Capitulo 1

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-Ay señor Tomlinson no sabe la alegría que nos da tenerlo en el edificio-sonrió la mujer con su regordeta y blanca de piel rodeada de miles de pecas en ella,  junto a sus dos pequeños ojos marrones.

-Es una alegría poder vivir en este hermoso lugar, señora Parker-sonrió comprometido.

La mujer sonrió enternecida dándole la llave y una lista de números y anotaciones, para luego mirarlo serio y girar su vista hasta la puerta número 214 y mirarlo nuevamente a los ojos, el brillo de sus ojos perdidos en aquella puerta blanca.

-Niño, por favor mantén lejanía de ese chico-señaló con su dedo sin disimular mucho a la puerta a su lado- ese chico es malo y tu tienes una cara de niño bueno-sonrió dándole un apretón en sus mejillas- me tengo que ir. Un gusto tenerlo con nosotros. Cualquier cosa, me avisas cariño.

-Yo...¿gracias?-la mujer le sonrió para irse caminando. 

Seis minutos más tarde, el aún seguía en el corredor intentando mover una de las cajas más pesadas de todas, donde seguro estaban todos los libros para la universidad, el sonido de una puerta ser abierta seguido del resonar de unos zapatos de tacón lo hizo alzar su cabeza, para ver a un chico con un traje negro aferrado a su cintura, labial rojo, mascara que resaltaba sus pestañas y un cat liner que demostraba el verde de sus ojos, le sonrió levemente para caminar hasta él, estirando su mano, y en esos momentos noto sus uñas largas de color blancas con pequeñas decoraciones en dorado, tomo su mano con cuidado sintiéndola suave al tacto y sin poder despegar sus ojos de aquellas orbes verdes.

-Soy Harry Styles, tu vecino de al lado, es genial tener un vecino nuevo-sonrió levemente marcando su hoyuelo, lo único que podía pensar era en esos labios rojos y su perfectos dientes- amaría ayudarte y hablar, pero llego tarde a mi trabajo, cualquier cosa siempre puedes golpear mi puerta-sonrió. 

Y como llego, se fue, meciendo sus caderas levemente y sus largas piernas dando movimientos seguros, ¿aquél chico era real o una ilusión? porque estaba seguro de haberlo imaginado todo. Le costo pocos minutos poder entrar todas las cajas a su vacía casa, entonces, sabiendo que tenía dos semanas antes de entrar a clases había pensado, que no había mejor momento que arreglar al menos un poco el lugar, su camisa blanca sobre la mesada de la cocina mientras empujaba uno de los muebles, podía escuchar sus pulsaciones sobre sus oídos mientras se dejaba caer al suelo totalmente agotado y con hambre, si alguien le hubiera dicho que era así mudarse solo, se hubiera quedado.

Sin internet en el lugar, ni un solo contacto para ordenar comida, soltó una maldicion y se coloco de nuevo la camisa para dar unos pasos fuera del departameto, miro lentamente amabs puertas, la número 214 se veía mucho más cuidada que el resto, pero le habían dicho que mantenga la distancia, así que camino hacia la habitación 216, desde donde estaba escuchaba el murmuro de alguien dentro, y luego de golpear la puerta para esperar levemente, la puerta se abrio, dejando ver a una chica de veintiocho años aparentemente y el fuerte sonido de la televisión junto a alguien cantando desafinadamente.

-¿Qué?

-Oh... yo soy el vecino de al lado y bueno, acabo de mudarme y no tengo ningún número de alguna tienda de comida para ordenar y me preguntaba si podría darme alguno-sonrió incomodo ante la mirada de la chica.

-Soy lesbiana.-Louis hizo una mueca y alzo ambas cejas. 

-¿Bueno? yeey-alzo su puño algo incomodo- bueno yo soy gay así que estamos en la misma, ¿tienes un número o no? 

-Me caes bien, sí, espera aquí, tengo a mi novia desnuda dentro-suspiro para alejarse dejando la puerta abierta, una parte de él quería ver y saber si era verdad, porque vamos, ¿quien le decia a un desconocido que tenía a su novia desnuda dentro? o mejor aún, dejaba la puerta abrierta a un desconocido. El fuerte golpe proviniente de su derecha lo hizo girarse levemente.

Observo fugazmente como su vecino del 214 negaba a un chico empujándolo suavemente con sus manos para intentar cerrar la puerta pero aquel hombre evito que pudiera hacerlo.

-Se que lo haces, ¿por qué conmigo no quieres?-el hombre gruño y sintiendo sus pies pegados al suelo miro todo.

-Yo... eso es falso, dejame por favor, acabo de venir de trabajar y voy a dormir.

-Te pagare el doble que ellos.

-Yo no me prostituyo señor, por favor no me toque-susurro nervioso pero aquel hombre le tomo del brazo y antes de pensarlo, aquel hermoso chico de ojos verdes clavo su puño en su mandibular expulsarlo lejos- dije que no me toques- y cerro la puerta.

-Es así siempre-dando un salto por el susto se giro a ver la chica que le tendía un papel- pobre chico, simplemente creo que no sigue los estereotipos y que es demasiado pasiva, bueno vecino, que bien es conocerlo pero tengo a una chica dentro y de verdad quiero estar con ella, coma pizza y sea feliz, adiós.

Entonces cayo en cuenta de lo mal que hizo en mudarse a ese lugar.


The Apartment / Larry Stylinson /Donde viven las historias. Descúbrelo ahora