CAPITULO III: UN ENCUENTRO VERGONZOSO.

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-Lo siento- me dijo y por un momento me dio la impresión de que estaba un poco confundido por mi reacción, es decir, ¿primero hecha una furia con ganas de decirle hasta de lo que se iba a morir y luego mi repentino silencio junto con el color de mi cara? Ni yo me entendía en ese momento.
-N-no te preocupes, igual perdón por haberte reclamado tan molesta antes, no ha sido mi día- dije intentando ocultar mi vergüenza.
-Bueno igual fue mi culpa, iba con tanta prisa que no te vi- me dijo con esa sonrisa que hace mucho había intentado evitar...
-Jóvenes, ¿podrían pasar a sus salones por favor? Ya tocaron el timbre de entrada- dijo el profesor de matemáticas de segundo grado, nunca me gustaron ese tipo de profesores que te dicen que te vayas a tu salón cuando ni siquiera te dan clase, ¿de eso se encargan otras personas no? Como los maestros que si me dan clase.
-Nos vemos después Lauren- se despidió y volteó para irse a su salón.
-Cla-claro Alejo- intenté gritar aunque dudo que me haya escuchado, no podía creer que me llamara por mi nombre, en especial después de todo lo que me pasó con él, recuerdo que en aquel tiempo acababa de entrar a segundo y me interesaba muchísimo, hablaba con él todos los días, hasta que me enteré que ya tenía novia y era una de mis amigas, después de un tiempo corrió un rumor que decía que solo le gustaba jugar con las chicas, decidí dejarlo todo atrás, sin embargo todavía lo quería, más bien todavía lo quiero...
-Señorita por favor entre a su salón, su profesor no tardará en llegar-la voz del profesor me saco de mis pensamientos, así que solo me limité a asentir y entrar al salón, ¿Acaso no tiene algo mejor que hacer?
Entré y encontré a todos mis compañeros dispersos en todo el salón y si, un ruido tan fuerte que parecía un estadio de futbol en vez de un salón de clases, rápidamente ubique a Mafer y en frente de ella un lugar vacío, aproveché y me senté ahí.
-Hola!- me dijo con su cara sonriente tan característica de ella que podía poner feliz a cualquiera.
-Hola, ¿qué tal tus vacaciones?
-Pues, la verdad... Mejor que nunca, pude salir casi todos los días de las vacaciones con mi novio Armando y fue maravilloso- sus ojos le brillaban al hablar de él-por momentos así con él me alegra haber pasado por todo lo malo- de pronto su expresión cambio radicalmente, no me extraña, fueron tantas cosas...
Llegó nuestra maestra de química, dando los buenos días.
-Tomen sus asientos jóvenes.
Las clases transcurrieron  normal de maestro en maestro, hora tras hora, hasta llegar el receso y yo sin saber de mi amiga desde la mañana, no lo podía creer medio día en la dirección, definitivamente algo malo había ocurrido.
Afortunadamente como si tuviera el poder para invocarla ahí estaba, aunque se veía sumamente preocupada y creo que estaba ¿llorando? Me dirigí hacia ella junto con Mafer.
-Isi, ¿que ha pasado?- pero lo que obtuve como respuesta fueron lágrimas que salían de sus ojos, me dolía tanto verla así
- Dinos por favor, ¿qué tienes? ¿Es algo malo?- Está vez intento Mafer sin éxito.
-Por favor Isi, ¿qué pasó?- le dije está vez con un poco de impaciencia, no me gustaba verla así, pero tampoco me gustaba que me dejaran con la duda de lo que me importaba, en este caso ella.
-Es, es Darren...

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