Huinca : ¿Y ahí en la cama, tampoco te podís sentar?
Eva : No.
Huinca : ¿Por qué?
Eva : Tiene que ser en una casa... Por eso tengo que armarla primero, tengo que
ir a buscar otras cuestiones... Pero no te asustes, no es para estar contigo, en
una casa tú no servís ni pa estropajo. Y también, que yo no me voy a quedar
aquí.
Huinca : ¿Y entonces para qué querís arreglarla?
Eva : (Mientras habla, sigue haciendo cosas) Para saber lo que quiero saber, no
me puedo sentar en una casa ajena. Y aunque esto haya quedado botado, todo lo
que hay aquí tiene las manos y el gusto de los que vivieron antes, así que soy
como una visita. Pero cuando arregle todo al gusto mío y traiga otras cosas, no
voy a hacer visita, porque aquí van a estar mis manos y mi gusto. (Va hacia él) Es
por un rato nomás, Huinca; cuando tenga todo como yo quiero, me siento un
resto, y después me voy y no vengo más. Palabra, es un poquito, nomás.
Huinca : (Yendo a sentarse al camastro) Lo que pasa es que querís tener casa a
costillas mías. ¿No digo yo que del árbol caído todos quieren hacerse un ropero?
No, cálmate, yo no le aguantó a nadie que me agarré para la palanca, explícate
bien lo que querís hacer y ahí veímos. A ver, ¿qué querís hacer?
Eva: Sentarme po, no te están diciendo.
Huinca : Estai rayá, estai más rayá que disco de casa de puta.
Eva : Tú querís ir a sentarte a esperar la muerte, yo me quiero sentar a probar
cómo es la vida, ¿quién está más loco? Ya te dije que era muy difícil de explicar,
pero no es anda que se me haya ocurrido ahora, me viene andando por dentro
desde muy lejos, es como un sueño que no he tenido derecho a soñar... ¿Veís la
gente que hay en todas partes, tu? ¿Y dónde estoy yo? ¿Dónde puedo entrar?
Cuando ando haciéndole empeño veo casas por todas partes, todas las calles,
toda la ciudad, todo el mundo está lleno de cosas, hasta los perros tienen casa
algunas veces; pero nunca ha habido ninguna para mí, como si no hubiera nacido
gente, como si hubiera nacido maldecida.... Por eso allá en la estación se me
ocurrió, de repente, que podía arreglar aquí y hacer cuenta de que esta era mi