7: Aceptación

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Pasaron ya dos semanas desde que empecé a trabajar en la empresa de Levi y Petra. La verdad es que me ha ido muy bien, llegué a pensar que sentiría más presión de la que siento actualmente. Aunque, si debo reportar un problema ese sería sin dudas: Marco.

Marco se ha estado comportando de forma extraña a mi alrededor, no sería anormal si no fuera porque desde que el día el que nos conocimos, siempre fue muy amable conmigo, me sonreía todo el tiempo y hasta fue el único que quiso almorzar conmigo en los descansos. Así es como es, esa es su naturaleza, por ende, debe existir una razón para que se comportara de esa forma. Talvez yo soy el problema o talvez todo está solo en mi cabeza y nada extraño sucede.

-¿Saldrás a cenar conmigo ya? O llamarás a tu favorito y nuevo "cliente". - De repente Jean me había abrazado por detrás. Me contuve para no darle un buen puñetazo allí mismo, eso no era bueno para mí imagen laboral para nada, así que solo lo tomé de la mano y lo alejé bruscamente de mí.

-Creo que tus padres nunca te enseñaron a respetar a los demás. - Halé su corbata y lo encaré con la mirada más amenazante que tenía para él. - Esto es acoso, ¿lo sabías?

-Como si me importara. - Soltó de su boca antes de retirarse. En cuanto regresé a mi puesto,
Marco huyó una vez más de mí. Pobrecito, si le caía mal tenía que ser mala suerte que me tocará estar a su lado. Suspiré. Él de verdad no quiere estar cerca de mí y no dejó de preguntarme el porqué.

Pasados quince minutos regresó. Estaba dispuesto a preguntarle qué era lo que había hecho mal como para que ya no quisiera hablarme, pero no esperé que se me adelantara.

-Eren, perdona por haberte estando evitando. Es solo que, hay algo que me gustaría saber. Y me ha estado comiendo un poco la cabeza.

-D-dime.

-Tú... ¿de qué conoces a Jean? - Oh, así que era eso. Las piezas por fin van encajando.

-Ya veo. ¿Él te gusta? - Mi pregunta lo tomó por sorpresa, aunque no entendía por qué, si era más que obvio el trasfondo de su pregunta anterior. Tembló un poco y me pareció muy tierno, demasiado para alguien tan horrible como Jean.

-N-no. - Trató de mentir inútilmente. Eso solo lo hacía cada vez más notorio, eso me motivaba a preguntarme aun más si enserio ese idiota le gusta.

-Mira cómo te has puesto, claro que te gusta. - Dije con un tono más divertido para relajar el ambiente, pero también con ánimos de molestarlo. Era mi más benévola venganza por haberme estado ignorando.

Dejó de taparse la cara, bajó las manos y habló: -No has respondido a mi pregunta. - Ahí acabó mi diversión.

No puedo decirle a este pobre chico enamorado que de vez en cuando me acostaba con Jean. Pero si me atreviera a decírselo, no omitiría la parte en la que explicaría que no lo hacía precisamente porque me gustara. Él no dejaba de acosarme en mi trabajo anterior, de hecho viendo eso no es como si las cosas hubieran cambiado mucho, porque por desgracia ahora trabajamos en el mismo lugar y el acoso sigue, en menor medida, pero sigue.

A ver qué excusa me invento ahora.

-Él... él y yo nos conocemos por... porque venía muy seguido a la tienda que está al lado de la estación y pues yo... yo trabajaba ahí. - A veces mentir no era lo mío. Espero que mi voz entrecortada no lo hiciera evidente. Además, la parte en la que dije que venía seguido a mí trabajo no cuenta como mentira.

-¿De verdad? Me alegra. - Eso de "me alegra" lo dijo en un audible susurro.

Estaba celoso, pero es demasiado amable como para odiarme. ¿Qué debería hacer? En parte quisiera ayudar a Marco y en parte no. Estoy seguro de que no sabe lo imbécil que puede llegar a ser Jean. De momento intentaré apartarlo de mí. Y talvez después pueda convertirme en el cupido de mi amigo.

La persona Indicada para mí [Riren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora