FAIRY, Experto en Citas [JiCheol]

Capítulo 44: Experto en Contraataques

El Parque Yeouido era uno de los espacios verdes más grandes en Seúl. El predio estaba compuesto por un lago, un frondoso bosque con árboles tradicionales, abundante césped para hacer picnic, bicisendas y espacios dedicados a eventos culturales o deportivos. Por ser viernes, a lo lejos muchos estudiantes que también habían salido de clases a ésa hora, disfrutaban del parque bajo el sol de otoño y practicaban basketball o fútbol allí mismo.

Sin embargo, Lee Jihoon no se dirigía al parque, sí al angosto y aparentemente anticuado edificio sede de la Academia Swiming Fool, justo entre un restaurante de Naengmyeon y una megatienda de artículos electrónicos. La puerta doble, abierta de par en par mostraba una escalera ancha y de color blanca. Al costado de la entrada cierto cartel informaba tanto los días como horarios de apertura de la Academia, Jihoon lo revisó brevemente antes de subir por las escaleras con una extraña sensación en el centro del estómago.

Al final de la misma, sobre el último descanso se topa de frente con una maciza y alta puerta de madera. Jihoon tocó el timbre electrónico con parlante pegado al marco, segundos después oye a alguien hablar distorsionadamente.

-¡Está abierto!

Aguardó la alarma antes de girar el pomo e ingresar. Se hallaba al inicio de un pasillo largo e iluminado con luces de tubo blancas, sus ojos viajaron hacia la puerta cerrada a su izquierda y un tablero destinado a anuncios colgado del lado derecho. Había fotos pegadas en el tablero, dedujo que eran fotos de los alumnos y profesores. Una de ésas fotos captó su interés, le resultó imposible que exista imagen semejante, no podía ser cierto.

De pronto, escuchó una puerta abrirse al final del pasillo y volteó alarmado, la cabeza de Hoshi se asomaba ingravida, como desentonando con el limpio color natural en las paredes, y le brindó una radiante sonrisa.

-¡Por aquí, Jihoon-Gun!

Jihoon todavía no era capaz de deshacerse de ésa sensación de inseguridad, pero se puso en marcha de todos modos, ya había llegado muy lejos como para regresar. La puerta por donde Hoshi acababa de desaparecer momentos antes resultó ser un gran salón con techo bajo, espejos a los lados, piso de madera claro, bancos amontonados en la parte de atrás, y un moderno equipo de música. Cuatro parejas recorrían la sala al compás de un extraño instrumental que retumbaba las paredes y llenaba por completo el espacio. A Jihoon le habría impactado el modo instintivo y mecánico en que se movían alrededor de la pista (ni una vez chocaban entre ellos), si no hubiese reparado en una cosa todavía más asombrosa: todas las parejas eran de hombres con hombres.

-Finalmente viniste a verme, ¿no?- Hoshi estaba parado a su lado.- Te he invitado durante meses y nunca me hiciste caso, eres muy ingrato...

Jihoon seguía distraído observando a las parejas bailar, la música adquiere velocidad y ellos giraban como trompos.- ¿Qué es lo que hacen aquí exactamente?

-Baile de Salón Masculino.

-Creí que el Baile de Salón era con parejas de diferentes géneros.

-Bueno... ¿Creíste mal?

Jihoon apartó los ojos de la pista y se concentró en Hoshi por primera vez, algo escrito en rojo sobre su musculosa negra casi le hizo retroceder.
-10:10...- Leyó. Ésos eran los dígitos escritos en su ropa.

Hoshi se dio cuenta de su descubrimiento y sonrió aún más amplio que antes.
-¿Te gusta?- Quiso saber, con una tonada de orgullo en la voz. Luego apoyó el dorso los dedos índices encima de sus ojos.- Es mi sello artístico... Mis ojos forman un 10:10.