Enanos y elfos, dos especies que no han vivido en convivencia por años. Mientras unos creen ser superiores, los otros se la pasan despreciándolos por todas las diferencias que hay entre ellos.
Todo aquel odio se intensificó cuando la montaña solitar...
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¿Cómo comenzar esta historia?
Admito que como autor es complicado decidir qué mostrar a los lectores, en especial cuando hay tanto qué decir pero al mismo tiempo parece no haber nada.
Lo que me interesa que todos sepan es la historia de la Tierra Media que involucra a enanos, elfos y humanos por igual, además de a un simpático y valiente hobbit que logró lo que nadie: unir a un enano con una elfo. Sorprendente, ¿no?
Y se preguntarán, ¿por qué sucedió eso? Es aquí dónde conviene dar inicio a la historia, una historia que nos llevará a mundos inimaginables.
Desde que era una niña mi abuelo me había hablado de un mago llamado Gandalf el gris, el cual dio pie a que se desatara la Historia que marcó a toda la Tierra Media hace tantos años.
Gandalf tenía oídos por todos lados y era propenso a meterse en problemas; era muy parecido a un gato curioso que le importaba poco cuántas de sus siete vidas ya había perdido. Así se enteró de los deseos del Rey bajo la Montaña, Thorin, hijo de Thrain, hijo de Thror, apodado Escudo de Roble, de recuperar la ciudad de Erebor de las garras de Smaug, el dragón que codició y consiguió todo el oro de los enanos, al igual que la vida de muchos de ellos.
No daré más detalles sobre ello porque ya hay demasiados libros y cantos sobre aquella tragedia así que me dirigiré al encuentro de Gandalf con algunos de los protagonistas de esta historia.
¿Cómo describirme?
¡Oh no! ¡He arruinado mi anonimato!
Sí, de acuerdo, lo admito, yo estuve dentro de la compañía de Thorin y tomé la decisión de escribir lo que viví en aquellos días, dar una perspectiva distinta a esos libros oficiales que están en las grandes bibliotecas que cuidan tanto los grandes sabios de todos los reinos de la Tierra Media. ¿Por qué? Porque hace falta una visión femenina de los hechos, además de alguien que estuvo rodeada de esos valientes y obstinados enanos que estaban dispuestos a darlo todo, incluso la vida, con tal de recuperar lo que por derecho les pertenecía y que honraría a sus antepasados. Y también falta que lean relatos de alguien que vivió en carne propia el miedo y el dolor, la tristeza, la ira y la profunda felicidad que provocó aquel viaje inesperado a la lejana Erebor.
Aún puedo recordar aquél día que cambió mi vida para siempre...
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