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banco de madera que estaba debajo de un castaño, ahí nos poníamos a jugar con
mis otros hermanos... Al fondo del patio pasaba una acequia, ahí tenía la artesa
mi mamá, una artesa de cemento y mientras mi taita rastrillaba el suelo, ella
lavaba y cantaba; tenía una voz tan bonita... Me acuerdo de un valse que
siempre cantaba, era un valse bien antiguo... «Alma, si tanto te han herido,
porque te niegas al olvido, por qué prefieres pagar...». (EL Huinca tararea y
baila, intenta bailar con ella) Córrete picante, córrete picante, si no es nada
para que te vengai a tirar al dulce, conserva la distancia.
Huinca : Ah, pucha, de verás que tú bailai con puros guachacas importados.
(Baila solo) ¿Y qué pasó con esa casucha?
Eva : Cuestiones.
Huinca : ¿De amor?
Eva : No, por cosas de amor no me amargo, nunca me han faltado.
Huinca : ¿Entonces te lanzaste al puterío de puro acomplejada porque naciste
con una pata torcida?
Eva : ¡No te riai de mi, pelota de cebo desgraciado! ¿Me río de ti porque te estai
pudriendo?
Huinca : Perdona, era una conversación no más. (Pausa) Cuando están curás toas
las chimbirocas se caen de hocico a la tristeza, y dicen que les gustaría volver a
la casa: ¿a voh te gustaría?
Eva : ¿Volver?... No, para dónde voy a volver, ya están todos muertos.
Huinca : Chis, ¿qué se fueron a la guerra? Cómo iban a morirse todos, alguno
tienen que quedar.
Eva : No, no queda nadie... Y aunque quedara alguno por ahí, ya estaría igual de
echo tira que yo, ya no sería lo mismo.
Huinca : No te mirís tan en menos... ¿Sabís? Mirándote con paciencia, no estai
tan mal. A ver, camina un poco para mirarte bien.
Eva : Córtala, fresco.
Huinca : No, en serio, ahora que te acostaste curá, amaneciste penca, pero
cuando dejai de tomar, parece que todavía pudierai servir para algo. Lo que pasa
es que soñai con cuestiones muy grandes, por eso tenís que pasar llorando; si la

El loco y la triste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora