044.

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– He vuelto, mami.

Aviso entrando a su casa, lo primero que vio fue a su madre sentada en el sofá tomándose una taza de café.

– Al fin llegas– dijo con una sonrisa.–, ¿como te fue donde Jungkook?– le preguntó de una manera algo fría. Noto como Jimin se quedó estático con sus ojos exageradamente abiertos.– No te hagas el tonto, soy tu madre. Era obvio que me daría cuenta... Dime, tú no tienes planeado alejarte de él ¿no es así?

La respuesta era más que obvio, no quería para nada separarse del castaño, no quería que los alejaran, pero ahora estaba temiendo de que eso pasara. Estaba siendo muy feliz con ese lindo chico de bonita sonrisa, no quería que todo fuera arruinado por cuatro años de diferencia de edad.

– El me gusta mucho...

– Eso lo entiendo– suspiro.–, pero no es aceptable. Debes salir con personas de tu edad. ¿Por qué no Yoongi? Sería mucho más aceptable para mí.

– Pero no se trata de ti– dijo triste.–, se trata de mi.

La madre frunció los labios, tomó un sorbo de su negro café y volvió la mirada hacia su hijo.

– Tienes que terminar esa relación, no te consta. ¿Qué pasará cuando el se canse de ti? Sé que no soy la primera persona que te dice algo así– y así era, Yugyeom le había dicho algo parecido, como si ambos se pusieron de acuerdo para dañar los sentimientos de Jimin.–. El no te conviene para nada, es más que obvio que no suele salir con chicos como tú. Pronto se cansara de ti, y cuando pase notarás que te quedaste solo por un amor pasajero. Hijo, quiero lo mejor para ti...

– No hables más, iré a mi habitación. Adiós.

• • •

Había quedado con Jungkook para comer algo, claro que no se esperaba encontrar a Jungkook abrazando a Yugyeom en todo el frente del restaurante en el que habían quedado ellos dos. Ese chico ni siquiera debía estar ahí y muchos menos abrazando al castaño. El castaño le pertenecía a Jimin, no a él. Se acercó rápidamente y fue cuando Jungkook por fin lo noto.

– Cariño, llegaste– sonrió Jungkook al separarse de Yugyeom y ver al peli rosa, a quien le iba a dar un pequeño beso pero lo esquivo.– ¿que sucede?

Jimin solo miro a Yugyeom de mala gana y entro al restaurante sentándose en la primera mesa que encontró vacía a esperar a que Jungkook siguiera dándole cariño a su amiguito. No pasó mucho tiempo hasta que el castaño llegó.

– Al fin llegas, supongo que estabas demasiado ocupado abrazando a otro chico...

El castaño mostró una pequeña sonrisa.– Me encanta que te pongas celoso, a pesar de que solo tengo ojos para ti, lindo– iba a darle un beso nuevamente, pero el peli rosa de nuevo lo esquivo.–. Deja de actuar así, por favor. Ya te dije que Yugyeom es solo mi amigo, nada más.

– ¿Pero quien me asegura eso?

– Yo.

Jimin movió su pierna desesperado, ya estaba incluso sintiendo un poco de dolor de cabeza por la situación.

– Todos dicen que no soy el tipo de chico en el que tú te fijarías, y tienen razón– suspiro.–, tienen absolutamente toda la razón. No quiero creerle a ninguno, pero tú me das razones para que les crea. Es normal que aún te guste Yugyeom, eso lo puedo entender. Después de todo, no me parezco lo más mínimo a él. Él es muchísimo mejor.

– Deja decir tonterías– se quejó.–. Me gustas tú y solo tú, no más jodido nadie. Solo tú, joder.

– Deja de mentir– pidió y Jungkook se molestó aún más de lo que ya estaba.–, no es necesario que sigas... Haré lo que tú quieres, cumpliré tú deseo. No quedaras como el malo de la historia, sino yo, no te preocupes.

Jungkook se despeinó frustrado.

– ¿Ahora de qué mierda hablas?

– Démonos un tiempo– esa frase fue la gota que rebasó el vaso.–, cuando te vi con Yugyeom me di cuenta de todo. Lo que decía mi madre era cierto, pronto te cansarás de mi. Por mucho que luche porque ambos estemos juntos, no llegaremos muy lejos, porque no me soportarías hasta el final. Eso lo entiendo– tragó grueso para no dejar sus lágrimas salir. Normalmente lloraba por todo, pero en un tiempo acá había aprendido a tragarse todo.–. Evitémonos más sufrimientos, así es mejor ¿no crees?

– ¡Jimin estás muy equivocado!– Jimin se levantó de la mesa pero fue detenido por Jungkook.– ¡No me dejes! No quiero que te alejes de mí, no lo hagas, por favor. Te dije que me gustas tú y nadie más, deja de tonterías y siéntate. Quiero pensar que esto es una broma y solo eso, porque espero que todo lo que dices sea una inocente mentira.

– Adiós, Jungkook...

Jimin se soltó del agarre del castaño, quien se quedó estático y con lágrimas deslizándose por sus mejillas. El peli rosa lo más que quería era que ese chico fuera tras de él, pero era obvio que eso no pasaría. Tenía esa verdad clara, era una verdad muy dura. Gracias a eso no pudo evitar sollozar a penas estuvo afuera del restaurante, sentía como si estuviera siendo acuchillado por miles y miles de navajas.

No lo quedó más que dirigirse a su casa aún con sus lágrimas bajando por sus mejillas y sus ojos hinchados.

– Ya llegas... ¿Jungkook te hizo llorar?– dijo la madre despreocupada.

– Yo mismo me hizo llora... Que tonto soy ¿no?– dijo casi en un sollozo.

– ¿Qué paso?

– Todo acabo con Jungkook– sollozó.–...¡Todo acabo! Ahora puedes ser feliz... Al menos tú serás feliz, a diferencia de otros.


Nota: Están en todo el derecho de matarme:u
-huye antes de que la maten-

Sweet ➸ Kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora