Capítulo 49 "El regreso"

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Fui a la cocina a preparar el almuerzo, ya que se había hecho bastante tarde y queria que descansara unos minutos más. De mientras estaba haciendo la comida, el timbre sonó, fui rápidamente a abrir la puerta. Me encontré con una cara que no quería ver.

Nath: ¿qué haces tu aqui? -me puse molesto

Viktor: vengo a ver a Sucrette. Es mi mejor amiga de la infancia.

Nath: ¿mejor amiga? Ja...Los mejores amigos no hacen ese tipo de cosas que haces.

Viktor: ¿está o no está?

Nath: no, no está.

Viktor: ¿puedo entrar al menos?

Nath: no. -cerré la puerta en sus narices

¿A qué viene a hacer aqui otra vez? Una vez más tocó el timbre. Sino la habria, ella se despertaría.

Nath: ¿qué quieres? ¡Ya te he dicho que no está!

Viktor: pues la esperaré -hizo el intentó de entrar pero le pisé el pie- auch, ¿pero qué mosca te ha picado?

Nath: fuera de aquí Viktor.

Viktor: pero yo solo quiero verla.

Nath: ¡te he dicho que te vayas! -le volví a cerrar la puerta

Oh...Éste tío va a sacar lo peor de mí como siga así. No va a conseguir nada bueno. Ésta vez ss puso a aporrear la puerta con los nudillos. Fue lo último que hizo hasta que volví a abrir la puerta bruscamente y los impulsos me llevaron a estamparlo contra la pared.

Nath: mira tío, yo por las buenas soy muy bueno. Pero como te metas con ella o le hagas algo...No pienso hacerte nada bueno. ¿Me entendiste?

Viktor: ¿acaso no te das cuenta de que ella solo está contigo porque le das pena?

Oh...Esto no va a acabar bien.

Nath: ¿crees que no sé para quién haces todo esto? -lo tomé de la camisa y lo apreté más contra la pared

Viktor: ¿de qué hablas?

Nath: no te hagas el tonto. Solo te digo que como le pongas un solo dedo...Vas a lamentar haber existido. -consiguió darme un puñetazo en mi ojo izquierdo

Viktor: hijo de ****. Te vas a enterar -intentó darme más puñaladas, pero conseguí empujarlo por las escaleras del piso de apartamentos hasta que cayó hasta abajo

Unas gotas de sangre gotearon la parte de arriba de mi pijama desde mi ojo. Ahora como le explico yo a Sucrette lo que acaba de pasar...Me metí en el apartamento y fui al cuarto. Pude verla por suerte aún adormecida. Conseguí llegar hasta el espejo. Alrededor de la cuenca del ojo tenía un moretón que cubria gran parte de él. Pensé en ocultarselo, pero ahora con este moretón no creo que pueda. Me invadió una rabia haciendo que me mareara. Coloqué un pedazo de tela blanca ocultando mi ojo. Tenía tantas ganas de haberlo matado en ese momento. Agh, no sé lo que pretenden, pero seguro que nada bueno. Aún así fui a la cocina para terminar de preparar la tortilla de arroz. Sin terminar de ver muy bien, coloqué el ketchup por encima haciendo una divertida carita feliz.

Corrí hacia el cuarto para despertarla delicadamente.

Nath: pequeña...despierta. Es hora de comer -le susurré al oído sin aún encender la luz

Se estremeció y se estiró al oír mi voz.

Sucrette: ¿estoy...soñando? -dijo con una voz dulce, reí ante su voz de niña pequeña

Nath: no preciosa, no lo estás.

Sucrette: y...¿por qué tienes una venda en el ojo? -mierda...

Nath: m-me clavado el pico de la mesa de la cocina.

Me cuesta tanto mentirle...

Sucrette: por favor, no me mientas...No eres un niño pequeño para hacerte eso. A ver -intentó quitarme la venda, pero la interrumpí- ¿p-por qué?

Nath: no quiero que lo veas, es horrible.

Sucrette: Nath ya sabes que me lo puedes contar todo. Si tienes algún problema puedes venir a mí, para que lo solucionemos juntos. No estás solo.

Nath: lo sé cariño, y te lo agradezco, pero no tiene nada que ver con eso -me apretó la mano y se incorporó

Sucrette: ¿y entonces con qué? -me senté a su lado

Nath: no quiero decirte esto...Porque no quiero que pasemos lo que queda de vacaciones así...

Sucrette: cuéntamelo. -tomé su mano y la llevé a la cocina

Nath: primero tienes que comer.

Puse su plato en la mesa de comedor y traje los cubiertos.

Sucrette: muchas gracias por hacérmelo Nath, y perdón por lo de antes -dijo con la cabeza agachada

Nath: lo de antes es mi culpa, así que no te preocupes. Espero que te guste.

Sucrette: tiene una pinta exquisita, ¡que aproveche!

Cogí mi cuchara y lo probé primero. Para haberlo hecho yo estaba delicioso.

Sucrette: ¡está de rechupete! -dijo metiendose la cuchara en la boca- ya me lo esperaba de ti, querido.

Me sacó una sonrisa. Seguimos comiendo tranquilamente, aunque ella un poco nerviosa por saber lo que pasaba.

Sucrette: Nath...Siento que no puedo aguantar más. Necesito saber lo que ha pasado.

Suspiré y seguí comiendo, mientras que ella paró.

Nath: amor, aqui ha venido una persona que tu conoces y no hace mucho que ha-

Sucrette: así que ha venido Viktor...

Tragué saliva al oír ese nombre de su voz. Le tenía odio a ese nombre.

Nath: empezó a llamar desesperadamente porque quería verte. Le dije que no estabas, pero él insistió y un impulso me hizo que le pegara y bueno...-señalé mi ojo

Sucrette: ¿terminò yéndose?

Nath: no fue exactamente así...

Oh dios, si le cuento que lo tiré por las escaleras, puede que me ponga de exagerado.

Nath: sin querer lo empujé y empezó a rodar por las escaleras hasta el primer piso -puso sus ojos como platos

Sucrette: ¿en serio? -asentí- así que por eso es que Cris te llamaba Yandere...-dijo en tono burlón

Nath: me puse de los nervios cuando me dijo que quería verte otra vez. Agh, me dieron ganas de matarlo.

Sucrette: ¿crees que no lo has hecho después de tirarlo por las escaleras? -dijo aguantando una risita

Nath: pensé que te enfadarias.

Sucrette: de alguna forma se lo merece ¿sabes? No te arrepientas. Él trabaja para tu papà, de seguro.

Nath: es enfermizo hasta el punto en que llega ese monstruo a manipular a los demás...-suspiré- aún sigo dandole vueltas como parar todo esto que está pasando.

Sucrette: pronto acabarán las vacaciones -asentí- no quiero que acaben y tú estés así, te quiero ver sonreir tesoro.

Nath: necesito urgentemente unas vacaciones contigo en la otra parte del mundo. Si nos ponen en clases diferentes no sé que voy a hacer sin ti. -pude verla sonrojar-

Sucrette: yo tampoco.

No lo pensé dos veces y la abracé fuertemente. Hacía mucho que no la sostenía entre mis brazos.

Sucrette: todo lo que vaya pasando, lo afrontaremos juntos, asi que no te preocupes. Estamos juntos en ésto.

Esas palabras hicieron que la apretara cada vez más.

Sucrette: me vas a dejar sin respiración...Pero todo sea porque no me sueltes más.

Reímos juntos. Lo que daría por que estos momentos no se rompieran nunca.
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Nathaniel x Sucrette "Tú me cambiaste la vida"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora