25|Contrato maldito.

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El clan Oyako es un clan bastante singular, no solo porque en su aldea convivían distintos clanes que adoptaron el apellido del clan, sino porque eran más que un clan pacifico

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El clan Oyako es un clan bastante singular, no solo porque en su aldea convivían distintos clanes que adoptaron el apellido del clan, sino porque eran más que un clan pacifico.

Noroi Oyako fue el fundador de esta misteriosa aldea y su primer kage, también fue un hombre poderoso y cruel, él le dio la fama a su aldea, la aldea maldita, el clan maldito. Pasaron los años y las supersticiones sobre la aldea fueron disipándose, todo hasta que un buen día los rumores resurgieron, todos hablaban de un demonio que era controlado por el clan Oyako.

Ryaku, ese fue el nombre que le otorgaron. Un demonio de invocación.

Este demonio solo estará dispuesto a ayudarte si cumples sus tres normas de su contrato.

1.- Tener sangre del clan Oyako corriendo por tus venas.

2.- Jamás retractarte de lo que pides.

3.- Otorgar días, meses, años de tu vida al demonio, todo dependiendo de que lo quieras.

La última norma podría parecer descabellada, pero el clan Oyako estaba compuesto por personas que no tenían ni una pizca de miedo a la muerte.

Akira era parte del clan, tenía su sangre y jamás se retractaría de nada, pero, ¿Estaba dispuesta a dar su vida por esta aldea?

Con sangre corriendo por la palma de su mano izquierda, y con un kunai en la otra, así es como Akira sello su trato con Ryaku.

—Ryaku, obedéceme incondicionalmente— su voz sonaba ligera, como si no hubiera estado temblando hace unos minutos.

La criatura hizo una larga reverencia acompañada de una sonrisa que daba mala espina.

—Ryaku, redime mis pecados derramando la sangre que sea necesaria, redime mis pecados, dáselos a alguien más, que la mancha de mi alma se convierta en la luz de mis días— comenzó a orar.

—Me recuerdas a el Sheisin— la voz ronca interrumpió su oración.

—Me halagas—

La peli plata se puso de pie y extendió su mano aun con sangre hacia el demonio. El demonio se transformó en un pequeño oso de felpa y cayó justo en la mano de Akira, la herida que había en la palma se curó al instante.

—Ryaku, que las velas no se apaguen y arda el fuego de la justicia— terminó su oración y se encaminó a la aldea.



Cuando llegó a la arena donde se realizaban los combates finales se dio cuenta que Sasuke estaba a punto de iniciar su batalla, su padre también estaba dentro de la arena.

Akira miró todo con tristeza, había gastado mucho chakra y se sentí cansada, pero disimuló bien cuando Sakura se acercó ella con una sonrisa.

—Akira-chan estaba buscándote ¿Dónde te metiste? —

—Se me hizo tarde—sonrió encogiéndose de hombros.

—Definitivamente eres la hija de Kakashi-sensei—

Akira rió sin ganas. 

Papá [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora