Soy Piper Chapman, estudiante del último año de psicología.
Ella es Alexandra Vause y es la novia de mi hermano, Cal.
¿Algo peor que tener a la tentación al alcance de tus manos?
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De regreso a la zona VIP, Cal estaba tomado, no lo suficiente como para perder el sentido, pero eso era suficiente para mí. -Cal basta, es hora de irnos -le quité el vaso y lo tiré a la basura. -Pipes no -apenas era entendible lo que me decía- es divertido, es más, vamos a llamar a la victima de mi bella y emocionante noche -decía Cal sacando su celular del bolsillo- a la que quiero, pero no me quiere. -Cal, cuelga la llamada -traté de quitarle el celular cuando vi que era a Alex a quien llamaba- Alex debe estar dormida ya. -Ya lo comprobaremos -se puso el celular en la oreja- hola preciosa, tanto tiempo. -¿Cal? ¿Qué tienes? -¿Qué tengo? -se río- Tengo que te quiero, y ahora tú no me quieres, así que este va por ti -tomo un trago y se lo bebió a fondo blanco* -Vamos Cal, ya cuelga la llamada -dije poniendo los ojos en blanco, estaba demasiado irritada. -¿Piper está contigo? -Sí, Piper está conmigo ¿Por qué? Igual ella es la única que ha estado y ha sido leal conmigo, mi mocosa. -Cal, pásame a Piper. -Como quieras, amor mío -me miró y me pasó el teléfono, puse los ojos en blanco. -Pipes ¿estás bien? Dime dónde estás. -Hola -dije tratando de ocultar lo molesta que estaba por esa situación- supongo que estoy bien. -Dime dónde estás y voy para allá. -No recuerdo bien su nombre, algo llamado como The prisión es un bar por la calle 76 del barrio Chicago. -Voy para allá- colgó. Pasaron alrededor de 15 minutos y vi a Alex caminando a través de la gente para poder llegar a donde estábamos, cuando llegó a mí, nos fundimos en un abrazo como si no nos hubiésemos visto por días. -¿Qué pasa con tu hermano? -me dijo acompañándome a sentarme- ¿por qué me llamó? -dijo sorprendida. -Como si no hubiese sido lo bastante claro al llamarte -me cruce de brazos. -Ay Pipes, realmente ya no sé qué vamos a hacer -me apretó las manos. -Yo tampoco y realmente esto no me hace sentir mejor -sentí como estaba a punto de llorar y en realidad ya no lo quería hacer- y ya que estamos aquí, no quiero pensar más en que pueda pasar mañana -tomé el trago que se tomaría mi hermano y lo bebí hasta el fondo. -Calma Piper -me dijo Alex exaltada- pero vale, si así quieres que sean las cosas, así serán -tomó un trago e hizo lo mismo que yo. A mitad de la noche dejé de tomar, yo no era una persona que le gustara mucho el alcohol solo necesitaba dispersar mis pensamientos e igual sabía que debía parar, en comparación a Alex que no dejaba de tomar, ¡Vaya suerte! Ahora me tocaría lidiar con dos ebrios.
-Fue demasiado por hoy -agarré del brazo a Cal y el de Alex, quienes miraron al mismo tiempo. -Piper, mi preciosa niña -decía Alex abalanzándose sobre mi- dame un abrazo. -Ya Alex, vamos a casa -dije tratando de esquivar sus movimientos, ahora si estaba fuera de sus cabales. -¿Por qué nos vamos a ir ya, si apenas empieza la noche? -decía Alex bailando a mi alrededor- vamos amor, solo uno más. -No, vamos -le pedí a sus amigos que me ayudaran a llevarlos hasta el auto. Antes de irnos, vi a Stella afuera del lugar fumando. -¿Por qué se van tan pronto? -preguntó dándole una calada a su cigarro. -Mi hermano y mi amiga están lo suficientemente ebrios, prefiero irme -se acercó al copiloto y vio a Cal dormido con la boca abierta, rio. -Ha sido un placer entonces Piper -me dijo acercándose para darme un abrazo y un sonoro beso en la mejilla que me dejo fuera de mi misma por unos segundos. -Igualmente Stella -fue lo único que pude responder para después montarme en el auto y emprender marcha.
