Dylan es un chico de 19 años con padres recién divorciados y una hermana menor.
Él ha sufrido Bullying desde pequeño y a causa de eso, su personalidad es reservada.
El destino hace que el y su padre se tengan que mudar a otro estado, donde seria un...
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Dylan
Como se suponía que iba a cenar cerca de Jeremy, no es que me molestara ni mucho menos, es solo que con lo que me ha hecho pasar, aun no puedo confiar en él, pero con lo que acaba de pasar hace unos momentos...
Una sacudida de mi padre hace sacarme de mis pensamientos.
-Hijo, siéntate, en un momento darán inicio al evento- Me hizo una seña al asiento junto a él, así que no dudo en sentarme de inmediato.
Veo discutir a jeremy con su madre, (lo que he llegado a concluir) una pequeña discusión, pero termina rápido haciendo que Jeremy se sentara en su lugar, a dos metros frente a mí.
Me quedo en silencio escuchando como nos daban la bienvenida a un año más de esta festividad, que esperan nos la pasemos bien, bla bla bla no podía importarme menos.
Cuando un señor calvo daba un largo y aburrido discurso Jeremy me paso una servilleta en la cual había escrito que lo había apodado señor bola de billar, eso hizo sacarme una pequeña risa.
*Cabeza de huevo* Les respondí con un lapicero que venía junto la servilleta.
*-Ja buena esa, oye que mal que no estemos juntos, así pudiéramos hablar y no me aburriría tanto*-.
*Yo igual me estoy aburriendo*
Al término de los discursos empezamos con el banquete, una especie de sopa de champiñones y otros platillos que no conocía, en realidad esto era nuevo para mí, y francamente no sabían mal.
Mire mi reloj que daban las 9:30 PM, eso era demasiado, y aun mas teniendo a Jeremy frente a mí.
Una parte de mi aún seguía desconfiando en él, pero otra me decía que le diera la oportunidad y dejar que el destino haga lo que tiene marcado.
No sé en qué momento me le quede mirando, que al percatarse lo único que hizo fue sacarme una sonrisa leve asiéndome sonrojar inmediatamente.
Después de terminar el banquete y reposar un rato, las personas salen a bailar con la música para todos los gustos agrupándose en una horda de personas para sacar sus mejores pasos.
Mi Papá se veía que la pasaba genial bailando junto a sus amigos, pero cada vez que lo veía sobrepasarse con las copas de más, tenía que quitárselos de sus manos y evitar esa mirada fulminate, no ha estado ebrio desde hace varios años y eso era debido a mi madre, pero ahora que ya no está con ella, no quiero que tenga un problema con ello.
El lugar estaba iluminado por varias luces de colores, la muchedumbre de la pista bailaba sin parar las melodías que ponían, hasta incluso, les llegaron a dar objetos como lentes decorativos, corbatas con colores fosforescentes, hasta sombreros a la hora de bailar el caballo dorado o el payaso de rodeo.
Demasiado para mí, yo no soy un chico de fiestas ni de reventones, soy cualquier cosa, un chico aburrido como dirían.
En la mesa solo quedaba yo, los demás bailando y Jeremy, no sabía dónde se había metido.
Al engentarme cada vez más, decido salir para poder respirar aire fresco y poder librarme del ruido en exceso.
Me levanto de mi silla y cuidadosamente camino por el lugar para no tener ningún inconveniente.
Al abrir la puerta un golpe de aire fresco golpea mi rostro secando el sudor de mi frente y aliviando mis oídos sordos.
La música se oye débil ahora y todos al parecer se encontraban dentro ya que soy el único en el jardín o al menos eso pensé al divisarlo recargado junto a un árbol y sacando humo de la boca debido al cigarro que tiene en la mano.
Decido ir hacia su dirección procurando sin ser visto.
-Sabes que fumar es malo ¿Verdad?-Dije en su oído
-Aaaaahh...Dylan, dios, si no me mata el cigarro lo harás tu- Dijo poniendo una mano en su pecho.
-Lo siento, no pude evitarlo-. Dije sosteniendo una leve sonrisa.
-Como sea, no me gusta fumar, pero de algún modo me calma- Dijo mientras exhalaba el humo-¿Quieres probar?-. Me extendió el cigarrillo.
-No, no me gusta fumar-. Dije un poco apenado
-Oh, está bien, dime ¿Qué más tengo que saber de ti?- Se colocó en una postura recargándose al árbol.
No supe que decir, Jeremy hacia que me embobara en esos ojos color avellana y en esa sonrisa provocando que semi cerrara su ojo izquierdo, un típico gesto suyo.
-¿Bueno, que quieres saber?- Esta vez me recargue del árbol mirándolo fijamente.
-¿No lo sé, dímelo tú?-.
Sus ojos me hipnotizaban por completo, no sé qué me pasaba cuando estaba junto a él, pero me volvía loco, mi corazón palpitaba tan rápido que pensé que se saldría en cualquier momento, sus ojos, su boca, esa boca que me insinuaba a besar con firmeza y que se acercaba cada vez más...sentía su aliento rozar mis labios, su respiración golpear mis mejillas, sentía una gran ansiedad, estábamos a centímetros del uno y del otro cuando....
-ugs...ugs-.
Un sonido de alguien vomitando nos sobresaltó haciéndonos despertar de nuestro momento, me gire con rapidez para ver de quien se trataba.
Mi padre
Estaba arrodillado al césped vomitando debido a su borrachera, lo que me faltaba.
-Joder, es mi padre- Voltee hacia Jeremy para informarle-. Perdon tengo que irme.
No pude escuchar su respuesta debido a que salí corriendo.
-Por dios papá, tenías que escoger este momento para emborracharte- Dije en un susurro..
-Papá, hey papa- Le insistía para que me dejara levantarlo- Papá, vámonos-.
-¿Quieres ayuda?- Jeremy me dijo arrodillándose junto a mí.
-Sí, gracias, ayúdame a llevarlo al auto -. Ambos lo sujetamos de cada hombro y encaminamos hacia el auto.
Cuando llegamos abrí la puerta del copiloto y lo pusimos con cuidado dentro.
-Gracias-. Le agradecí a Jeremy por la ayuda.
-No hay problema-. Nos miramos por un rato hasta que entre al asiento del piloto y encendí el auto.
Conducía por la avenida principal aun desconcertado, fue mi imaginación o ¿Jeremy estaba a punto de besarme? No, eso es imposible...o eso creo yo.
-Auggg- Joder
- Papá!!!, No en mi traje nuevo...-.
Al llegar a la residencia tuve que luchar para poder llegar hasta la habitación de mi padre y acostarlo en su cama, quitarle su saco y su corbata, taparlo con una cobija y cerrar la habitación con cuidado.
Me quite los zapatos dando un suspiro de alivio, me desabroche el pantalón y la camisa solo para quedar en ropa interior.
Acostado en mi cama solo iluminado por esa pequeña lámpara de lava admiro el techo.
Un montón de preguntas cruzaban por mi mente sobre esta noche, aunque lo más probable es que se queden en preguntas sin resolver...
