Papá [Libro 1]

12|Serpientes.

Akira había estado practicando muy duro, su padre le mencionó algo sobre los exámenes chunin, aunque no podría presentarse si no tenía equipo, ese era su único problema, tanto Naruto como ella habían estaba lloriqueando cuando les dijeron que no podía haber equipos de cuatro.

La nota de la noche anterior la tenía pensando bastante, por una parte, se ponía feliz porque él siguiera al pendiente de sus actividades, pero por otra parte estaba preocupada por la serpiente, al menos la única que conocía.

Tenía un lio en su cabeza, quería poder contárselo a alguien que pudiese ayudarla, pero lo más seguro es que si abría la boca terminaría en prisión, y aunque no hubiese hecho nada malo, probablemente no confiarían en su palabra. Suspiró cuando una voz familiar la sacó de sus pensamientos.

— ¿Akira? —

La peli plata giró su cabeza lentamente.

— ¿Qué haces aquí? — mantuvo su expresión neutra.

— Lo mismo quisiera saber, mira que buen disfraz traes— sonrió mientras apuntaba la banda ninja en la frente de la chica.

— Tengo una misión importante, ¿tú que excusa tienes para mí?—

— También tengo una misión, de hecho, vivo en esta aldea desde hace años—

— Oh, olvidaba que les gustan los planes demasiado elaborados— sonrió burlona.

— Sí, un poco— se acercó más a la chica— ¿De qué trata tu misión? — dijo casi en su oído.

— Como si fuese a decírtelo Kabuto— se alejó.

— Tampoco tenía esperanzas de que me lo fueses a decir, en fin, espero que nuestras misiones no choquen—

— Por tu bien, esperemos que no— comenzó a alejarse caminando.

— Fue bueno volver a verte—

— Lamento que el sentimiento no sea mutuo— dijo ya algo lejos.

Maldijo en voz baja una vez lejos del cuatro ojos, a eso se refería la nota, y si Kabuto estaba ahí significaba que Orochimaru no estaba lejos.

De nuevo metida en su cabeza formulando mil planes para evitar encontrarse con la serpiente mayor, chocó contra algo duro.

— Otra vez tú— esa voz la reconocía.

— Neji ¿cierto? Perdón de nuevo fue mi culpa— Akira se levantó mientras sacudía su ropa.

— No hay problema— dijo en tono neutro— Solo espero que nuestros encuentros dejen de ser por tu torpeza—

¿La acababa de llamar torpe?

— Quizá no es mi torpeza, solo es el destino que se empeña en que nuestros encuentros sean así— sonrió.

El chico Hyuga bufó mientras se alejaba, aunque la peli plata pudo percibir una leve sonrisa. Akira achicó sus ojos mientras ensanchaba su sonrisa, el tipo le agradaba y le recordaba a cierta persona, igual de inexpresivos.   

La peli plata siguió su camino con la mente un poco más despejada, la calle principal estaba algo vacía, se detuvo en seco al ver una librería del otro lado de la calle, se apresuró a entrar, tenía algo de dinero y necesitaba con desesperación una literatura más ligera, si seguía leyendo los libros pervertidos de su padre probablemente terminaría por acabar con lo que restaba de su inocencia, si es que no había desaparecido ya en su totalidad. 

Terminó comprando tres libros sobre ninjutsu médico, dos sobre los clanes en Konoha y uno más que era la edición especial del Icha Icha, no lo pudo evitar.