14. Determinación

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—¿Quieres comer algo? — Preguntó Levi, que caminaba a su lado.

—N–no, no tengo hambre. Yo... hay algo que quiero preguntarte.

Caminar como si nada por las calles después del trabajo era algo ya muy habitual entre ambos, pero ese día en particular representaba un peligro para Eren. Nada a ojos de las demás personas había cambiado, pero él no podía estar tranquilo.

—Talvez no es muy importante, es simple curiosidad.

—Solo pregunta y ya.

—¿Cuándo?

—¿Cuándo qué?

—¿Desde cuándo... te gusto? — Tenía muchas cosas por las que preocuparse después del hecho ocurrido horas atrás, pero esta pregunta la hacía por capricho, porque le daba mucha curiosidad e ilusión saber la respuesta.

—Eso... eso no lo sé con exactitud pero... digamos que cada vez te ibas metiendo cada vez más y más en mi cabeza. Pensé que era porque me sentía culpable y dije "qué fastidio", me caías bien y todo pero también resultabas moles.

—Está bien, creo que lo entiendo, por favor ya para. — Con eso dicho Levi soltó una muy corta risa, casi imperceptible, muy propio de él. — Oye... esto también es por curiosidad pero... ¿cuál es tu orientación sexual? — "Muy hetero, hetero no era" pensó divertido.

—Si te soy sincero nunca llegué a preguntarme eso y llegados a este punto, tampoco es algo que importe mucho. Aunque... ¿Sabes? No te verías nada mal con una falda.

Eren le dio un codazo no muy fuerte, pero para asegurarse de que notara su desagrado soltó un chasquido, uno como los que Levi tiende a hacer.

—Ahora hablando enserio... me gustas, me gusta tu forma de ser, todo eso sin importar si eres hombre o mujer. Es porque eres tú.

Eren había escuchado halagos toda su vida, pero nunca algo parecido a lo que acababa de oír. Lo hacía sentirse cálido y también avergonzado, así que agachó la cabeza. Levi no dejaba de sorprenderlo hasta ahora, cuando creía estar descifrando su ser, este hacía algo para contradecirlo, lo único que no cambiaba era su semblante. Rio. Tal vez Levi ni siquiera lo hacía a propósito y por ende jamás podría imaginar el efecto que tenían sus palabras en Eren.

—¿Y tú Eren? Te gusté desde el principio, ¿no es así? ¿Siempre te han gustado los chicos?

—Bueno... es más bien que siempre recibí más confesiones de chicos que de chicas. Pero daba igual, si alguien venía a mí diciéndome que me quería yo la aceptaba. Sin embargo esas personas nunca se lo tomaron enserio así que yo tampoco.

—¿Estás diciéndome que eras un playboy o algo así?

Eren soltó una risa nerviosa antes de responder con otra pregunta: — ¿Te doy esa impresión?

—Pues... un poco. — Confesó.

Bueno, Eren tenía que admitirlo, sí que era así. Salió con tantas personas que había olvidado el por qué lo hacía, el por qué aceptaba a cualquier persona y es que él solo quería experimentar lo que muchos decían, era el mejor sentimiento de todos. Estaba tan perdido... y fue aun peor cuando empezó a trabajar en el club.

—Creo que lo único que les gustaba de mí era mi apariencia — rio incómodo —, pero bueno, no puedo quejarme tanto. Hasta ahora estoy seguro de que me gustaste porque no me trataste como los demás, fuiste amable y atento porque querías serlo... no va mucho con tu cara pero es así. — Bromeé al final.

—¿De verdad crees que nadie se enamoró de ti por quien eras? — Preguntó siendo capaz de ver la realidad.

—Sí que hubo personas que se portaron muy bien conmigo, pero como dije, estaba perdido y sin poder ver bien a mi alrededor.

La persona Indicada para mí [Riren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora