22|La verdad.

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Akira no pudo salvarse por segunda vez, recibió un regaño de parte de Hayate el examinador de las rondas preliminares

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Akira no pudo salvarse por segunda vez, recibió un regaño de parte de Hayate el examinador de las rondas preliminares.

— Meterse en medio de no una, sino dos peleas, sabes lo arriesgado que es, pudiste lastimarte o lastimar a alguien— tosió al final de la frase.

— Lo siento, creí estar en lo correcto al intervenir— se disculpó.

— Ambos casos fueron buenas decisiones— Gai salió en su defensa.

Hayate suspiro pesadamente.





Akira bajo las escaleras de forma calmada finalmente era su turno de pelear. Se posicionó en el área indicada mientras escuchaba los gritos increíblemente fuertes de Naruto alentándola, se limitó a sonreír de manera tonta al sentirse apoyada.

—¡Si le ganas te llevare a comer barbacoa! — se escuchó un grito desde arriba.

Akira alzo una ceja al ver ese tipo de motivación por parte de un sensei.

El chico frente a ella asintió mientras dejaba sus frituras de lado para finalmente comenzar a expandirse.

Akira reacciono rápidamente esquivando el ataque del chico, era rápido. La segunda vez que la peli plata recibió un ataque se quedó plantada en su lugar, sus ojos analizaban todo con rapidez.

—¡Akira-chan muévete! —Naruto grito, pero la chica no cedió.

De pronto un gran hoyo de formo en medio de Akira y Choji, el chico cayó irremediablemente dentro de este. Akira estaba agachada con una rodilla y una mano tocando el piso, al parecer había utilizado un jutsu de tierra.

—Estas atrapado, no quiero atacarte así que podrías rendirte— Akira se acercó lo suficiente para que Choji la escuchara.

—¡No me rendiré quiero esa barbacoa! —

Akira contuvo la risa mientras elevaba una mano, junto con ella se elevaron trozos de roca que pronto tomaron una forma afilada, con su otra mano, la peli plata hizo un ademan que provoco que la tierra debajo del Choji se amoldara a sus pies impidiéndole moverse.

—Que gran control del elemento y del chakra—Asuma estaba impresionado.

—Es tu última oportunidad para rendirte, aunque si aun así te niegas, puedo decir que tendré piedad y no te matare—una sonrisa ladeada se formó en los labios de la Hatake.

Las afiladas rocas permanecían en el aire, en un movimiento rápido todas fueron directamente hacia en chico.

—¡Me rindo! — las piedras se detuvieron a centímetros de Choji.

Akira dejó caer las piedras y liberó a Choji, su respiración era irregular, estaba bastante cansada y agradecía haber podido terminar este combate de manera rápida. La peli plata camino sin decir una palabra hasta la parte superior de la arena y se dejó caer en el piso exhausta, había utilizado demasiado chakra con Gaara.

Naruto llego rápidamente al lado de la chica para poder expresarle lo genial que se vio.





Ya que los ganadores de las preliminares estuvieron reunidos se les informó que la tercera etapa se llevaría a cabo dentro de un mes, todos estaban ansiosos, pero nadie estaba más ansioso que Akira, ella tenía en su poder información importante que podría salvar a todos, pero entonces ¿Por qué no podía solo hacer lo correcto?





Akira se encontraba descansando en su habitación, su padre había desaparecido junto a Sasuke, Naruto había ido a casa a dormir y Sakura, bueno, no sabía dónde estaba Sakura, quizá estaba en casa descansando como todos.

La peli plata tenía la sospecha de que su padre sellaría la marca de maldición de Sasuke, pero ella sabía que no sería del todo efectivo, Akira había estudiado esas marcas de cerca, quien sobrevivía a la marca jamás seria libre, a menos claro que quien la impuso muera y en este caso eso no sería posible, Orochimaru estaba malditamente obsesionado con la vida eterna lo cual era un problema para todos.

Suspiro y hundió su cara en la almohada, necesitaba descansar y dejar de pensar en eso al menos por un par de horas, luego iría a felicitar a sus amigos de la arena, los tres habían logrado pasar las preliminares, así que debía al menos invitarlos a comer o algo por el estilo, también debía recargar energías para mantener al Shukaku a raya por lo menos una noche para que Gaara pudiese descansar, no esperaba que esa bestia cooperara ni un poco, así que necesitaría todo su chakra.

A los pocos minutos se quedó profundamente dormida, pero después de un par de horas despertó agitada y con lágrimas recorriendo sus mejillas, una pesadilla, como las miles de pesadillas que la aquejaron durante años, hablar de su pasado y su aldea le había afectado más de lo que pensó.

Se levanto y lavo su cara antes de salir a encontrarse con los de la arena. 

Papá [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora