11. ¿Azulado o a su lado?

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Dos semanas después de aquel evento, Alec y Magnus se veían todos los lunes, miércoles y viernes. Magnus traía el desayuno todas las mañanas. Era un latte de vainilla para Alec y un latte machiatto para el.

La primer semana Alec fue bien duro y no quería hablar de nada mas que de los ejercicios y a Magnus le encantaba seguir sus órdenes, claramente cada tanto lo molestaba para sacarle una sonrisa. Y lo lograba.

La segunda semana comenzaron a almorzar juntos. Magnus quería conocerlo mas, estar con él y a Alec no le molestaba la idea. Compartían historias graciosas de cuando iban a la escuela. El terapeuta estaba horrorizado, no podía creer lo que los chicos de escuelas privadas hacían.

Pero el miércoles habían tratado un tema que Alec no quería tratar. Los ex.

Magnus parecía no tener problemas con eso y hasta le contó sobre la orgía que había tenido en el escenario y lo que su padre había hecho como castigo. Sacarlo de la obra y alejarlo de la prensa. Alec ya ni se asustaba por sus cuentos, le hacían reír, hasta que Magnus le preguntó.

- ¿Y qué hay de tus ex? Alguno que valga la pena contar.

- No. No. No he tenido relaciones serias...

- Oh. Bueno pero, algo debes de haber tenido. Con lo hermoso y talentoso que sos.

- Gracias... - Dijo Alec mirando por la ventana - Tuve algo con mi mejor amigo... - Magnus apretó la servilleta, era muy malo disimulando sus sentimientos.

- ¿El del hematoma de la otra vez? - Preguntó sin pensarlo y Alec ignoro cómo era que sabía.

- Eso fue un accidente. Estábamos borrachos... Yo no soy de tomar, no me gusta. Mi hermano murió en un accidente así y... Esas cosas no me gustan.

- Lamento eso Alexander no sabía. - Dijo Magnus, estirando su brazo para tomar su mano. No era necesario estirarse mucho, prácticamente se sentaba pegado a él.

- Esta bien... Un tipo cruzo en rojo y por esquivar otro auto perdió el control y se lo llevo puesto. Obviamente la justicia no hizo nada y anda libre. Al menos si le dieron trabajo comunitario y asistencia obligatoria a alcohólicos anónimos.

- ¿Y por qué tomaste ese día? - No era que Magnus no quisiera saber mas de ese tema, simplemente no quería cambiar el hilo de la conversación principal.

- La primera vez en realidad pretendí estar borracho y solo deje que pasara. Me gustaba y quería que pasara. Quería estar con él hacía mucho, y él no es gay... Pero como se arrepintió ni bien terminamos, pretendí estarlo.

- ¿Pero si sabias que no lo era porque seguiste el juego?

- Pensé que tal vez me amaría si lo intentaba.

El corazón de Magnus se estrujo repentinamente y sintió unas ganas inmensas de abrazarlo pero sólo mantuvo el agarre de su mano, hasta ahora era lo único que se permitía hacer.

- Pero no fue así... Cuando nos volvimos a ver yo pensé que... Muchos toman para olvidar así que eso hice. Izzy, mi hermana, le contó que estaba en ese bar y el fue y... Peleamos como buenos machos. - Magnus respiro profundo - Fue muy violento para serte sincero y.. no se porque terminamos haciéndolo de nuevo en el callejón del bar...

Soltó una risa algo dolorosa y Magnus llevó su mano a acariciar su mejilla. Alec se inclinó hacia su mano y lo miro. Algo entre ambos se terminó de sellar y en ese momento Magnus sintió que era el momento.

- Pero el ya no te va a hacer más daño, porque yo voy a estar ahí para cuidarte.

- A veces siento que... - Magnus ya estaba acercándose a Alec cuando las palabras salieron de sus labios.- nací para sufrir y perder a las personas que amo.

- Alexander... - Magnus se dejó caer sobre las tablas y atrajo a Alec con él, este dejó que su cabeza descansara sobre el pecho del otro.

- ¿Qué? - susurro Alec, abrazandolo. Era increíble pensar lo mucho que habían avanzado en tan poco tiempo y la confianza que habían generado sin siquiera haberse besado aun.

- Que bueno que el destino nos unió entonces.

Alec no discutió ni contesto, el latido del corazón de Magnus lo relajo de tal manera que empezó a quedarse dormido y una sonrisa se dibujó en el rostro del ex bailarín. 

Una tos lo despertó y Magnus miró a Alec, aún dormía y se veía tan hermoso. Su chofer lo esperaba en la puerta. Miro la hora y ya eran casi las cuatro, se habían dormido unas tres horas. El chofer levantó una ceja mirándolo de mala gana, le había visto hacer tantas cosas que de alguna forma sintió que el chofer lo juzgaba.

Magnus despertó a Alec, dejando un beso en su frente. Tenía unas ganas terribles de comerle la boca y morderle todo el cuello largo que tenía. Alec lo miró con sus ojos achinados por el profundo sueño que tenía y le sonrío.

Fueron apenas unos segundos en los que Magnus olvido que su chofer lo estaba esperando. El rostro de Alec estaba apoyado en su brazo y lo miraba a los ojos con algo que hizo que Magnus dejara de pensar. Esos ojos verdes azulados tan puros ¿Llovería?

Una de sus manos se posó en el cuello de su terapista y se acercó, plantando un beso tan suave como su piel. Atrapó su labio inferior por varios segundos para luego despegarse y volver a hacerlo. Pero Alec respondió esta vez y el beso se hizo mas profundo.

Todo el cuerpo de Magnus se dejó caer sobre el de Alec y a Alec no le molesto. Encajaban perfecto el uno con el otro y Dios, Alec estaba a punto caramelo. Sus manos abrazaron a Magnus por el cuello a lo que él respondió bajando a acariciar el pecho de Alec que era tan firme y perfectamente tallado.

Otra tos mucho mas fuerte resonó en todo el salón. 

Magnus se separó pero Alec no lo soltó, lo seguía mirando a los ojos.- Necesito que dejes de ser tan hermoso. Porque me tengo que ir y si seguís mirándome así voy a tener que secuestrarte.

- No me molestaría...

- Me encanta este Alexander. - Magnus estaba maravillado con esa respuesta.

- Te tenes que ir anda...

Magnus dudo por un segundo, había deseado tanto estar con él así que ahora tener que irse le molestaba rotundamente. Se puso de pie, arrodillándose entre las piernas de Alec. Le miro la entrepierna y luego se levantó disimuladamente dándole la mano a Alec para ayudarlo. Este la tomó y se levantó.

- ¿Viste como te levantaste? Estas mucho mejor, eso es porque estás haciéndome caso. Te dije que si me hacías caso ibas a estar bien.

- No festejes antes de tiempo. Mañana es el examen y si lo paso ahí vamos a festejar.

- Y si no lo pasas también. Seguiremos trabajando y entraras la próxima temporada.

Magnus revoleo los ojos, Alec no entendía aun muy bien el negocio de las grandes empresas de ballet, perder una temporada era como la muerte. Se acercó y le beso la mejilla, tomando su bolso luego y retirándose.

- Te mando mensaje después. - Le grito mientras se iba.

Alec volvió a sentarse en las tablas y allí se quedó. Mirando hacia afuera como el auto se iba y la soledad volvía a envolverlo. Se miró las manos y luego los pies. Sonrío y se cubrió la cara. No quería pensar en la cara de idiota que debía de tener.

Al paso de unos cuantos minutos cuando Alec estaba por irse, alguien se adentro al lugar con la voz de "PERMISO" y Alec muy educado le respondió.

- Lo siento tengo reservado hasta el cierre en estos días y a la noche son clases privadas. Si queres podes llamar al... 

La voz de Alec se detuvo en ese momento, se quedó helado y no supo qué más decir. Era el señor Bane. El padre de Magnus.

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Enseñame a vivir (P1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora