Enseñame a vivir (P1)

3. Serendipity

Como era de costumbre, el chico alto y apuesto que siempre resaltaba, llegó más temprano de lo habitual. Las puertas estaban abiertas pero no quería parecer ansioso como el que ya estaba adentro, ansioso y necesitado. Nada le parecía peor que esperar adentro cuando se llegaba tan temprano. Una hora para ser exactos.

El cálido sol pegaba de lleno en los bancos de la plaza que se encuentra al costado del teatro. "Perfecto" pensó Alec que sobre todas las cosas era la morsa mas preciosa existente en la faz de la tierra. Normalmente era un lugar donde se hacían eventos, así que era bastante amplio y nadie lo molestaría. Se quitó la campera y la acomodo por debajo de la nuca, una vez que eligió un banco, y se recostó en el. 

Iba a descansar el cuerpo mientras esperaba. Dejando que el calor de la mañana le calmara la ansiedad y a la vez el dolor que sentía en su alma. El sonido de los pájaros que rondaban la fuente le distraen para no quedarse dormido.. O tal vez era la vista fija de unos ojos dorados oscuros que le observaban en silencio desde un ventanal ubicado en la parte media del teatro.

Magnus apretó con fuerza la empuñadura de su bastón canadiense. Sentía tantas cosas en ese momento, tristeza, odio, melancolía, culpa y sobre todas las cosas, soledad. Las audiciones para reemplazarlo estaban a punto de comenzar. 

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El silencio en la sala era aturdidor, uno de los directores de la obra preguntó con poco interés. "Nombre" a secas y sin mirar al joven parado delante de ellos. Ya habían pasado varios chicos y solo uno les había gustado, para ser sinceros, ya habían tomado la decisión, solo por respeto lo iban a tomar como "posibilidad".

- Alec.. - Apretó los labios y volvió a empezar, odiaba su nombre completo- Alexander Lightwood. - Como nadie dijo nada más el chico que ponía la música la puso y todos lo miraron esperando a que baile. Alec los miro y empezo a reir. - En realidad vengo por el puesto de Acompañante terapeutico, mi hermana me dijo que estaban buscando... 

- Si tambien eso, pero la exigencia es que debe saber bailar. La idea es que la recuperación sea en torno al baile, si no sabe de eso, no tiene el puesto.

Apretó los dientes y se dio cuenta de lo que su hermana había tramado cuando le informó del trabajo. Claro que Alec sabía algo, había practicado danzas de chico, adolescente, básicamente toda su joven vida, pero no recordaba mucho en esos momentos. Todos se quedaron esperando y la música nunca paro así que empezó a bailar.

Luego de unos minutos uno de los jueces hizo parar la música. Un mensaje le había llegado a su celular y este habia sonreido ampliamente. Alec se quedó perplejo, no había hecho nada del otro mundo y se sintió destrozado, estaba a punto de refutar y dar lastima pero unas palabras lo interrumpieron.

- Bueno Alexander. Bienvenido. La asistente te guiará a partir de ahora. Buenas tardes. - Todos se pusieron de pie, se levantaron y se retiraron de la habitación, dejando a Alec perplejo ¿Le habían dado el empleo?

- Gra... Gracias. - Alcanzó a balbucear cuando ya todos se habían ido. Incluido el chico de la música que siguió corriendo a los demás. Solo quedaba él y su reflejo que daba en el centro del gran espejo que se escondía empotrado en la pared. Una mujer se asomó y lo miraba impaciente desde la puerta, esperándolo.

- Alexander. - Susurro desde detrás del espejo alguien que guardó su celular en el bolsillo.

Alec se observó por unos segundos en el espejo notando que en su brazo había un hematoma enorme con la forma de unos dedos. Llevó su mano a taparlo y luego miró su campera que se apuro a poner, para taparse y salir del lugar. La vergüenza lo carcomía. Una mano se posó en el espejo, era claro que no lo escuchaba ni veía. Sonrió al ver como corría el muchacho de antes. Ese que había espiado desde la ventana.

- ¿Que queres esconder? - Susurro para sus adentros, sintiendo por primera vez en mucho tiempo que tenía ganas. Unas terribles ganas de existir.

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{ Les recomiendo mirar este documental, esta super interesante! }