Mi arrogante tentacion{Editando}

Capítulo 35 final

Capítulo dedicado a: @Analysantiagoflores Te ganaste mi kokoro nena ;)

Un mes después...

Amber detuvo la bicicleta frente a la casa, abrió la gran puerta de metal de la cerca y entró llevando su bicicleta hasta la puerta y tocó con fuerza.

— ¡Ya voy! —Gritó su mamá, luego de unos segundos abrió le abrió.

— Aquí está la leche —le pasó el recipiente de cartón con la leche líquida y entró con la bicicleta.

— Gracias —dijo limpiándose las manos con el delantal antes de agarrarla—. Ve a lavarte, ya casi está la cena.

— Enseguida bajo —dejó la bicicleta apoyada en la pared y subió corriendo las escaleras.

Agarró el celular que había dejado en la cama y lo revisó para ver si tenía mensajes de Dylan. Y efectivamente, le había escrito diciendo que todo estaba bien, muy cansado por el trabajo y que la extrañaba mucho, le recordó que faltaba muy poco para que la gira terminara, que Riley estaba muy agotado pero se encontraba bien.

Amber sonrió al leer el mensaje, había pasado un mes desde que se alejó de ellos, se encontraba mejor, no lo había superado por completo, pues era poco tiempo, pero ya podía sobrevivir, por así decirlo, sin la presencia de Riley. Sin embargo quería mantenerse alejada de cualquier noticia sobre él, hasta el momento lo estaba haciendo muy bien, lograba cambiarle el tema de conversación a Dylan si él se empeñaba en hablarle de Riley.

Hizo el móvil a un lado y bajó a cenar, luego de lavarse las manos en el grifo de la cocina se sentó a la mesa, la señora Isabel contaba trozos de pastel de verduras y los colocaba en platos.

Amber enseguida arrugó la cara mientras veía a su madre servir la comida, la señora Isabel pudo notar el desagrado de su hija por la comida y se echó a reír.

— Vamos, ¿Que sucede?

— ¡Ma! —Chilló— ¿De todas las comidas en el mundo tuviera que hacer pastel de verduras? —Se quejó.

La señora Isabel se echó a reír de nuevo y negó con la cabeza.

— Lo siento cariño pero tendrás que comértela, además estoy segura que en todo el tiempo que estuviste fuera no probaste ni un bocado de comida nutritiva de verdad —Se sentó a la mesa y pico su primer trozo de pastel.

Amber miró la comida por unos segundos con los labios arqueado, odiaba las verduras, pero tenía un hambre feroz, así que no tenía más remedio que comer lo que estaba frente a sus ojos. Por cortesía y para así no entristecer a la señora Isabel por rechazarle la comida agarró el tenedor y comenzó a comerse el pastel.

Scott bajó las escaleras rápidamente, estaba durmiendo en la habitación de la señora Isabel, desde que Amber se había ido él dormía en la misma habitación con ella. Se acostó a un lado de Amber, se rascó la oreja y luego se tumbó de lado.

Amber se echó a reír en cuanto lo vio que se acostaba a su lado.

— Creo que me extrañó mucho —dijo mirándolo mientras comía.

— Te echó mucho de menos, ¿Recuerdas que siempre jugabas con él en el patio frontal? Le encantaba que le tiraras la pelota y la iba a buscar, pues cuando te fuiste, en ocasiones salía con la pequeña pelota de goma en el hocico, la tiraba en el césped y miraba hacia dentro de la casa con una mirada sumamente impaciente, un día me dio mucha lástima así que intenté jugar con él, así que le tiré la pelota y el salió disparado a buscarla, luego se colocó delante de mí con la pelota y jugueteaba con ella mientras me veía, quería provocarme y que agarrara la pelota y le persiguiera, ¡ya no soy una jovenzuela para estar corriendo detrás de un perro que no quiere soltar una pelota! —Exclamó—. Fue la única vez que intenté jugar con él, de ahí en adelante ha tenido que arreglárselas solo, en ocasiones le he visto jugar en el patio, tira el mismo la pelota con el hocico y brinca de un lado a otro a su alrededor como si estuviera acorralando a un pequeño animalito indefenso, luego de un rato se tira en la grama a morderla hasta que se cansa y se queda dormido o regresa a la casa.