La amante y el tiramisu

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La reunión empezó temprano. Eran las 10am y en la casa de Magnus se hacían normalmente reuniones familiares que nada tenían que ver con lo familiar. Era siempre trabajo. Magnus los observaba a todos y eran completamente insignificantes, ninguno valía más que lo que sus billeteras tenían. No eran nada para el.

Las doce se hicieron en el reloj principal y la mayoría ya estaban comiendo. Incluido su padre que se encontraba en la cabecera de la larga mesa. De un lado estaba Magnus y del otro su amante.

La madre de Magnus había muerto cuando él era pequeño y no recordaba mucho de ella, solo que era una hermosa mujer asiática, de rasgos fuertes y según su padre, muy felina. Lo que normalmente se decía felina según ellos era que podía ser la mujer mas femenina del mundo pero que si le tocaban algo de ella, los haría añicos.

Cada vez que Magnus recordaba eso una sonrisa se le venía al rostro. Era una sonrisa muy particular, una que su padre reconocía.- ¿Estás pensando en tu mama? - Le pregunto y lo descoloco.

- Perdón. Intento no dormirme y pensar en ella ayuda. Estoy seguro que estas cosas las odiaba.

- Si. Era difícil hacer negocios con ella cerca. Pero todos la buscaban, era muy agradable para hacer conversaciones banales. De las mas raras que puedas pensar. - Magnus tomó un pedazo de pan y se lo mostró a su padre. Este se rio divertido. Su padre. Se rió. Magnus lo miró extrañado. - Tu mama agarro un pan así una vez y empezó a explicar como se hacía, hasta el punto que todos empezaban a reír por lo ridículo y genial que parecía... Si tan solo supieran como se burlaba de ellos. Era única.

- ¿La amabas? - Preguntó Magnus mientras la amante de su padre los miraba a ambos.

- Fue lo peor que me pasó en la vida... Pero la amaba. Con locura la amaba. - Asmodeus miró su plato.- Daria todo para volver a escucharla reír...

Magnus sintió pena por su padre. Por primera vez en mucho tiempo entendía tantas cosas de ellos, de su vida. No quería ser de esos que entendían todo de grandes, quería entender a su padre ahora y amarlo ahora, no cuando ya sea tarde.

- Alec tiene una sonrisa hermosa, pero él ya no sonríe tanto. Creo que muchas cosas feas le pasaron y ahora simplemente no tiene ganas de hacerlo. Pensé que podía cambiar eso...

- A mi me gusta mucho el cambio que ese chico hizo en vos. Te ves tan lindo y radiante! - La mujer del señor Bane hablo y ambos la miraron atónitos. - Caminas mejor, ya no andas con esas muletas horribles. Anoche te vi subir las escaleras corriendo y hace mucho no te veía correr así! - Magnus trago en seco y su padre lo miró. - Bueno.. No debí decir eso...

- Es imposible vivir en esta casa sin secretos. - Se quejó Magnus.

- ¿Lo fuiste a ver de nuevo? Bueno, no me extraña. Nunca me haces caso.

- Asmos, basta. Deja que el chico sea feliz... Después de estar tres meses encerrado, míralo ahora. Sonríe, hace chistes y volvió a vestirse bien.

- Siempre me visto bien. - Acotó Magnus.

- Claro que sí cariño. - Ambos se sonrieron, habían ido de compras muchas veces juntos.

El señor Bane los miro a ambos y luego levantó la mano para que alguien se acercara. Charmian se acercó y Magnus la miro. La adoraba.

- Quiero que juntes una bandeja con el postre para dos personas y la dejes lista en la entrada. - Todos lo miraron y nadie entendía el porqué, rodó los ojos como si el mundo girará mas lento que ninguno.- Magnus no va a comer el postre acá.

Asmodeus levantó una ceja y los miró a ambos. Magnus apretó los labios y la mujer sonrío orgullosa de lo que su amante había dicho. La nodriza se retiró a hacer lo que le habían encomendado.

- Gracias papa. - Dijo Magnus levantándose de la mesa.

- Vas a hacer lo que te dije de todas formas.

- Si, lo voy a hacer. Gracias.

Se levantó y se fue corriendo hasta su pieza a vestirse bien para ir a ver a su Alexander.

Enseñame a vivir (P1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora