—Mucho gusto, soy Ryeo, Ágora de la tercera generación, por favor cuide de mí. —exclama Jungkook mientras el desconocido mayor le abre la puerta en pulcro silencio, este mirándolo fijamente en el entretiempo que realiza una pronunciada reverencia. La joven apariencia, alta estatura y apuesto rostro del mismo le da a deducir que quizá se trata de un idol o famoso de televisión, pues el poder que irradiaba era más que notorio para el tembloroso cuerpo del castaño. El chico luce inquieto, enojado. Y Jungkook consigue sentirse intimidado, pues la persona no hacía más que mirarle con ojos semblantes y vengativos, siendo cero el porcentaje de una pizca de piedad en ellos.
—Hagámoslo rápido.—pronuncia el segundo.
De un momento a otro el blanquecino brazo del menor es rodeado con una fuerte e imponente solidez por las manos contrarias. Arrastrándose dentro de la residencia, se comienza a sentir sumamente asustado, más no se limita a formular palabra alguna, mucho menos expresar algún reclamo por el nulo respeto que había sido trasladado.
Jungkook se sorprende cuando el hombre unos considerables centímetros más alto que él lo lanza inesperadamente al rojo sofá en medio de la sala de estar. La figura del cual cuyo nombre desconoce se posa encima de su temblante cuerpo y en pocos segundos ya se encuentra una boca haciendo succión en su suave cuello, dejando varias marcas y chupones debajo del choker que aún le rodeaba. No evita sentirse disgustado, y aunque tales toqueteos de morboso nivel no son fáciles de ignorar, se dispone a mirar alrededor buscando alguna forma de distraerse.
Una fotografía colgada en la pared le llama la atención.
"Debe ser que le terminó hace poco". —pensó mirando que el cuarto estaba repleto de aquellas imágenes, la mayoría con una característica joven de pelo castaño, ojos oscuros y largo fleco.
Las toscas manos del pelinegro obligan a Jungkook a dirigir los ojos a los contrarios. Sin ningún aviso unos labios invaden los suyos, la lengua ajena entrando en su cavidad bucal que sin intervalos se propone a seguir aquel rápido ritmo que esta se mueve. Los sonidos morbosos no tardan en resonar y los movimientos pélvicos del hombre durante el beso hacen que sus cuerpos sean cada vez más cercanos, logrando que la transpiración comience a escurrir. Luego de unos segundos en lo mismo el aire se vuelve escaso, el menor gime enviando indirectas para que por favor lo dejará respirar. Jungkook jadea en busca de aliento.
—Chupa. —exige una voz cuando el propietario ya esta acercando su virilidad notablemente dura a su boca.
"Que puto asco"
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Taehyung abrocha los botones de la camisa color vino que le viste, la primavera cada vez siendo más impredecible en cuanto a clima se refiere, y es por eso que decide que un gorro de lana cubra su rubia cabellera. Seguido de ya acomodarse el accesorio en su cabeza se observa en el espejo apreciando el despampanante aspecto que transmite. Ansioso toma las llaves del auto junto con un bolso Gucci de descomunal valor y se retira para encaminarse al hogar donde tal persona especial le esperaría.
En el entretiempo del solitario viaje los mensajes de ayer junto a Jungkook logran animarlo una vez más, sintiéndose contento, feliz, pues ya llevaba un tiempo junto a él y mejor sensación que estar a su lado no había. Quizá sí, estaba repleto de trabajo, quizá sí, repleto de responsabilidades, y sí, probablemente su manager le llamará la atención en cualquier momento, pero ¿Que importaba por ahora?
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Ágora; vk
FanfictionUna elegante prostituta como él no tenía derechos a las libertades del amor. Y llegó Taehyung rompiendo todos sus esquemas, como si la vida entera estuviera hecha para su interrupción.