Capítulo 32: Experto en Decisiones

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Calor.
¿Éra acaso el fuego en su corazón quemando todas las penas que lo atormentan?

Se llamaba a sí mismo experto, porque sólo de los errores un ser humano ha de aprender, y la experiencia se forja a base de errores. En el caso del dolor, y la tristeza aunque no podía evitarse, en tanto aprenda de aquello, lo superaría.

Había un lugar y un tiempo en que las personas coincidían por la extraña fuerza que conectaba todo llamada destino, Jihoon creía en ése concepto. Hasta las situaciones más absurdas e incluso insólitas tenían explicación. El dolor también era parte del destino, siempre era malo y una vez que empieza no deja de empeorar.
El dolor se ignoraba o se contenía lo mejor posible dentro del cuerpo, hasta que explotaba derramándose por todas partes.

Pero Jihoon tenía calor.

Eleva la vista hacia el cielo cubierto con grises nubes. Se encontraba sentado bajo un refugio de autobuses en algún lugar de la ciudad al que nunca fue. No volvería a casa y tampoco existía un sitio al que realmente quisiera ir.

La bruma en su cabeza era ficción mezclada con realidad. Los transeúntes le ignoraban y pasaban de él, por un momento le hubiese gustado ser de ésas personas anónimas que viajaban en autobús, que charlaban y reían, que tenían otra vida. Le hubiese gustado no ser Jihoon.

"Escapar, ¡qué opción tan corriente!"

El teléfono dentro de su mochila vuelve a sonar, cinco o seis timbrazos, calma, y empezaba otra vez. No iba a apagarlo, el silencio lo invitaría a llorar, y llorar lo pondría aún más débil.

Seungcheol. Tantos años ocultó la verdad acerca de la muerte de su padre gracias a la culpa, tantos años sufriendo en soledad. Evocar su nombre, dolía.
Apoyó la frente ardiendo contra un cartel publicitario junto al banco. No podía volver a casa.

La llovizna golpea los charcos creando pequeñas ondas expansivas y los peatones corren de un lado al otro usando portafolios, mochilas y hasta chaquetas como paraguas. Entrecierra los ojos. Las personas se convierten en borrones poco claros que se distorsionaban cada vez más. Faroles en la calle encendidos. Calor.

Algo le toca el hombro y una figura tapa la poca claridad que llegaba a él.- ¡Jihoon!- Era incapaz de contestar, no podía moverse, tenía los brazos acalambrados. Reconoció ésa voz como la de Seokmin,- ¿Jihoon? ¡¿Me oyes?!- El otro recoge sus mejillas y Jihoon sólo pudo mirar una mancha.- Dios... Estás volando en fiebre. ¡Despierta, Jihoon!

-Seungcheol...- Susurró Jihoon. Su mente sabía que ése hombre era Seokmin, ¿por qué tuvo que mencionar a otro?

Muy probablemente Seokmin no lo haya escuchado pues su tono salió muy bajo. Le levantó del banco, tomandole con firmeza.
-Vamos, te llevaré a casa...

-No... A casa no, no quiero...- Protesta débilmente. Sus extremidades flojas empujaron al otro en el pecho.- No quiero, no...

-Shh, tranquilo. Calmado.

Se preguntó si Seokmin conocía algún lugar cercano porque era francamente incómodo que lo esté cargando por ahí en la vía pública. De pronto es depositado contra un asiento suave y confortable. El mundo daba vueltas. Estaba sobre un automóvil.

Segundos después de darse cuenta de aquello, cayó dormido.

💌

-¿Despertaste?

Jihoon yacía sobre algo suave, pero le dolía tanto el cuerpo que cuando quiso moverse hacia un lado, gritó sin darse cuenta.
-Yo que tú, no me levantaría, aún tienes fiebre.

FAIRY, Experto en Citas [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora