Mi arrogante tentacion{Editando}

Segundo intento

Amber se despertó aturdida por el sonido del timbre, no paraba de sonar con insistencia, luego de unos segundos también comenzaron a golpear la puerta. Se rodó en la cama con pereza y vio la hora en el reloj de su mesita de noche. 6:02Am

Se frotó los ojos con la mano y se sentó en la cama unos segundos, el timbre aún sonaba y ella resopló con molestia. Rascó su cabeza y bostezó cansado mientras se levantaba de la cama. Aún estaba casi dormida.

Comenzó a bajar las escaleras con paso somnoliento.

¿¡Quién en su sano juicio llega a las seis de la mañana sin previo aviso!? es una completa molestia, a menos que en realidad fuera para algo importante estaría amargada durante todo el día por interrumpir su valioso sueño.

— Ya voy —Dijo con voz cansada y abrió la puerta.

El sueño se le espantó de inmediato y ahogó un grito al ver a Riley frente a ella con una bolsa en la mano.

El la miró con un gesto gracioso de pies a cabeza y estalló en una carcajada.

— ¿Duermes con eso? —Le preguntó ahora conteniendo la risa.

Amber se miró avergonzada, Tenía las pantuflas de gatitos, una sudadera amarilla y short blancos que usaba al dormir. Sin mencionar lo despeinada que estaba y la cara toda adormilada. Era una completa vergüenza, quiso de inmediato cerrar la puerta pero no lo hizo, se enrojeció al darse cuenta en las fachas que Riley la había visto y rápidamente se colocó la capucha de la sudadera con vergüenza para cubrir su cabello.

— ¿Qué haces aquí a esta hora? ¿¡Podrías al menos avisar!? —Exclamó irritada.

— Hoy te prepararé el desayuno y te llevaré al trabajo —Riley se abre paso y entra a la casa con un ánimo evidente— Amber cierra la puerta y lo mira sin comprender.

— ¿Estás loco? —Le preguntó confusa.

Riley coloca la bolsa en la mesa y la mira.

— ¿Aún estás ahí parada? ve a lavarte los dientes, Te prepararé avena.

Amber asistió con la cabeza de forma insegura.

— ¿Recuerdas que no sabes cocinar? — Le dijo acercándose sigilosamente.

Riley pone los ojos en blanco.

— La receta la encontré por Internet no te preocupes. ¿¡Aún estás aquí!? —La agarra por el brazo y la lleva apresuradamente al baño para que se lavara.

— Se te hará tarde, apresúrate — Le advirtió.

Amber mientras sacó su cepillo de dientes del estante, le echó la pasta dental y se comenzó a cepillar.

— ¿Seguro que podrás preparar la avena? —Preguntó con incertidumbre mientras se cepillaba.

— Claro, es algo fácil —Dijo seguro de sí mismo.

— Será un asco — Murmuró. Pero aun así Riley la escuchó.

— ¿Estás segura? —Preguntó ofendido.

Amber lo miró aún con el cepillo en la boca y asintió con la cabeza divertida.

— Ash! —Tu concéntrate en cepillarte — Le dijo agarrando el cepillo moviéndolo con brusquedad en su boca— No me juzguen antes de probarla —Le dijo halando la capucha de la sudadera que aún tenía puesta haciendo inclinar la cabeza de Amber un poco hacia delante. Ella se quitó el cabello que había tapado su cara y continuó mirándolo mientras se cepillaba— Riley se dio la vuelta molesto para salir del baño completamente irritado, vaciló un poco y luego se giró y la señaló— Verás que será mejor que tu comida— Dijo dándose la vuelta retirándose molesto a la cocina con las manos en el bolsillo.