Dylan es un chico de 19 años con padres recién divorciados y una hermana menor.
Él ha sufrido Bullying desde pequeño y a causa de eso, su personalidad es reservada.
El destino hace que el y su padre se tengan que mudar a otro estado, donde seria un...
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Dylan
-Creíste que te librerías de mi eh...eres mío, no lo olvides, no podrás escapar de mí, y si huyes yo te seguiré adonde sea. ¿Recuerdas la promesa que te hice la última vez que nos vimos? eliminaré a cualquiera que se entrometa entre nosotros, cualquiera, eres mío y de nadie más...-.
Despierto con un brusco movimiento provocándome un fuerte dolor y un gran grito.
-¿Hijo?¿Hijo estas bien?- Abro lentamente los ojos debido al dolor causado, y ahí estaba, parecía mucho más joven y hermosa.
-¿Mamá?-.
-Oh hijo- Se llevó una mano a la boca unos segundos- Mira como estás... ¿Te duele algo?-.
-¿Que?...no no, solo fue...una pesadilla-. Una de las muchas que eh tenido, aunque, jamás esta la eh tenido, todos esos momentos de alguna manera regresan en forma de sueños...pero este, solamente escuchaba esa voz...y pareció tan real...
-¿Pesadillas o...-. La cara de mi mama se tenso inmediatamente.
Me quede callado.
-Oh hijo, no sabía que aún...-.
-NO, no mamá, estoy bien ahora, lo juro-. Sonreí para tranquilizarla.
-Bueno, está bien, pero debes de comer algo, son las 9:00 AM-. Se sentó junto a mi colocándome una pequeña mesa sobre mi para colocar mi desayuno.
-Y...¿A qué hora llegaste?¿Y mi hermana?-.
-En la madrugada, cuando llegue me negaron la entrada, así que espere unas horas, tu hermana tuvo que quedarse por los exámenes de fin de semestre, pero ya vendrá en unos días-.
-Oh, bien-. Empecé a dirigir mi mirada por toda la habitación percatándome de algo.
-Mamá, ¿Sabes adonde se fue mi amigo?-.
-¿Qué amigo?-.
-Un chico que me estuvo cuidando estos días mientras mi papá no podía-.
-Lo siento hijo, pero cuando llegue no había nadie aquí...espera, ¿No es uno de los chicos que te encontraron y que te trajeron aquí?-.
-...Si-.
-Bueno si es eso, me gustaría conocer al joven quien tuvo la amabilidad de estar cuidando a mi lindo angelito-. Al momento de pronunciar angelito sostuvo mis cachetes y los apretó como unas barras de plastilina.
-MAMAAA!- Dije ruborizado.
En ese momento escuchamos que alguien llamaba a la puerta, y tan solo escuchar el sonido de alguien tocarla no me agrado, hasta ahora solo han entrado malas noticias, y no sé porque no será la excepción.
-Adelante-. Dijo mi Mamá mientras me limpiaba con una servilleta.
-Buenas tardes, somos los agentes del ministerio público y venimos a hacerle unas cuantas preguntas al joven Dylan-.
