CAPITULO XV: LINDOS OJOS

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Narra Rita:
Me encontraba corriendo por el pasillo en dirección al baño empujando a quien se me pusiera en frente ya que justo cuando abandone el lugar donde me encontraba la campana sonó haciendo que todos se metieran por los pasillos para llegar a las escaleras y sabía que si me quedaba a esperar a que se despejara el lugar, terminaría haciendo el ridículo en frente de todos.
Cuando por fin llegue me asegure de que no había nadie para poder dirigirme al retrete y sacar todo lo posible de mi estómago, mentiría si dijera que nunca me había pasado esto, pero la verdad es que desde hace cuatro años que lo vengo haciendo voluntariamente, aunque últimamente vomito involuntariamente cada vez que me dan estas revoluciones sentimentales, está demás decir que son revoluciones malas, puro odio hacia mí.
Mientras salía todo yo seguía llorando. Cada vez que pasaba esto no podía evitar sentirme mal, en serio mal y lo peor era lo que pasaba después, me daban ganas de comer hasta reventar, hasta quedar sucia y asqueada de la comida, asqueada de mi, justo como ahora.
Sé que está mal pero es una manera de castigarme por ser tan mala persona y por querer comer con un maldito cerdo.
-M-me l-lo me-merezco- dije entre arcadas.
Cuando por fin salió todo me de deje caer a un lado del excusado recargándome en la pared y seguí llorando desconsoladamente, a este punto agradecí que yo estuviera en los baños de hasta abajo ya que nadie venía aquí durante clases, solo en recesos.
Pasaron varios minutos hasta que deje de llorar y otros más esperando a que lo rojo e hinchado de mis ojos se quitara, cuando esto sucedió baje la palanca del retrete para que toda la basura que había dentro de mí se fuera y no dejara rastro de lo que había pasado, decidí ir lavamanos para enjuagar mi boca con agua y de paso mi cara, que seguro estaba hecha un desastre, al terminar puse mis manos a los lados del lavamanos y deje mi cabeza colgando hacia el frente, respiré profundamente un par de veces, me vi al espejo, me arreglé lo más que pude y salí del baño.
Estaba por dirigirme a mi salón pero me paré en seco.
-No- me dije.
No iría a esta clase, me pondrían reporte por llegar tarde y sinceramente no tenía ánimos para los reclamos del profesor de historia, así que me giré y me fui a donde siempre me iba para saltarme las clases, justamente a las escaleras donde Dylan me dejó.
Cuando llegué al lugar me senté mientras seguía intentando controlar mis ganas de atascarme de comida, lo necesitaba y mucho, sufría lo sé, pero no lo podía controlar, ya no.
Mientras los minutos pasaban mis ganas se iban calmando hasta dejar de sentir ansias por la comida, pero sabía que esto no se quedaría así, sabía que llegando a casa (como cada noche) me castigaría y mis ansias por la comida regresarían al igual que mi tristeza y dolor.
Tocaron la campana anunciando el receso por lo que yo tendría que salir de mi escondite para irme al salón y dar explicaciones de donde estaba a personas que de seguro no les interesaba y como dije así fue, la mayoría preguntaron por mí a lo que di una respuesta convincente para ellos "no estaba en clase porque no quise", todos a excepción de una persona la aceptaron y sin más preguntas se fueron caminando por ahí, la única persona que sabía que algo no andaba bien era Zara, una de las personas más cercanas a mí, aunque claro ella no lo sepa porque no le demuestro lo importante que es para mí, ella es una de las pocas personas que esta conmigo sin importarle lo que significa para su beneficio, ella no busca nada a cambio, ella sigue junto a mí, lo más extraño es que no sé ni por qué si la trato mal, sé que no se lo merece pero no tengo salida, por desgracia la conocí a mediados de segundo cuando entró a la escuela y para su mala suerte yo ya estaba convertida en la mierda que aparento ser ahora.
Recuerdo perfecto el día que nos conocimos yo estaba en el baño retocando mi brillo labial antes de que la primera hora de clase empezara, cuando una chica de tercero entró al baño. Yo tenía problemas con ella porque una par de meses atrás me había acostado con su novio y ella se enteró, desde esa vez siempre que cruzábamos miradas podía ver que sus ojos estaban cargados de odio hacia mí, lógico me acoste con su novio y no la culpo, en fin nunca creí que me fuera a hacer algo hasta ese día en el baño...

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