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— Venga, hermanito. Tienes que prestarle más atención –bufó el menor mientras observaban de nuevo el álbum de fotos.

Desde el día en que Tristen llevó la caja llena de cosas a la habitación de hospital de Taylor, todos los días dedicaban un par de horas a intentar mejorar la memoria del mayor a base de los recuerdos que ahí podían encontrar.

— ¿Y esta carta? –susurró Taylor, más para sí mismo que para su hermano. Sabía que estaba ahí dentro, pero hasta el momento no había reparado en preguntarse qué era.

— Mamá dice que no deberías leerla hasta que estés preparado, Tay –dijo el pequeño no muy seguro de si sería buena idea que la leyera. Sin embargo, estaba claro que iba a hacerlo, así que se levantó de la cama y volvió en silencio a su cuarto, dejando a su hermano solo para que pudiera leer la carta.

Querido Tay:

Ayer mi mamá recibió una carta de mi papá. Ya te conté un día que él está trabajando en otra ciudad así que no pueden verse casi nunca. Le pregunté que por qué no se llamaban en lugar de eso, y ella me dijo que así es más bonito.

Como tu papá te ha castigado por romper el jarrón ese tan caro, no puedo visitarte, así que mi mamá me ha dicho que yo también podría escribirte una carta para que no estés triste y así te acuerdes de mí.

Mamá dice que no está bien que nos demos besitos, dice que somos muy chiquitos para eso. Yo le he dicho que en la tele dicen que para el amor no hay edad. No sé a qué se refiere porque nosotros solo somos buenos amigos. Pero me gusta mucho, mucho dártelos.

Mi mamá no para de hablar sobre hacer un viaje a Canadá, para ver a los abuelos. ¡Tengo muchas ganas de verlos! Siempre que hablo con la abuela le cuento cosas sobre ti y dice que tiene muchas ganas de conocerte. Espero que no estés castigado para cuando me vaya y así puedas venir conmigo.

Ya no sé qué más contarte, así que voy a dejar de escribir. Te quiero mucho, Tay.

Shawnie.

Esa fue la última vez que tuvo noticias de él. No sabía cómo, ni por qué lo recordaba, pero aún tenía presente esa carta en su memoria. Se recostó en la cama y volvió a leer la carta un par de veces más. Fue así como se quedó dormido de nuevo, leyendo la preciosa carta que el pequeño Shawn le había escrito.

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Al final me he puesto las pilas y he escrito muchos capítulos nuevos.

Siento repetirme, pero gracias por el apoyo.

Amnesia (Shaylor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora