Amnesia (Shaylor)

1.3

Ya había pasado una semana desde que Taylor había vuelto de Canadá. Cuando la abuela de Shawn le dio el teléfono de la mamá de este, lo dobló con cuidado y lo guardó en su bolsillo, permaneciendo el papel aún ahí. Estaba deseando poder llamarla, pero Louis le pidió que descansara unos días, pues su mente aún no estaba curada como para asimilar tanta información de golpe.

No obstante, este asunto estaba ayudando en gran medida a su recuperación, pues poco a poco los recuerdos iban volviendo a Taylor. Gracias a esto, la tensión en su relación con Trey disminuyó, pues iba recordando lo mucho que lo apoyó e intentó animar cuando Shawn se marchó.

Taylor cerró la puerta de su cuarto, se sentó en la cama y marcó el número de teléfono. Tras unos instantes de meditación para asimilar cualquier posible golpe que pudiera recibir, efectuó la llamada. El teléfono sonaba y sonaba, pero nadie parecía responder. Taylor, ya cansado de no obtener respuesta, estaba a punto de colgar, hasta que escuchó a alguien decir: ¿Dígame?

  — H-hola... ¿Con quién hablo? –dijo muy nervioso.   

  — Soy Karen, ¿ocurre algo? –recordaba ese nombre. Efectivamente era la madre de Shawn, lo cual significaba que tras más de una década sin saber de él, estaba prácticamente a punto de volver a entablar contacto con él. En apenas unos segundos, Taylor montó en su cabeza una pequeña fantasía en la que Shawn se ponía al teléfono y le decía lo mucho que lo extrañaba–. ¿Hay alguien ahí?

  — Sí, sí, disculpe –carraspeó–. Soy Taylor Caniff, no sé si me recordará. Era amigo de su hijo cuando vivían aquí en Indiana.

  — ¿Taylor? –hizo una pausa pues, a decir verdad, hacía mucho que no oía hablar del chico. Sin embargo, era imposible olvidarse de él y de la amistad que tuvo con su pequeño Shawn–. ¿De verdad eres tú? ¿Cómo has conseguido mi número?

Taylor no quería contarle la verdad, pues no quería que pensara que estaba acosando a la familia. Se limitó a decirle que tuvo un accidente en el que perdió parte de la memoria y que mientras observaba unas fotos antiguas vio a Shawn y quería retomar el contacto con él, tan solo eso. Le dijo que conocía a alguien que podía ponerlo en contacto con la familia y que la abuela de Shawn le dio su número de teléfono.

— Vaya, es increíble que hayas conseguido ponerte en contacto conmigo, pero yo no puedo hacer nada por ti, Taylor. –dijo ella algo triste.

  — No le pido gran cosa, de verdad –su tono de voz empezaba a ser más desesperado–. Tan solo me gustaría que se pusiera al teléfono y saber un poco más de él, de verdad. Desde que se lo llevaron... lo he extrañado mucho –ella se quedó unos segundos en silencio.

— Taylor, siento mucho lo que pasó... Es una larga historia, no lo hicimos por separarlos a ustedes, créeme –en su voz se notaba que estaba empezando a entristecer–. Aún así lamento decirte que no puedo pasarte a Shawn.

— ¿Él no quiere saber nada de mí?  –susurró Taylor pensando que eso era lo peor que podía esperar.

  — Shawn se escapó de casa hace algo más de dos años, Taylor. No quiso decir a dónde iba, se escapó una noche y a día de hoy aún no sé nada de él.

• • • 

Sé que llevo aproximadamente un año desaparecido, pero era mi último año de instituto y necesitaba centrarme en los estudios para poder entrar en la universidad que quería.

Ya acabé el curso, hice las pruebas de acceso y he obtenido mi plaza, por lo que puedo volver a centrarme durante un tiempo en continuar la historia.

Sé que posiblemente hayan dejado de seguir la historia, pero creo que merecerá la pena su continuación. Si pudieran difundirla, me harían un favor enorme.

¡Mil gracias por el apoyo y por todo!