Mascota (Yaoi/BL)

23º Caso

Nunca en mi vida creería que me alegraría de llegar de una vez a la comisaría, pero saber que una vez ahí dejaríamos de lado el tema de Lord me tranquilizaba.

–Buenas tardes, que pasó? –Preguntó un agente recibiéndonos en la puerta.

–Venimos por unos documentos –Conteste recordando perfectamente lo que debía pedir mientras me ponía bien las gafas.

–Que documentos? Le han sido robados? –Preguntó sin comprender a qué me refería pero mirando de reojo a Iñigo que se mantenía a mi lado son una sonrisa pícara pero sin decir nada de momento.

—No, los documentos de los casos de desaparición en el último mes y finales del anterior –Especifique cruzándome de brazos para parecer más rotundo.

Aunque en comparación a los policías yo era una minurria tenía que mantenerme firme.

–No podemos facilitarle esa información a simples ciudadanos –Reprocho igual de rotundo que yo.

–Venimos de parte de Lord –Recalcó Iñigo abriendo la boca por primera vez.

En cuanto escucho eso su expresión cambio drásticamente mientras veía petrificado como me quitaba los guantes.

–Vengo a recogerlos todos, en cuanto se cierre un caso personal del señor Lord serán devueltos todos los casos aún no resueltos o no relacionados con lo que buscamos –Comente intentando hacer reaccionar al policía.

–Por encima de mí cadáver –Rechisto un señor mayor con abundante barba blanca y con cara de pocos amigos.

Con paso algo lento por el bastón pero decidido se acercó hasta nosotros como si estuviera dispuesto a echarnos el solo a la calle.

–Cuanto tiempo comisario –Le saludó Iñigo como si fuera un viejo amigo.

–Largo de mi comisaría! –Sentenció sin importarle levantar la voz llamando la atención de todos–. Demonios embusteros!

–Lo siento pero necesitamos esos documentos –Insistí sin echarme atrás.

–Y yo necesito que os largues y os muráis un rato!

–No me gustaría tener que emprender acciones legales ante su comportamiento comisario, por no hablar de la obstrucción que nos está poniendo para cumplir las órdenes de Lord –Solté sin importarle realmente su reacción.

Por dentro en realidad era un atajo de nervios que tenia mas ganas de salir de ahí corriendo y arrepentirse de haber hecho caso a Lord que de tener que discutir con las autoridades.

–Se atreve a amenazarme!?

En ese grito más alto todavía su saliva alió disparada de su boca conjuntada con su cara de despreció y aterrizó en mi ropa.

–Igual que usted se acaba de atrever a levantarme la voz y escupirme –Conteste sacando un pañuelo de tela del bolsillo interior de la gabardina y limpiándome sus babas.

–Yo que tu guardaría las posturas comisario –Aconsejó Iñigo antes de colocar sus manos encima de mis hombros y hacerme caminar–. O sino el próximo en venir me da que será Bastian. Este joven de aquí es la parte pacífica y debería aprovecharla.

Sin el permiso del comisario entramos en su despacho pasando por las miradas inquisitivas de todo el personal, tanto civiles como más policías. En cuanto estábamos ya los tres dentro cerró la puerta de un portazo sin seguir contento pero más dispuesto a hablar.

–Para qué queréis meter esta vez las narices en mi comisaría? –Preguntó aún manteniéndose a la defensiva.

–Por los casos de desaparecidos, como ya he dicho –Conteste notando en mi nuca más que antes a Iñigo juzgándome consiguiendo que me recolocara las gafas solo por nervios–. De todo este mes y de finales del mes pasado.