Capitulo 8

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Dylan

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Dylan

Voy corriendo entre los callejones mientras la lluvia cae a cantaros y logra empaparme por completo en cuestión de segundos, pero sin importar eso, lo único que puedo pensar es correr, correr y no detenerme para alejarme de aquella amenaza que me persigue.

Doblo esquina tras esquina para así poder despistarlos, pero cada vez que oigo el ruido de los motores cerca ,mis esperanzas se desvanecen por completo, la lluvia, mi ropa empapada y la fatiga me impiden avanzar cada vez menos.

Justo al doblar una esquina una camioneta bloquea mi paso en la salida del callejón, al momento de reaccionar doy la vuelta y corro hacia el otro extremo solo para ver otra camioneta cerrándome el camino...estoy atrapado.

Las luces provenientes de los autos me ciegan y lo único que puedo visualizar son las siluetas de personas delante de ellas las cuales se aproximan hacia mí.

A tan solo unos cuantos pasos las luces se apagan, y cuando mi vista empieza a aclararse alguien coloca un pedazo de tela con un olor raro en mi nariz, lo cual me hace desvanecer enseguida...

**

Despierto todo sudoroso junto con un grito ahogado, trato de respirar para poder calmar mis nervios, mi cuarto sumido en la penumbra me hace recordar que lo que había vivido solo era un sueño, o al menos es lo que me planteo cada vez que la tengo.

Miro hacia mi reloj de pared que dan la 1:00 AM, Me Incorporo en mi cama mientras las lágrimas salen sin previo aviso, y solo me doy cuenta cuando mis sollozos empiezan a hacerse fuertes.

Porque, porque ahora que por fin estoy empezando una nueva vida todo parece repetirse, sin duda estoy destinado a ser infeliz en esta jodida vida.

Son casi las 6:00 AM y no he podido recuperar el sueño después de haber despertado, maldita sea, las lágrimas empezaron a salir de nuevo cada vez que mi cabeza recuerda ese día, es como si quisiera decirme que de verdad mi vida es una mierda.

El despertador suena a las 6:30 AM, y aunque mi entrada es a las 7:00 AM, tengo buen tiempo para prepararme y encaminarme a la escuela, aunque ciertamente no me siento bien para asistir.

Son las 6:50 AM así que a mi papá se le habrá hecho raro mi comportamiento, oigo sus pasos aproximándose a mi recamara.

-Hijo, ¿Puedo entrar?. Era el, tocando la puerta dando permiso para entrar, como siempre.

-Sí, claro-. No tenía demasiado ánimo, así que mi voz sonó apagada.

-¿No asistirás a la escuela?- Asentí- ¿Porque, te sientes mal? ¿Quieres que te lleve al hospital? -. Padres.

-No, no, estoy bien...es solo- Recuerdo esos momentos de miedo y me estremezco de inmediato lo cual mi papa percata de inmediato.

-Que te paso en la nariz- Dijo con el ceño fruncido.

1.- El Último Suspiro: The SeriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora