10: Recuerdos

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—¿Te vas a declarar ya?

—¡¿Estás loca?! Cómo podría...

—¿No estuvieron saliendo ya varios días?

—S–sí, pero no sé si él.

—Petra — fue interrumpida —, ¡es ahora o nunca! — La pobre chica fue obligada a salir de su escondite, el cual era la esquina de uno de los pasillos de la universidad. Fue empujada hacia la dirección de dónde venía Levi y para desgracia y vergüenza de ella, cayó de cara contra el piso.

—Menudo golpe te has dado. — El chico amablemente extendió su mano para ayudarla a levantarse.

—S–sí, perdón esque soy muy torpe. — Explicó mientras frotaba su frente tratando de que el dolor se fuera; su risa era nerviosa y le temblaba la voz. —O–oye Levi — estaba lista para confrontarlo, estaba lista para darlo todo y morir si tenía que hacerlo —, ¿podríamos hablar un momento?

Era ahora o nunca. De todas formas, no sabía cuánto tiempo más iba a durar ocultando sus sentimientos, así que esta era su gran apuesta.

Mientras Levi caminaba delante de ella y se dedicaba a contemplar la fuente que se encontraba frente al edificio de la facultad de ciencias administrativas, ella aprovechó y corrió para abrazarlo por detrás sin pensárselo dos veces.

—¿Hmm? ¿Qué estás haciendo? — Preguntó manteniendo la compostura; nunca había sido una persona que disfrutara mucho el contacto físico. Sin embargo, ella era diferente, no sabía con exactitud en qué o por qué, pero eso era precisamente lo que le llamaba la atención, podría ser que fuera la primera mujer por la que se sintiera atraído.

Escondiendo su rostro en la espalda del chico que había admirado como por tres semestres, respondió: — Me gustas.

Levi estaba tardándose en dar respuesta alguna y por otro lado, Petra seguía ocultando su rostro y tratando de percibir tanto el aroma de Levi como pudiera, como si aquella primera vez fuera también la última.

Las personas que pasaban por ahí, estaban extrañadas, algunas incluso estaban asustadas por lo que pudiera pasarle a Petra después de aquella confesión, sabían de sobra que Levi no era alguien precisamente "simpático" y agradable con la gente.

Pero contra todo pronóstico, Levi se dio la vuelta, apoyó sus manos en los hombros de Petra y pronunció las siguientes palabras

—Eres astuta.

¿Eso qué significaba?

.

◇◇◇◇

.

—Levi, hemos estado juntos ya mucho tiempo, ¿no crees que es tiempo para...?

—¿Para? — Bajó el libro que que sostenía a la altura de su cara para prestarle toda la atención necesaria a la persona que tenía enfrente.

—Para que nos casemos — dijo avergonzada pero muy ilusionada; el brillo de sus ojos era solo comparable al brillo que desprendía una aglomeración de estrellas en el cielo. — Estoy  segura de querer compartir mi vida entera contigo.

Levi pareció darle un par de vueltas al asunto, pero tampoco demasiadas. Estaba bien aceptar, ¿de quién más podría enamorarse? Nadie, nadie podría ocupar el lugar de Petra, era la única persona a la que había dejado entrar en su desierto y frío corazón, eso la convertía en una persona sumamente especial. ¿Necesitaba alguna otra cosa para dicidirse? ¿Amor? Sí, puede que lo que sientiera fuera amor.

—Está bien, casémonos.

—¡¿De verdad?!

Petra se abalanzó sobre Levi y repartió besos por toda su cara, tanto que Levi tuvo que hacer que se detenga con un golpecito en la cabeza.

La persona Indicada para mí [Riren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora