Como yo ningún amor se entregara

Capitulo 16

No sé exactamente que horas eran. Lo único que recuerdo era que no podía dejar de besar a Laura mientras llegábamos de nuestra gran noche. Habíamos terminado comiendo unas hamburguesas en un parque muy bonito en la ciudad. Fue como revivir viejas vacaciones juntos. La verdad es que era bastante gracioso, yo para estar a la par de Laura y además procurar que la gente no me reconociera, me vestí con mis mejores pintas de motoquero. Una cazadora negra, unos vaqueros, una gorra que escondía mis rizos y unos lentes oscuros a pesar que era ya de noche. Todo funcionó a la perfección y no tuvimos problema mientras reíamos y disfrutábamos del paisaje y de nuestra mutua compañía. ¿Tengo que decir cuanto disfruté?, fue estupendo volver a tenerla a mi lado, riéndonos por todo y robándonos besos como adolescentes de vez en cuando.

-Ay...si el señorito se nos vuelve oficialmente viejo en unos días.-Me dijo mientras yo acariciaba sus dedos entre mis manos. Estábamos a unos cuantos pasos del hotel, habíamos preferido que el taxi nos dejara lo mas lejos posible, así podíamos entrar por separado.

-¿Viejo oficialmente?.

-Claro, cumples los 30.-Me sonrió. Yo la miré de reojo y puse un gesto pensativo.

-Osea, que tú eres una anciana entonces.-Ella me miró con los ojos entrecerrados y me sacó la lengua.

-Supongo.-Se encogió de hombros y yo la abracé dándole varias vueltas en el aire. Ella carcajeó por la sorpresa y yo le bese en el cuello.

-Pues abuelita déjeme decirle que me tiene loquito...-Le besé la nariz y la sentí fría.-¿Tienes frio?.

-Un poco.-Me dijo acariciándose un brazo. Yo le acaricié una mejilla mirándola varios segundos, era increíble como a pesar de aquel disfraz improvisado me seguía pareciendo tan guapa. Y sus ojos me seguían haciendo sonreír.-¿Qué pasa?, ay, tengo comida entre los dientes.-Yo reí. Laura siempre me hacia reír...oh, como la había extrañado.

-No, no tienes nada entre los dientes, abuelita.-Dije con voz divertida.-Es solo que...-Volví a sonreír, esta vez con cariño.-No sabes cuando te extrañé, no sabes...no sabes cuanto te amo, chiqui. Si pudiera darte el mundo entero ahora mismo lo haría...me haces sentir tan feliz...-Lo ojos de ella brillaron y sonrió con dulzura.

-¿Crees que podremos vivir escondidos para siempre?.

-Eso esta difícil.-Suspiré.-Pero me encanta que nadie se meta, que nadie más que nosotros opine.- La vi estremecerse por el frio.-Venga, vamos a entrar que ya está haciendo más frio.

-¿Entras tu primero?.

-No, anda tú. Así aprovecho y me quito todo el equipo.-Le dije refiriéndome a mi también improvisado disfraz. Ella sonrió y se puso de puntillas para susurrarme.

-Yo que tú no me lo quitaría...-Su aliento caliente hizo que el vello de la nuca se me erizara.-No sabes lo que me pone.-Me sonrió de esa forma sensual que solo ella sabe que me vuelve loco.-¿Te espero en la habitación?.-Yo tragué hondo y solo la miré sin responderle nada.

Laura carcajeó y continuó acercándose al hotel que estaba a unos cuantos pasos. Yo sonreí meneando la cabeza. No se como lo hacia, pero lograba ponerme de una manera...

Me quite la gorra atusándome los rizos y esperé unos minutos para acercarme al hotel.

Se suponía que tendría que irme a dormir. El día siguiente tenía el concierto, y suelo moverme tanto que necesito tener las pilas cargadas al máximo. Pero...el solo pensar que Laura estaba esperándome en su habitación hacía que me piel se pusiera de gallina.

Fui primero a mi habitación dejando la gorra y las gafas sobre la mesita. Entré al el baño y me miré unos segundos en el espejo. No pude evitar sonreír. Estaba tan feliz que ni siquiera sabía como es que alguien podía llegar a ser tan feliz. Escuché el móvil sonar y luego de echarme un poco de agua en la cara caminé hasta mirar la pantalla.