La fiesta.

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-Ha sido un día bastante pesado ¿no es así? -Alex se colocaba el cinturón de seguridad, asentí- ¿quieres hablarlo? -negué con la cabeza- Tuvo que haber sido bastante horrible como para no querer hablar de ello

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-Ha sido un día bastante pesado ¿no es así? -Alex se colocaba el cinturón de seguridad, asentí- ¿quieres hablarlo? -negué con la cabeza- Tuvo que haber sido bastante horrible como para no querer hablar de ello.
-Alex -la miré fijamente- sólo estoy cansada y mis oídos están un poco sensibles porque lo que hice en toda mi jornada fue atender llamadas cada cinco minutos -sin notarlo, había alzado el tono de mi voz, ella alzó las manos, rindiéndose.

Dejamos a Alex y al llegar a casa, fui directo al baño, necesitaba ducharme y eso iba a durar muchísimo. Mi primer día de trabajo y lo único que quería era no tener que regresar más, me encogí de hombros, quizás debía acostumbrarme, sonreí intentando darme ánimos, aunque muy en el fondo de mí, sabía que eso no era del todo cierto.
Me despedí de Cal y me fui directo a la cama, estaba demasiado cansada como para pensar en alguna otra cosa que no fuera mi apatía mental y física ante este día.

El resto de la semana transcurrió sin mucha novedad, a excepción de mi trabajo, me estaba costando demasiado acostumbrarme y no porque fuera difícil sino porque no podía soportar ni un segundo más el puto sonido del teléfono.
Afortunadamente era sábado, no haría absolutamente nada más que estar en mi cama y si estaba de mejor ánimo en la noche, iría a la fiesta de Nichols. Estaba comiendo cereal, eran alrededor de las dos de la tarde cuando escuche a mi hermano y a Alex llegar a casa.
-¿Son buenos días o buenas tardes? -me dijo mi hermano al verme en pijama, sentada en mi cama y comiendo cereal, reí.
-Buenos días -dijo Alex sonriente, hoy estaba más hermosa que de costumbre.
-Cocinaremos tacos -Cal me enseño las bolsas que traía en sus manos- si te animas a la preparación, eres bienvenida -negué con la cabeza.
-Prefiero unirme a la comelona, me llama más la atención.

Me había quedado dormida viendo televisión, Cal me despertó para ir a probar su creación, tacos.
-Te van a encantar -me llevaba de la mano, me invito a sentarme mientras Alex terminaba de servir la comida.
-Buen provecho -dije cuando todos estábamos ya en la mesa.
No es que sea muy fanática de la comida mexicana pero los tacos estaban deliciosos, agradecí aquello, por fin mi estómago había recibido comida de verdad.
-Debo ir un momento a casa de Román -dijo Cal mordiendo su taco, limpio sus labios y trago- hay una propuesta que debemos leer sobre unos nuevos patrocinadores ¿les importa si las dejo solas? Prometo no tardar.
-Tranquilo mi amor -Alex recogió los platos- Piper y yo nos encargaremos de disfrutar tu ausencia -me guiñó el ojo, yo sólo sonreí.

Fui a mi habitación a revisar mi celular, tenía un mensaje de Larry.
Larry
-¿Iremos a la fiesta de Nichols? Soy Polly.
Piper~
-A decir verdad, la flojera tiene muchas ganas de vivir hoy en mí.
Larry
-Vamos Chapman, anímate.
Piper~
-Me lo pensaré, te confirmo después ¿va?

Quizás iba a ser buena idea salir y despejar mi mente esta noche, seguramente luego de ducharme estaría de mejor ánimo y no es como que todos los fines de semana salga a divertirme.
-Alex ¿podrías ayudarme en algo, por favor? -asomé mi cabeza en la puerta de mi hermano, ella estaba concentrada viendo un programa de cocina.
-Dime Piper -contestó sin apartar su vista de la televisión, me acerqué y me incorporé en la cama.
-Iré a una fiesta más tarde ¿me ayudarías a buscar algo que ponerme?
-Sí claro -estaba hipnotizada con ese programa, ni siquiera me había mirado- ¿es urgente? Me gusta mucho mirar este programa, deja que termine y te ayudo.

Le escribí a Larry confirmándole que iría con ellos, les pedí que pasarán por mí a eso de las nueve, luego de eso recibí un mensaje de Nichols, puse los ojos en blanco.

Nicky
-¿Te veo hoy, bombón?
Piper~
-Piper, me llamo Piper y sí, nos vemos hoy.
Nicky
-Me gusta ser más creativa y llamarte bombón, ya estoy ansiosa por verte. Besos.

Era increíble lo rápido que Nichols podía cambiarme el ánimo y no de una buena manera, a veces era tan atorrante y tan insoportable que no entendía como no le había dado ya una bofetada para que se le bajaran los humos.
Aún era demasiado temprano como para empezar a arreglarme, pero quería quitarme la flojera de una vez por todas, fui a darme un baño, así podría tener todo el tiempo del mundo para arreglarme como quería. Al salir, Alex estaba en mi habitación revisando mi closet, dijo muy en serio eso de ser tan confianzuda, aunque no me molestaba.
-Viendo lo que tienes aquí -me miró de arriba abajo- creo que podrían gustarte alguno de estos -me mostro tres distintos outfits.
El primero era un vestido negro con una abertura en V poco pronunciada, manga larga suelto hasta un poco más arriba de las rodillas, el segundo era un short talla alta beige y un crop top blanco manga larga, por último, me mostró un enterizo negro sin tirantes.
-¿Estás segura? -le dije al terminar de ver sus opciones.
-La que debe estar segura eres tú, digo, estará en tu cuerpo, no en el mío -por un momento imagine ese vestido negro en su cuerpo, mi garganta se secó, haría un perfecto juego con el color de su piel y el de sus ojos.
-Creo que escogeré el vestido negro -me acerqué al closet y escogí unos tacones fucsia- ¿qué tal este color?
-Me gustarían más los beige -miró los tacones- pero a ti te quedarían perfectos esos también, no sólo te verías sexy sino tierna también -¿tierna? Fruncí el ceño.
-Gracias Alex, confirmaremos nuestra elección más tarde ¿sí?

Me puse otro pijama y sequé mi cabello, el reloj marcaba las siete y media de la noche, Cal aún no llegaba y el programa de cocina de Alex había acabado. Entre al Internet y puse Youtube, escuchar música haría que el tiempo se pasará más rápido, busque en mi bolso una de mis libretas de la Universidad y me encontré con el carnet de identificación de la empresa en la que trabaja, la lancé al suelo sin darle demasiada importancia.
-¿Hablaremos de tu trabajo o aún tus oídos están sensibles? -Alex irrumpió en mi habitación.
-Eres bastante persistente ¿no? -asintió luego de reír- Ha sido difícil acoplarme al trabajo, es todo.
-¿Difícil en qué sentido?
-En el sentido que odio entrar a mi oficina y que lo primero que suene sea el puto teléfono -solté el aire que había estado conteniendo en mis pulmones.
-No tienes que hacer esto si no quieres Piper.
-Cierto, pero quiero hacerlo o al menos intentarlo -la miré, sus ojos estaban delineados y hacía que su mirada se viera muy interesante.
-¿Aunque te cueste tu tranquilidad? -asentí- Yo he aprendido que ahorita lo que no te da tranquilidad, no te sirve pero tú escoges lo que quieres.
-Gracias por la ayuda Alex -le sonreí- ya veré que decidir.

Dieron las nueve de la noche, Alex y yo coincidimos en que tacones beige con tirantes al tobillo me sentaban mejor, había buscado en mis cosas y había encontrado algo más de accesorios, tenía una gargantilla dorada, aretes de perlas dorados, delineé mis ojos y puse sombras oscuras, recogí mi pelo en una coleta y ya estaba lista, Cal acababa de llegar y lo agradecí, no quería dejar sola a Alex.
-Seguro vas romper corazones por ahí -me abrazó- cuídate por favor y si quieres que pase por ti, llámame ¿sí? No importa la hora.
-Gracias Cal, no hay problema, le pediré a Larry que me traiga de vuelta -le sonreí picaronamente- aprovechen el tiempo.
La cara de Alex fue un poema, Cal y yo reímos.
-Cuídate Piper -fue lo único que dijo.

Enamorada de la novia de mi hermano {VAUSEMAN, TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora