(Afirma el espejo en cualquier parte y sigue acicalándose).
Huinca : ¿y cómo querís que te diga entonces? ¿Querís que te diga «Señorita Pata
e Cumbia? (Reflexivo) Pucha la cuestión rara, estamos casados y no sé ni cómo te
llamai... ¿Casados? (Tenso) ¿Te casaste conmigo?
Eva : Chis, ¿estai más gil?
Huinca : ¿La firme? Pucha, si me hubierari hecho algo así, ahí si que te sacaba la
cresta. Toda la vida he sido libre, nunca he tenido amarras con nadie. ¡No me
pueden haber fregado a última hora, no me pueden haber hecho eso!
Eva : Si no, cómo vai a creer esa cuestión.
Huinca : Mi compadre andaba hace tiempo con la lesera de que me iba a morir y
que no había tenido nunca casa, hijos y todas esas macanas. Decía que tenía que
vivir como la gente alguna vez, aunque fuera por un par de días. ¡Pucha la gente
intrusa que hay en esta vida, todo el tiempo lo agarran a puñaladas a uno y le
dicen que lo hacen por su bien... (Agresivo) ¿Qué fue lo que pasó?
Eva : Nada po. Cuando el Vitoco al hospital y le dijeron que te quedaba poco,
empezó a organizar una despedida para ti, y después nos fuimos todos al bar del
Peteo...
Huinca : ¿Y por qué amaneciste conmigo? Guarda, mira que yo después me
acuerdo de todas las cuestiones, es al principio no más que se me borra la
película.
Eva : Amanecí aquí po... Ninguna de las cabras quiso quedarse con voh, porque
soy muy hediondo, y te estai muriendo; yo tampoco quería, por eso me hicieron
tomar a la fuerza.
Huinca : ... Y nos trajeron para acá, para que hiciéramos cuenta que estábamos
casados.
Eva : Claro, pero no estamos casados, cómo se te puede ocurrir que alguien va a
querer dormir con voh.
Huinca : ¿Para casarse hay que tener carné y todas esas cuestiones, no es cierto?
Eva : Y novia también po (Saca un lápiz labial de la cartera, se pinta) ¿Voh crei
que yo me iba a casar con un botao como voh? Chis, antes prefiero ponerme a
pedir limosna.