8. Trato

1.1K 120 65
                                    

Alec camino sin muchas ganas hasta el lugar. Vestía su jean negro y una camisa negra que cubría una remera verde oscura. Se sentó en uno de las mesas externas y sacó un cigarrillo de durazno. Era increíble que existieran de esos gustos. Cerró los ojos y dejo que el sol le calentara el rostro mientras le daba otra pitada a su vicio.

- ALEXANDER. - Se escuchó algo lejos pero repentinamente cerca se volvió a escuchar.- ¿QUE HACES? - Con un hábil movimiento le quitó el pucho a Alec.

- ¿Que haces vos? - Respondió enojado ante la actitud.

- Cuido a mi empleado ¿Café? - Soltó con total normalidad. Alec rodó sus ojos impaciente. - ¿Tan temprano y ya estas de mal humor?

- Magnus. Necesito saber que tipo de terapia necesitas. No puedo seguir jugando a esto.

- Esta bien. Pero no me gusta hablar de negocios sin un café cerca.

- Bueno genial, anda a pedir y te espero. - Magnus sin más tardar levantó su mano y una chica danzante se acercó con los dos cafés.

- Genial entonces. - Soltó y a la vez que se sentaba, la chica dejaba las tazas en la mesa. Alec estaba ya cansándose de esta danza que había con la gente. Sentía que las manipulaba a su antojo.

- Este café no acepta estas cosas, es para pedir en la barra e irte por ahí.

- Bueno si queres nos vamos por ahí. - Insinuó Magnus.

Alec un poco cansado de jugar, apoyó sus codos en la mesa y miró su Latte. Levanto la taza y lo probó. Era un Latte de vainilla. Levantó la mirada para mirar a la persona que tenía al lado y vio algo que hacía mucho tiempo no veía en los ojos de alguien que lo observaba. Interés.

- ¿Me estabas espiando anoche? - Pregunto tratando de alejar los pensamientos que comenzaban a querer inundarlo. No podía permitirse sentir ahora.

- Quería verte.

- ¿Por qué?

- Porque me interesas.

Las palabras fueron tan firmes que el aire de repente dejó de existir para Alec.

- Pero no quiero presionarte. Todos tenemos nuestros problemas y no quiero parecer acosador. Solo quería dejártelo claro.

- Gracias, agradezco la honestidad brutal. - Magnus sonrió ante sus palabras y divertido tomo de su taza, observando a Alec de una manera que ya parecía rozar lo molesto. - Si queres podemos ir al estudio y vemos que podes hacer y que no. ¿Te parece?

Magnus esbozo una amplia sonrisa y se reclinó sobre la silla con la taza aun en la mano.

- Me parece una gran idea. - Alec lo miró y se quedó esperando. - Ah, ¿Ahora? Si. Bueno.

Ambos se levantaron y Magnus dejó la taza.

- ¿Entendes porque son para llevar ahora? - Dijo Alec con una sonrisa divertida que Magnus no había visto aún. Lo descolocó completamente y sintió que tenía ganas de abrazarlo con fuerza por ese magnífico avance. Pero solo se quedo callado e hizo un tono burlón repitiendo lo que Alec había dicho.

- Intindis pirqui sin piri llivir ihori.

- La madurez ante todo... - Resoplo pero aun divertido.

Magnus tomó las muletas canadienses que hacían tono con su camisa de coral, junto con el pantalón rojo oscuro que le acompañaba. Siempre en tono y fashionable. Alec noto que no se había dado cuenta que había llegado con ellas. Era increíble lo natural que era para el que la gente usara ayudas ortopédicas.

Ambos se dirigieron hasta el auto que lo esperaba a Magnus y allí se subieron. Claro, Alec le abrió la puerta a Magnus y eso fue un lindo gesto. Debajo de ese chico siempre de mal humor había una persona y era un caballero educado. El viaje fue interesante. Ninguno de los dos habló. 

{ Este es el estudio que usa Alec en mi cabeza, y les comparto para que lo imaginen *LINK EXTERNO ABAJO DE TODO* es hermoso lo se. }

Cuando llegaron Alec se bajó y Magnus se apuro a bajar detrás de él para no parecer que lo necesitara para que le abra la puerta pero Alec se giró y le saco las muletas y las tiró dentro del auto. Magnus parecía shockeado en nivel extremo.

- Las muletas no va a entrar en mi estudio.

- ¿Y como queres que camine? No puedo permitirme andar cayéndome si..

- No te vas a caer si prestas atención a cómo caminas, te vi hacerlo hace un rato cuando me sacaste el cigarrillo. - Lo interrumpió Alec y Magnus no podía creer el atrevimiento.- Las ayudas ortopédicas tienen un límite en este tipo de accidentes. O te recuperas o empeoras. Y por la lesión que tenes, podes caminar perfectamente con ella. Tu problema está en los gemelos no en los tobillos, ni en el empeine ni en nada relacionado al pie, hasta tus tensores están perfectos. Estas lastimándote usando esas cosas.

- Bueno... - Las palabras le escaparon a los labios.

- Los tornillos de tus huesos son los que lastimaron a tus músculos, pero una vez formados los callos el drama termina. Tenes que volver a aprender a caminar si queres bailar y que tus médicos de caras obras sociales te den instrumentos para que te sientas seguro en la calle y salgas, no me sirven de nada. Necesito que confíes en mí. Si confías en mí, te prometo que te voy a ayudar a volver a bailar como antes.

Alec estiró la mano, como para hacer un trato de hombres. De esos que antiguamente sellaron todo con un estrechón de manos fuerte y varonil.

- Magnus, ¿Confías en mí?

La mano de Magnus estaba apoyada en el auto, estaba allí desde que Alec le había sacado su sostén. Le daba miedo apoyar la pierna pero tenía razón. En su casa lo hacía, caminaba tranquilamente. 

Pero cuando salía a la calle las necesitaba.

Sacó la mano del auto y se paró firme, estoico, tomando con la otra mano la de Alec. La estrechó con fuerza y ambos se sonrieron mutuamente. 

Era un trato.

×

{ Diganle a esta historia que me suelte. No puedo dejar de escribir!!!! No me pregunten porque tengo esta canción en la cabeza ¿Sera que estoy escribiendo algo relacionado a la letra? Todo es posible. No se asusten. }

Enseñame a vivir (P1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora