Capítulo 4: Experto en Excusas

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No podía dejar de pensar en su mala suerte, en su desdicha. Necesitaba estar a solas, una breve sesión de llanto ininterrumpido o el nudo en su garganta terminaría por cortarle el esófago.

-¿Jihoon?- Seokmin llamó su atención chasqueando los dedos frente a él.- ¿Qué pasa?

El más joven comprobó sus alrededores. La motocicleta ya estacionada frente a su casa y Seokmin de pie, con el casco debajo del brazo. Se reía y seguro estaba pensando que Jihoon diría algo importante como una confesión.

-Uh, lo lamento...- Responde un conmocionado Jihoon, el nudo en su garganta ya le quemaba. Baja de la motocicleta y se inclina levemente.- Gracias por traerme...- Luego de dejar el casco sobre el asiento recordó la bolsa de Pan Bungeo que llevaba oculta dentro de la chaqueta y sacó uno.- No tengo dinero así que toma. Regresa con cuidado.

-De nada...- Seokmin tomó el snack con una cara graciosa, como si lo hubiesen golpeado en la cabeza muy fuerte.- Descansa, Jihoon... Eh, ¿no quieres que te acompañe a...?

-¡No quiero!- Espetó el joven corriendo hasta su hogar.

No estaba tan aturdido como para ignorar su propia motocicleta estacionada allí, sana y salva; aquello lo alivió un poco.
En la sala que hacía las veces de pequeño comedor, encuentra a su madre enfrascada en una animada charla telefónica, seguro con alguna de sus amigas. En cuanto ve a Jihoon se apunta la muñeca con el ceño fruncido, aunque no había un reloj allí, su hijo sabía lo que quería decirle: Ya era tarde.
Cuando deja sobre la mesa la bolsa con comida, la expresión de la mujer parece suavizarse bastante.

Jihoon avanza por el largo pasillo hacia su habitación, las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos y las dejó fluir. Sin embargo, al abrir la puerta encontró a alguien allí.

-Ahg... ¡Demonios!- Gritó, tirando la mochila al suelo.- ¡Casi me matas del susto!

Era Seungcheol, recostado sobre su cama y leyendo uno de sus mangas. ¿Lo había estado esperando el desgraciado?

-¡Jihoon!- El mayor se levanta de un salto y da dos zancadas hacia él para darle un abrazo como de costumbre. Pero Jihoon pone las dos manos en su pecho y lo empuja antes que intente cualquier cosa.- Hey... Tardaste mucho.

¿Por qué hacía ésas cosas? ¿Por qué si ya tenía a alguien a quien abrazar y acariciar lo buscaba a él? Lo odiaba.

-¿Qué haces en mi habitación?

-Me ha pasado algo increíble... Jeonghan dijo que...- Seungcheol frenó la perorata que iba a soltarle.- ¿Estás llorando?

-No...- Responde Jihoon y sin razonarlo sale corriendo del cuarto.

Se mete en la puerta más próxima que resultaba ser el baño, allí cierra con el pestillo. Las lágrimas seguían derramando como cataratas por sus mejillas y las limpió con brusquedad.

-¡Jihoon!- Gritaba un alterado Seungcheol, golpeando con los puños la puerta del baño.- ¿Te sientes bien?

Jihoon bajó la tapa del retrete y se sentó encima, tratando de regular su respiración.

-Demonios... - Susurró, mordiendose los labios para reprimir los sollozos que le sacudían como espasmos. ¿No tenía un solo maldito lugar donde poder llorar tranquilo? Seungcheol estaba en todas partes.- ¡Tengo náuseas!- Excusa, todavía con la voz temblorosa.

-¿En serio?- Parecía preocupado.- ¿Quieres que le diga a tu madre para que te lleve al hospital?

-Sólo lárgate...

-Creo que en mi casa hay medicina para el dolor de estómago, ¿quieres que la traiga?

-No, Seungcheol...

FAIRY, Experto en Citas [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora