Ya había pasado más de 1 semana desde que el chico había empezado a trabajar para mí, y nunca creí que diría esto, pero había sido la peor semana en mucho tiempo.
Bastián solo hacía quejarse del chico esperando que yo lo castigara, los papeles de la recogida de las donaciones de sangre me invadían y el informe que entregar con urgencia a Central me agobiaba de solo pensarlo, por no hablar de mis citas con unos pocos vampiros cabreados por la bajada del nivel de sangre mientras trataba en los ratos libres con un político molesto reclamando librarse de mi.
–Bastián, hazme el favor de ir a su casa y dejarle las cosas claras, como reciba una sola carta más suya seré yo el que le rompa el cuello –Espeté cabreado lanzando a la papelera su última carta.
Una vez se fue por la puerta para cumplir mi orden me levanté de mi agobiante silla y caminé con un fajo de papeles y una pluma dispuesto a terminar de una vez con el informe de Central en la biblioteca.
–Tráeme tinta –Le pedí a una sirvienta mientras abría la puerta para mí.
Al entrar me encontré de frente con el otro motivo por el que no sabía si cortarle un dedo a Bastián o de verdad darle un par de latigazos a Canek.
–Entonces estabas aquí –Comenté entrando en la biblioteca y sentándome en una mullida butaca sin apartar la vista de él.
–Si, Lord, Bastián me dijo que ordenara los libros de la biblioteca –Explicó haciéndome una reverencia.
Su cuerpo tenía pinta de haberse recuperado a la perfección, tanto de los dolores causados por mi culpa como de los causados por el demonio.
–Hazlo en silencio, por favor –Pedí dispuesto a ver cómo trabajaba realmente a la vez que hacía el informe.
Él solo hizo una reverencia y siguió cogiendo libros de la estantería donde estaba para colocarlos después en otra. No parecía ser tan malo trabajando como se quejaba Bastian, y eso me cabreaba.
Desgraciadamente me quedé mirando la hoja destinada a informar de los problemas sucedidos en mi territorio, debía informar de los ataques que se habían producido por la bajada de la cantidad de sangre, pero si lo hacía tendría a unos cuantos descontentos molestándome aún más, no es como que no pudiera tratar con ellos, el tema más bien era que tendría que aguantarlos. Que suplicio, me daba vagancia solo de pensarlo.
Mientras planeaba que hacer levanté de nuevo la vista del papel para darme cuenta de que Canek iba de una estantería a otra sin llevar ningún libro, como indeciso.
No, indeciso no, parecía estar leyendo los títulos de los libros, pero tenía que acercarse a la estantería para saber lo que estaba leyendo.
–Canek –Llamé haciendo que levantara la vista de un libro que poco le faltaba para pegárselo a la nariz para leerlo–, cuantos dedos ves?
Mi pregunta lo pillo por sorpresa, por un segundo me miró dudoso y después pasó a entrecerrar los ojos intentando ver claramente mis 3 dedos levantados, pero al final se vio obligado a acercarse hasta estar justo en frente mía.
–Tres –Respondió al final retrocediendo unos pasos después de verse en la obligación de pegarse tanto a mi para ver.
–En realidad no ves un burro a cuatro patas, verdad? –Dudé intentando no reírme.
Él se sonrojó casi de golpe y agachó la mirada intentando que su pelo tapara su vergüenza.
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Mascota (Yaoi/BL)
Про вампиров"Tenía ante mis ojos a un simple humano encadenado. -Un simple curioso -Pensé para mí mismo antes de dar la orden de soltarlo y mandarlo lejos. Pero se rio como si el mismísimo infierno bailara en su interior, una sonrisa se dibujó en mi cara sabien...