había hablado con él y jamás llegamos a planteárnoslo en serio.-Y luego...me decías que me amabas...-Su voz se hizo muy suave y casi no lograba escucharlo, notaba a leguas que le daba miedo pronunciar esa fras.-Luego la niña me decía papi...-Lo miré y sus ojos me hicieron estremecer. ¿Por qué tenía que ser tan guapo?, ¿Por qué luego de todo lo había pasado tenía que hacerme sentir así?, de verdad le odiaba.

Intenté levantarme del suelo, para irme y cortar así la incómoda conversación, pero el alcohol hizo su efecto en mi y de golpe comenzó a subir haciendo que me mareara. Él estiró sus brazos evitando que me diera un mal golpe  y yo caí justamente sobre su regazo.

-Creo que es mejor que te quedes aquí...-Me dijo divertido en un susurro, como si fuese un secreto.

-Ya te gustaría ¿no?.-Le dije cabreada. Él frunció el ceño como si no entendiera que me pasaba, pero por dios, ¿Cómo podía ser tan tonto?. Lo que me acababa de contar no era el cuento de la caperucita roja. Era un sueño que una vez fue mío...y que él me arrebató sin pedirme permiso.

Me solté de sus brazos intentando levantarme de nuevo pero volví a marearme y caí en el mismo lugar.

-Mierda...-Murmuré con impotencia y con un cabreo monumental.-Quita...-Le di un manotazo a la mano de David que me cogía el brazo. Él la alzo de forma defensiva y me miró también con un poco de cabreo. ¿Ahora se cabreaba?, pues que se jodiera. Me dije apartándome y sentándome en el piso de nuevo.

Como yo ningún amor se entregara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora